Ha llegado a mí, a través de un amigo, algo que pone de manifiesto el poder creativo del ser humano. Se trata del "micromecenazgo" o "croudfounding".
El "micromecenazgo" -prefiero la palabra española- se trata de un sistema de financiación a determinados proyectos mediante pequeñas aportaciones realozadas por muchas personas. Su lema es "La unión hace la fuerza".
¿En qué consiste el micromecenazgo? Si una persona necesita dinero -que no tiene- para un proyecto, puede recurrir a una plataforma de microfinanciación, que, tras exponer el proyecto en la Red, recauda ese dinero mediante pequeñas aportaciones de muy diversos internautas. Para recaudar el dinero que el creador ha manifestado necesario, la plataforma establece un plazo; en el caso de que en ese plazo no se consiga la cantidad solicitada, la petición de financiación será denegada, es decir, no se harán efectivas las donaciones anunciadas. Una vez aceptado el proyecto y hechas efectivas las correspondientes aportaciones, el donante recibe, como muestra de agradecimiento, un regalo o recompensa, establecida por el creador y proporcional a la aportación realizada.
El sistema ha sido usado por músicos que buscan fondos para su próximos disco, pero el objetivo no siempre es comercial. La financiación colectiva también tiene su lado solidario. Muchas ONG acuden al micromecenazgo para poder realizar un proyecto, por ejemplo, una de las plataformas ha financiado un trabajo de construcción de tres fuentes públicas de agua potable, solicitado por Ingenierías para el Desarrollo Humano.
De forma parecida, una organización sin ánimo de lucro hace, a través de la Red, préstamos a emprendedores de países en desarrollo, para ayudarles a salir de la pobreza.
Muy interesante, en estos momentos, es la utilización del micromecenazgo para financiar proyectos de investigación. Según ha destacado uno de los usuarios, los ciudadanos que deciden participar están "haciendo ciencia", pues con su micromecenazgo "apoyan con su dinero a los investigadores y gracias a ello la ciencia avanza".
En España, la primera plataforma de microfinanciación, Verkami, fue creada en el año 2000 por Joan Sala, biólogo, y sus dos hijos, un historiador de Arte y un físico, según ellos, por su pasión por la creatividad, el arte y la investigación. El mismo año nació Lánzanos, similar a Verkami, que acepta donaciones a partir de 1 euro. Goteo empezó a funcionar en 2011.
4 comentarios:
Lo que no gastamos en ciencia se invierte en religión.
Buen comentarios
Gracias
Muy intetesante , sino te importa lo ponfre en mi blog "consumo equilibrado" me parece muy interesante.
Gracias
No me importa, en absoluto. Cuanto más personas lo sepan, mejor
Un saludo
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