He leído -lamento no poder decir dónde- que "ante los desafíos del siglo XXI, la noción de responsabilidad humana ha adquirido un significado nuevo y desafiante" (Expresión literal). Se indica que para concienciar a los individuos, grupos sociales y profesionales, y autoridades públicas se hace necesario, en nuestro tiempo, crear una Declaración de Responsabilidades Humanas, como complemento de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Tenga lugar o no esa Declaración de Responsabilidades Humanas, el hecho es que, como no hace mucho, dijo el presidente de Bolivia, "todos somos habitantes del mismo planeta"; un planeta que, últimamente, se ha hecho muy pequeño: cualquiera sabe lo que sucede en un momento dado en cualquier parte, por muy alejada que esté. A esto hay que añadir el efecto mariposa en su doble faceta, medioambiental y social.
En un artículo publicado en la prensa, Federico Mayor Zaragoza, que fue director de la UNESCO, escribió:
"¿Es posible otro mundo? Sí, si se respeta y fomenta la diversidad y la fuerza creadora. Si, juntos, buscamos hasta hallarlos -o inventarlos- los nuevos caminos del futuro (...)
Otro mundo es posible si la economía a escala mundial y la gestión de
los grandes retos sociales, medioambientales y culturales, se guía por
valores intransitorios y no por el mercado.(...)
Otro mundo es posible si los ciudadanos son capaces, a pesar de la
información sesgada y de la ingente propaganda, de no perder de vista
los principios esenciales y no apoyar a los dirigentes que los esquivan.
Otro mundo es posible (...) Si tenemos fe en la especie humana, desmesurada, creadora,
impredictible, inmensurable. Si creemos en la humanidad y en sus
facultades distintivas, para superar los obstáculos que ponen quienes
intentan someterla".
Según esos párrafos, para Mayor Zaragoza, es posible otro mundo, si tiene lugar un cambio de mentalidad -"se inventan nuevos caminos"-, y si los ciudadanos son capaces de resistir los cantos de sirena de la propaganda y no pierden de vista lo que significa pertenecer al género humano. Mayor Zaragoza expresa su deseo de que no se demore la construcción de un mundo, no perfecto, pero sí acorde con la dignidad humana, porque son millones los seres humanos que, tanto en el Primer Mundo como en el Tercer Mundo, lo están pasando muy mal.
2 comentarios:
Otro mundo es posible y necesario, tal y como repetimos día tras día. Dejando a los gobiernos de lado, que casi son incompatibles con la dignidad humana y que lastran su crecimiento moral, nuestra especie solo necesita un sencillo código por el que regirse. Un código que sea respetado: respeto a nuestros semejantes y al medio, rehuir el consumo alocado, etc.
Sea como sea, es evidente que ese cambio debe apresurarse. Quizá los primeros pasos sean tímidos o equivocados, pero de todo se aprende; lo importante es crear la inercia de progresar y buscar un futuro mejor.
Un saludo.
Muchas gracas por tu comentario.
Un saludo
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