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jueves, 16 de agosto de 2018

Economía y ética



¿A qué se debe el comportamiento de las empresas multinacionales indicado en la “entrada anterior? Todos estos comportamientos están relacionados con los pilares sobre los que se sustenta el actual sistema económico-social.  
Siguiendo la tradición de años anteriores, el Consejo Social de la Universidad de Valladolid organizó en el otoño del año 2001 una nueva edición de los ciclos de conferencias “Aula Universidad-Sociedad”. En esa ocasión, el tema general fue “Ética para la sociedad civil”. Uno de los participantes en ese ciclo fue el profesor Titular de Filosofía Moral en la Universidad de Valencia, Jesús Conill Sancho con una conferencia titulada “El horizonte ético de la economía”.  En esa conferencia, el profesor Conill Sancho señaló que todo sucede  como si hubiera una insuperable separación entre el mundo de la economía y el mundo ético, como si fueran totalmente e irremediablemente incompatibles”.
Esta separación entre economía y ética nos está llevando al precipicio. Por ejemplo, ¿se ha pensado despacio lo que significa para la Humanidad la destrucción de la Amazonia por grandes empresas agroindustriales, empresas mineras, explotadores de madera y hidroeléctricas?  Lo único que interesa a esas empresas multinacionales son las ganancias económicas; para ellas no existen derechos humanos, ni cambio climático, ni consideraciones medioambientales, ni solidaridad, ni empatía. ¿Cómo resolver todos los problemas consecuencia de la  separación de ética y economía?  Al tratarse de empresas transnacionales no existe ninguna institución o gobierno con autoridad y fuerza suficiente.
En más de una ocasión he mencionado la necesidad de un gobierno mundial o, incluso, una ONU modificada adecuadamente. Hoy me voy a dedicar a lo que indica Jeffrey D.  Sachs, una de las principales autoridades mundiales en economía y política sanitaria, en su libro Economía para un planeta abarrotado (2008, Barcelona, Random House Mondadori), concretamente en su último  capítulo “El poder de actuar al unísono”:  no habla de gobierno mundial, pero sí de “cooperación a escala mundial”.
Sachs empieza ese capítulo citando dos versos del poeta Wallace Stevens
Tras el último “no” viene un “sí”,
Y de ese sí que depende el porvenir del mundo.

Y afirma que “ese es el reto de nuestra generación”. Nuestros problemas son solubles, pero mientras intentamos resolverlos, oiremos un millón de noes. “No es preciso cambar”; “no, no podemos cambiar”; “no, tenemos que prepararnos para la guerra”; “no, no podemos correr el riesgo de buscar la paz”. Pero tras el último “no” vendrá un “si”. 
Dejando a un lado el pesimismo de mucha gente, Sachs indica que “nuestra tarea es lograr la cooperación a escala mundial”, única forma de resolver los actuales problemas, todos ellos mundiales” que  debe resolver la Humanidad para alcanzar un mundo sostenible. Encontraremos muchas críticas, pero seremos perseverantes.
¿Con qué objetivo debemos lograr la cooperación a escala mundial?  Sachs recuerda que ya hemos diseñado unos objetivos globales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y que, por lo tanto, de lo que se trata es de que cada uno de nosotros, en nuestra vida personal, nuestro trabajo y nuestros compromisos, tenga en cuenta esos objetivos. “Lo que parece imposible al principio, porque exige miles de millones de acciones fragmentarias y descoordinadas, tomará en última instancia la forma de un movimiento global para alcanzar la paz, la properidad y la sstenibilidad medioambiental. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son alcanzables, con un coste  muy bajo y con unos beneficios muy superiores a lo que en la actualidad suele imaginarse. Hay que “resistir a los noes hasta alcanzar el último sí”.
A continuación, Sachs pasa revista a “los actores implicados” en ese proceso, pero dejo ese tema para otra ocasión. Ahora únicamente  voy a copiar la última frase del capítulo: “Nuestra es la generación que puede aprovechar la ciencia y una nueva ética de la cooperación global para legar un planera saludable a las generaciones futuras”.

