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miércoles, 23 de abril de 2025

Cambio climático. Últimos descubrimientos

     La Fundación BBVA otorgó el día 22 de abril el Premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio climático y Ciencias del Medio Ambiente a la ecóloga Camilie Parmesan por sus descubrimientos sobre la relación entre el cambio climático del planeta y el desplazamiento de especies. Los estudios de la investigadora estadounidense, que datan desde la década del noventa, han demostrado que las especies silvestres se muevan hacia los polos y hacia zonas más elevadas como consecuencia del aumento de las temperaturas. 

     Fue a  partir de la investigación publicada en la revista Nature en 1996, que surgió un campo de estudio nuevo, la ecología del cambio climático, Con los años, el método desarrollado por Parmesan se aplicó a otros animales en el hemisferio norte y sur, incluyendo variedades marinas, El patrón se repetía: donde las temperaturas se elevaban con mayor fuerza, los animales migraban hacia los polos, hacia territorios más elevados o hacia aguas más frías. Esto ha revelado, señala, el jurado, una "huella globalmente coherente" del cambio climático.

     Los descubrimientos de Parmesan  también pueden tener una influencia crucial en la proyección y prevención de posibles epidemias y brotes de impacto global. Las migraciones masivas de insectos y animales hacía regiones más frías donde .nunca antes habían estado, suponen un riesgo para las poblaciones nativas. Observando los desplazamientos de algunas especies, se puede predecir los impactos que tendrán en la salud. Una herramienta fundamental para diseñar políticas públicas y a la ella espera que la "comunidad médica comience a prestar atención". (Fuente: El País, 23 de abril de 2025)

 

 

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martes, 22 de abril de 2025

Biocombustibles

      Los biocombustibles se producen, pero no termina de despegar por las limitacioness de eficiencia energética y barrera a partir de los desechos y la contaminación que generamos para reducir e incluso eliminar parte de las emisiones de nuestro sistema de vida. El grupo de investigación Surfear (Surface Chemistty and Catalysis), de la Universidad de Sevilla, ha conseguido mejorar la fórmula para obtener biocombustibles a partir de basura urbana, desechos y dióxido de carbono, algo que la humanidad genera en exceso. 

     La tecnología para lo síntesis de biocombustibles avanzados mediante la captura y utilización de carbono permite usar las emisiones de dióxido de carbono como material de partida y lleva una década de intensos estudios en los laboratorio, pero no termina de despegar por las limitaciones de eficiencia energética y barreras técnicas, comola falta de catalizadores adecuados.

     Otras rutas de síntesis de biocombustibles a partir de residuos están más  establecidas. De forma muy simplificada, consiste en,mediante procesos de pirólisis (descomposición de un compuesto químico por acción del calor) y gasificación, generar un gas  o un líquido del que, tras un proceso de catálisis (reacción con otros elementos), se obtiene un producto deseado. Los investigadores de Surfeat se han centrado en mejorar gran parte del proceso.

     El coste del producto final es superior al obtenido de fuentes fósiles, pero hay que tener en cuenta los beneficios que aporta el proceso a problemas graves y costosos, como la contaminación por dióxido de carbono o la acumulación de residuos, así como la puerta que se abre a que la investigación progrese hasta alcanzar no solo la eficiencia deseada sino también los costes competitivos.

     La línea de investigación ha sido avalada por distintos análisis. Como describía la investigadora Mal Buf en un artículo colectivo publicado en Energy &Environmental Science: "Esta aproximación permite la producción de combustibles renovables integrando principios de sostenibilidad, economía circular y transición energética". (Fuente: El País, 21 de abril de este año)

     Nada se le escapa a la Agenda 2930, aprobada el 25 de septiembre de 2015 por los 193 miembro de las Naciones Unidas. El Objetivo 9 es "construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación"

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NO a la guerra

En El País del día 21 de abril he encontrado una noticia titulada Defensa ultima proyectos de armamento para elevar el gasto militar al 2% del PIB. 

Como verdadero ser humano, que multitud de experimentos en desarrollo infantil, neurociencia y psiquiatría  han mostrado. que además de ser inteligente, está totado de dotado, entre otras cosas,  de empatía, solidaridad me siento obligada a decir alto y claro  "NO A LA GUERRA".  

¿Cómo elevar el gasto militar si todavía existen pobres,  etc,?

lunes, 21 de abril de 2025

Salmón. Posible extinción

      David Álvarez (Oviedo, 57 años), doctor en Zoología en la Universidad de Oviedo, estudia a los salmónidos desde hace más de 25 años, sigue divulgando, investigando y advirtiendo sobre la "dramática" situación del salmón atlántico. La bajada de la especie, que regresa del mar  cada año para reproducirse en los cauces donde nació, ha sido drástica. La única forma de parar la sangría y "quizá, solo quizá", evitar que la especie se extinga será dejarlo de pescar, "vedar todos los ríos".

