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viernes, 24 de noviembre de 2017

Ciudades democráticas



Este mes de noviembre se ha convertido en la capital de la innovación democrática, según Máriam Martínez-Bascuñán (#CiudadesDemocráticas”, El País. 18 de noviembre de 2017). Ese evento ha girado en torno a las nuevas tecnologías orientadas a la participación ciudadana. Entre esas tecnologías, en Madrid, se ha utilizado CONSUL,   una herramienta que permite a una ciudad desplegar procesos de participación ciudadana en Internet, en poco tiempo y de forma segura, es decir, permite poner en manos de los ciudadanos  la toma de decisiones sobre la configuración del espacio urbano, los presupuestos de la ciudad y las prioridades en la gestión municipal. Además se trata de un programa de software libre, con lo que no requiere el pago de licencias y puede ser modificado para adaptarse a las necesidades de cada organización y facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias.
Según http://madridpress.com, el concejal de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, Pablo Soto, ha firmado en el Palacio de Cibeles el compromiso para que siete ciudades se unan a la red de participación ciudadana que usa CONSUL para desarrollar sus propias plataformas.
Este evento ha contado con la colaboración de personas de todo el mundo preocupadas con la necesidad potenciar la participación ciudadana en la democracia y confía en la sabiduría de las multitudes. En este blog, se ha dedicado varias entradas a este tema: Sabiduría de las multitudes,¿Cuándo una decisión colectiva es más sabia que una individual?Democracia y sabiduría de las multitudes, Inteligencia colectiva.
La democracia reducida a su dimensión representativa hace aguas y es necesario  incluir la deliberación y la participación de los ciudadanos, en palabras del economista Premio Nobel, Amartya Sen, pasar a una democracia por consenso o participativa.  Máriam Martinez escribe: “No se trata de recurrir a las bases para legitimar decisiones que a veces ya están tomadas en petit comité y se refrendan por plebiscitos. Lo que proponen es activar la imaginación política para una nueva concepción y creación de la público: pensar y deliberar sobre el significado que otorgamos a los bienes que son de todos”.   Christian Laval y Pierre Dardot  llaman “democracia radical” a esa gestión de los bienes comunes por los ciudadanos (Alternativa política. Democracia radical). “Se trata de construir un modelo de ciudad alejado de la concepción del ciudadano como cliente consumidor”.
En la correspondiente página web, en este evento han participado muchos activistas, políticos, programadores…..  
¿Cómo podría extenderse este proyecto democrático, desde mi punto de vista, imposible de controlar por los lobbies de las grandes empresas y el sector financiero?

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