lunes, 13 de agosto de 2018

Amazonia



La Amazonia es el bosque tropical más extenso del mundo. Se considera que su extensión llega a los 7 millones de kilómetros cuadrados repartidos entre nueve países, de los cuales Brasil y Perú poseen la mayor extensión. El 11 de noviembre de 2011 la selva amazónica fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo.
El título de “Pulmón del planeta” se debe a que  absorbe gran cantidad de dióxido y, en su lugar, expulsa gran cantidad de oxígeno, al mismo tiempo que atesora la quinta parte de las reservas mundiales de agua. Según un científico de la NASA, “El viejo paradigma era que cualquiera que sea el dióxido de carbono que pongamos en emisiones (causadas por el hombre), el Amazonas podría ayudar a absorber una gran parte de él”.  Además, la Amazonia posee innumerables especies de plantas todavía sin catalogar, miles de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.
En 1970 distintas grandes empresas vieron en la Amazonia un lugar apto  para aumentar sus ganancias económicas.  Pero si queremos evitar un empeoramiento del cambio climático, la pérdida de su rica biodiversidad y garantizar la supervivencia de los pueblos indígenas, es fundamental detener la deforestación y degradación de la Amazonia.
Uno de los responsables de la deforestación son grandes empresas que se dedican al cultivo de soja para alimento del ganado de las mismas o distintas grandes  empresas ganaderas. Colabora en la destrucción de la Amazonia la minería, frecuentemente ilegal. En este caso, se producen derrames de petróleo en ríos que surten de agua a las comunidades. También, la explotación forestal industrial, en gran parte ilegal, abre el camino a la destrucción posterior mediante el uso del fuego. España es uno de los mayores importadores europeos de madera tropical amazónica; es el cuarto importador mundial de ipés, una madera valiosa. Otra gran amenaza son los grandes proyectos hidroeléctricos que amenazan todos los valiosos ríos de la cuenca amazónica. En España, empresas eléctricas están intentando hacer negocio con estos proyectos destructivos.
Se está invadiendo territorios indígenas y  utilizando trabajo esclavo. Al mismo tiempo, que se está destruyendo el “Pulmón del planeta” y ello acarreará graves problemas a las generaciones futuras.
Los habitantes de la zona hacen lo que pueden para defender su patrimonio y su medio de vida.  En la “entrada” anterior mencioné el asesinado en la Navidad de 1988 del activista brasileño, Chico Mendes, y cómo Marina Silva, con 20 años, recorría la selva en busca de hombres, mujeres y niños que quisieran hacer frente a la destrucción de la selva amazónica, Se llaman empates.a estos actos.
Eso de "matar a sueldo" ha sido una práctica muy habitual  en un elevado número de empresas multinacionales. Se pueden encontrar interesantes ejemplos en el libro de Klaus Werner y Hans Weis, El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales (2004, Barcelona, Random House Mondadori), un libro que,según dicen sus autores, "puso furiosos, sobre todo, a lectoras o lectores que pudieron descubrir que muchas de sus marcas preferidas basan sus beneficios en la explotación, el trabajo infantil, la cooperación con dictadoras militares, la financiación de guerras, la destrucción del medio ambiente y el maltrato a animales".

