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jueves, 16 de mayo de 2013

¿Ciudadanos integrales o esclavos?

     En un artículo periodístico he leído, recientemente, que a mediados del siglo pasado, el sociólogo y economista Alfred Marshall (1842-1924) creó y definió el concepto de "ciudadano integral". Para ser un ciudadano integral, dijo Marshall, hay que ser triplemente ciudadano: ciudadano civil (las libertades clásicas, expresión, reunión, pensamiento...); ciudadano político (poder elegir a los representantes que solucionen los problemas comunes, políticos, y poder presentarse a las elecciones); y ciudadano social o económico (tener unos estándares mínimos de vida y protección por el mero hecho de ser personas. así nació el Estado de Bienestar).

     Europa ha sido la parte del mundo que más se ha acercado a este concepto de ciudadano integral.      Sin embargo, la crisis actual ha hecho que, en estos momentos,  en algunos países de la Unión Europea un persona solo pueda ser -con limitaciones- ciudadano civil, pero no ciudadano político ni ciudadano social.

     En la actualidad, una persona de la UE no es un ciudadano político porque aunque pueda elegir a sus  representantes para resolver ciertos problemas  y pueda  presentarse a las elecciones para actuar de representante, en la práctica, no sirve para nada, porque existe un grupo no-democrático, el FMI y dos fieles amigos, conocido como la troika, que decide lo que el país tiene qué hacer o no hacer para resolver los problemas  que surjan. Hasta tal punto manda que, en un determinado momento, llegó a sustituir a los representantes democráticamente elegidos por personas de su confianza: Lucas Papademos en Grecia y Mario Monti en Italia. Mariano Rajoy no hace mucho dijo en el Congreso: "los españoles no podemos elegir, no tenemos esa libertad".

     Además de eso, una parte cada vez mayor de europeos no son ciudadanos sociales o económicos porque no disfrutan de "los estándares mínimos de vida y de protección" por el solo hecho de ser personas -vivienda, salud, educación, alimentación ...). La troika ha decidido que la prioridad es salvar al sistema financiero por encima de cualquier otro tipo de prioridades.

     En conclusión. Las personas, nacidas en la UE, de momento hasta ahora, solo pueden ser ciudadanos civiles, en cuanto que pueden expresarse con libertad, pueden reunirse para intercambiar puntos de vista y, sobre todo, puede pensar, aunque algunos intentan educarle para que no piense y entretenerle para que no tenga tiempo para pensar.

      Sin embargo, si el ciudadano europeo es capaz de hacer uso de las capacidades que le confieren su condición de ciudadano civil y, sobre todo, no se deja adormecer por cantos de sirena, y con ello conseguir llegar a ser el ciudadano integral que definió Alfred Marsall.  Es importante reflexionar, pensar, sobre la realidad en que se vive, porque la negación de la realidad conduce a personas, sociedades y países a ser dependientes, es decir, a ser esclavos, como pretenden quienes únicamente piensan en enriquecerse sin límites.    El que, en el futuro, el ciudadano europeo sea un ciudadano integral o un esclavo, depende de lo que decida el actual ciudadano civil.

3 comentarios:

J. Felipe dijo...

Muy interesante artículo Juliana

Y es aquí donde nos topamos con el concepto de democracia. ¿Vivimos ahora en una sociedad democrática? Evidentemente sí y no. Sí en el sentido que bien defines como ciudadano civil pero en ningún caso como como ciudadanos en lo político o social por las razones expuestas.

En lo social es evidente y más que obvia la pérdida de derechos con respecto a conquistas sociales de antaño y en lo político menos aún, debido a un sistema de partidos controlado de arriba a abajo en vez de abajo a arriba desde sus propia bases militantes. Lo que les ha convertido en meros instrumentos de poder al servicio de un grupo muy limitado de personas. Es decir, donde la democracia como seña de identidad ha desaparecido casi por completo e incluso se manipula el discurso con la intención de pretender considerar ante la opinión pública la necesidad de ese modelo.

Y aquí es donde estamos. ¿Cómo contrarestar esto? Evidentemente no es nada facil ya que, lo primero, es tener pleno conocimiento de ello -por eso ya se encarga el poder de evitarlo muy interesadamente-, para después y a partir de ahí intervenir la voluntad popular para, como diríamos otrora, "devolver al pueblo lo que es el del pueblo".

Por desgracia, eso no es nada facil cuando la mayor parte del poder se concentra en solo unas cuantas manos pero... en ello estamos obligados a estar.

Veremos.
PD. Juliana, mi mujer y yo nos vamos a ver al chico a Canadá, así que hasta dentro de unos quince o veinte días. Un saludo y te prometo que volveré.

Camino a Gaia dijo...

Podemos entender mejor la situación cuando no la planteamos en términos de democracia si o democracia no, sino en términos de grados de democracia y lo cierto es que la democracia se está degradando a un ritmo acelerado.
Un saludo

Juliana Luisa dijo...

Creo entender que todos estamos de acuerdo en que estanos en el grado de democracia más bajo posible: solo que de ella unos edificios y algo que, los optimistas llaman elecciones. A pesar de todo ni debemos renunciar e intentar llegar a ser ciudadanos integrales. Mayor Zaragoza hablaba de ciudadanos y no súbditos. Hay que inventar un procedimiento que no sea el de democracia representantiva, que se degradado a tal extremo que no tiene nada de democracia.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
Un saludo