jueves, 9 de agosto de 2018

Una mujer en la Amazonia



Hablando de mujeres. En septiembre de 2004 apareció la primera edición del libro Libres. Ciudadanas del Mundo (Madrid, Santillana Ediciones Generales) escrito por Carmen Alborch, profesora titular Derecho Mercantil en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia. Ha recibido numerosos premios por su lucha por la igualdad entre mujeres y hombres. En este libro Carmen Alborch losa la personalidad y el trabajo emprendido por algunas mujeres excepcionales. “Este libro no es solamente un compendio de hermosas historias o perfiles de muchas mujeres contemporáneas. Las protagonistas de este libro intentan ejercer la libertad en su vertiente pública y en su dimensión interior; son mujeres que anhelan y aspiran a esa libertad, y la ponen en relación con la dignidad y la diversidad humanas. Todas colaboran en la construcción de un mundo –de un mundo social también- en que la libertad de las mujeres, y consecuentemente de todos los seres humanos, es objetivo central”.  (“Introducción” escrita por la propia autora)
El primer capítulo del libro está dedicado a “Marina Silva. La esperanza verde”. Marina Silva es una ecología brasileña que “adorna su vida  con más de veinte premios y homenajes: su nombre apareció en la revista norteamericana Time como representante de los jóvenes del futuro en el mundo (Nueva York, 1995); recibió el premio Goldmann de Medio Ambiente en San Francisco (1996); fue una de las  «Veinticinco Mujeres en Acción en el Mundo por la Vida de la Tierra», del Programa de Naciones Unidas para al Medio Ambiente ((PNUMA, 2997) y la revista Miss Magazine  la nombró Mujer del Año en 1997. Desde 1998, la Universidad estatal del Vale do Acaraú concede el Premio Marina Silva a los mejores trabajos sobre medio ambiente. En el año 2003, la Fundación  Ecología y Desarrollo concedió a la Ministra de Medio Ambiente de Brasil, doña Marina Silva, el Premio Especial al Desarrollo Sostenible”.
Marina Silva nació el día 8 de febrero de 1958 en una de las “infinitas parcelas de selva húmeda (Amazonía) donde crecen los árboles de caucho, que son sangrados temporalmente de acuerdo con las técnicas tradicionales”. “Por aquella época comenzaron a oírse rumores: la selva estaba siendo asolada y en su hogar (el hogar de Marina Silva) se percibía la preocupación por la deforestación”. La Amazonía es “patrimonio de la Humanidad, porque de ella depende su vida”.
Marina querìa ser monja, pero ¿cómo una niña analfabeta y andrajora puede imaginar llegar a ser monja algún día?  Sin embargo, un día se le presentó la posibilidad de acudir a un colegio católico, aprender a leer y escribir, a saber de Dios y del mundo y ... a curarse la hepatitis. "Estuve dos años y ocho meses de novicia". Algó cambió en ella: descubrió que la vida ofrecía múltiple posibilidades y que era necesario combatir la injusticia.
Conoció a Chico Mendes,”el mítico activista brasileño, acosado por los pistoleros y mercenarios que finalmente lo asesinaron en la Navidad de 1988”.   “Siempre supo que podía morir por lo que defendía”. “Con frecuencia, Chico Mendes hablaba con los obreros y les explicaba por qué era necesario que  abandonaran su trabajo de deforestación. A veces conseguía que los empleados de los hacendados se pusieran de su parte; abandonaran su trabajo de deforestación; otras veces solo recibía agresiones o arrestos”. Eran a lo que se llamaban -y se llaman- empates.
“Marina acudía a los empates organizados por Chico Mendes –tenia veinte años- y ella misma recorría la selva en busca de hombres, mujeres y niños que quisieran hacer frente a la destrucción de la selva amazónica”. “Tenía 20 años, estaba preparada para los exámenes de ingreso en la Facultad de Historia de Rio Branco, tenía  novio y  … hepatitis”.
Marina Silva se casó con su novio e ingresó en la Universidad. Estaba embarazada, pero continuó asistiendo a las movilizaciones contra los grandes hacendados. Tuvo una hija y en hijo, pero acudía a la universidad, trabajaba como maestra en una escuela pública y en un convento; no faltaba a las reuniones del partido. Estaba luchando por un mundo mejor para sus hijos y también para los hijos de los que reprochaban su actitud. Su presencia  en la vida política podía aportar algo a la lucha contra la discriminación femenina. Algún tiempo después escribió un artículo en el que evaluaba la historia de la mujer en la selva. “La violencia y la maternidad infantil –el  30 por ciento de los partos en Acre se deben a niñas menores de 16 años- son problemas estructurales”.
Lula quiso que Marina figurara como candidata a senadora federal. En estos momentos, año 2018, Marina Silva se postula como candidata a la Presidencia de Brasil y ofrece “honestidad” y “diálogo”.
Considero que se trata de un resumen demasiado breve, pero confio que sea lo suficiente para exigir que se cumpla el objetivo numero 5 de los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) y, al mismo tiempo, para empujar a conocer lo que nuestras grandes empresas están haciendo con lo que es el "pulmón" de la Humanidad: la Amazonia.

domingo, 5 de agosto de 2018

Igualdad entre hombres y mujeres



Lo que voy a escribir en esta “entrada” pretende ser un complemento o continuación de la que indiqué en la anterior.
En relación con la importancia de lograr la discriminación que sufren las mujeres y las niñas, Kofi Annan, ex Secretario General de la ONU dijo   “La igualdad de género es más que un objetivo en sí mismo. Es una condición previa para hacer frente al desafío de reducir la pobreza, promover el desarrollo sostenible y construir una buena gobernanza”.
Sin embargo, como ya indiqué en la “entrada” anterior, en todas partes del mundo la discriminación contra las mujeres es visible en todos los aspectos de la  vida. En España, a pesar de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres; de que el artículo 14 de la Constitución española proclama el derecho a la igualdad y a la no discriminación por razón de sexo; y de haber ratificado, en 1973, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en diciembre de 1979.
La igualdad es, asimismo, un principio fundamental en la Unión Europea: desde la entrada en vigor del Tratado de Ámsterdam, el 1 de mayo de 1999, la igualdad entre mujeres y hombres y la eliminación de las desigualdades entre unas y otros son un objetivo que debe integrarse en todas las políticas y acciones de la Unión y de sus miembros. Recientemente, el Convenio de Estambul, que se presentó en 2011 y está en vigor desde el 1 de agosto de 2014, está considerado el tratado internacional, legalmente vinculante,  más completo y de mayor alcance sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Sin embargo, aunque importante no es la violencia contra las mujeres dentro y fuera del hogar, la única forma de discriminación de género. En la “entrada“ anterior mencioné que las mujeres cobran menos que las mujeres por el mismo trabajo, principalmente, cuando llega la maternidad y la baja participación del hombre en el trabajo doméstico, atención a los hijos y cuidado de otras personas, todos ellos trabajos no remunerados.
Octavio Salazar Benítez, profesor titular de Derecho Constitucional en la Universidad de Córdoba, en su libro Masculinidades y ciudadanía. Los hombres también tenemos género (2015:30), indica  que “es necesario darle la vuelta a toda una cultura, lo cual supone una tarea de doble recorrido y exige una implicación de todos y todas, de hombres y mujeres, de los poderes políticos y de todos los sectores sociales, y muy especialmente de todas las instancias que inciden en nuestro proceso de socialización”.
Desde mi punto de vista, la no discriminación contra mujeres y niñas conducirá no solo a un mundo sostenible sino a uno más humano y rico, debido a las distintas características y cualidades complementarias,  de los hombres y de las mujeres.
La historia humana ha demostrado que los derechos, lejos de ser concedidos graciosamente, se conquistan con protestas y movilización, es decir, no son fruto de una regla interna de la evolución humana (humanización), sino el resultado de muchas luchas colectivas. Así, a lo largo de la historia, la especie humana, siempre debido a protestas protagonizadas por algunos de sus miembros más sensibles y atentos, se ha hecho cada vez más humana.
Según Antonio Guterres, actual Secretario General de las Naciones Unidas, “conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas son tareas pendientes de nuestra época y constituyen en mayor desafío en materia de derechos humanos del mundo”.