     Álvarez que empezó la tesis sobre salmónidos en 1998 dentro de un proyecto europeo para estudiar los impactos de repoblaciones y escapes en las poblaciones salvajes. "A partir de ahí me fui interesando y comprobé cómo año  tras año había menos. Cuando empezamos a gravar imágenes en 2009 era relativamente sencillo verlos, pero luego nos íbamos muchos días de vacío, incluso en ríos muy salmoneros como el de Sella". En España la situación ahora es "dramática, la bajada es brutal, el los años cincuenta del siglo pasado se pescaron en nuestros ríos 10.000 ejemplares, con oscilaciones dependiendo de los años, algo natural en la especie, pero a partir de los 80 empieza la debacle. Hace una década se capturaban 1.500 ejemplares y en los últimos tres años no se ha llegado a 500.

     ¿Qué causa el declive? Son muchas causas, Las presas y azudes en los ríos, insalvables para un salmón, o los efectos del cambio climático que se acentúan en la península Ibérica, donde el aumento de temperatura de un río tiene peores efectos que en otros más fríos. También se topan con la contaminación, la sobrepesca, la construcción de escolleras que elimina el bosque de ribera y provoca que el agua avance con más fuerza y reduzca los lugares para desovar.

     ¿Es dañina la pesca deportiva en los ríos? Si hubiera una población abundante probablemente será sostenible, pero es un 95%  más baja que hace 100 años, por eso no se debería pescar ningún salmón, hacerlo es condenarlo a la extinción, un punto en el que igual ya está.

     ¿Qué  medidas esta adoptando la Administración?  Las que se adoptan no funcionan, como demuestran los datos y, además, son contraproducentes. Actualmente, se repuebla con individuos que se crían en piscifactorías que proceden de ejemplares adultos  cuando entran del mar. Es un método que no les permite adaptarse a la vida salvaje y cuando se sueltan en el río, a pesar de er miles, la mortalidad es muy superior a la natural.

     ¿Cuál es la gestión correcta? Lo que se está haciendo en el río Bidasoa, en Navarra, es la única esperanza. A ellos no les tembló el pulso cuando decretaron el cierre de la pesca y llevan ya tres temporadas, a pesar de las críticas.  Vieron los números y decidieron que había que parar hasta que la población no mejore. Marcan todos los individuos, estudian la  especie hasta la saciedad y están obteniendo datos importantísimos.

     "No se debería pescar ningún salmón, hacerlo es condenarlo a la extinción". (Fuente: El País, 20 de abril de 2025)

En la Agenda 2030, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 aconseja "conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible". Mientras que el ODS 15 convoca a "gestionar de forma sostenible los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la perdida de biodiversidad".

domingo, 20 de abril de 2025

Descolonizar la ayuda al desarrollo - 4

 4.- Existe una alternativa para el futuro de la ayuda

      Podemos construir un sistema de ayuda internacional que contribuya a erradicar la pobreza en un planeta que debe sortear la catástrofe ecológica? La respuesta no es evidente y los gobiernos, las agencias de la ONU, las instituciones financieras y los grupos de la sociedad civil se encuentran atenazados entre el trauma y el pesimismo generalizado. El progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las metas para 2030 para acabar con el hambre y la pobreza en el mundo, se ha estancado. Las grandes brechas financieras se amplían como consecuencia del ataque a la ayuda. La administración Trump bombardea las instituciones multilaterales. No hay ninguna razón para el optimismo.

     Pero a la vez, la crisis aguda brinda una oportunidad única de reimaginar un sistema de ayuda global para el siglo XXI. La construcción de ese sistema debe partir del reconocimiento de que el antiguo orden, que ahora se desmorona bajo su propio peso, estaba fallando fundamentalmente a los pobres del mundo y marginando al Sur Global. A finales de junio, gobernantes, expertos y representantes de la sociedad civil se reunirán en Sevilla en la cumbre de la ONU sobre financiación con el objetivo de sentar las nuevas bases de un sistema más capaz y mejor gobernado.

     El estado de los ODS admite pocas interpretaciones. Tal como van las cosas, los niveles de pobreza extrema serán en 2030 el doble de los objetivos fijados y atraparán a más de 300 millones de personas con ingresos diarios inferiores a 2,15 dólares (2 euros). El progreso hacia el “hambre cero” se estancó hace más de una década. La brecha entre la ambición de los ODS y el resultado previsto en mortalidad infantil equivale a nueve millones de vidas jóvenes perdidas por enfermedades relacionadas con la pobreza.

      Las deficiencias de financiación son la causa principal de estos déficits. El sistema humanitario, lo más parecido que tenemos a una red de seguridad global para las personas que se enfrentan a la guerra, la crisis climática y los riesgos de hambruna, está desesperadamente infradotado. A medida que la crisis climática se agrava, se ha entregado menos de una quinta parte de la financiación necesaria para apoyar la adaptación en África, la región que se enfrenta a los riesgos más graves e inmediatos del calentamiento global.

      Todo esto se suma al devastador impacto humano de los recortes que se avecinan en la ayuda. Cuando Elon Musk, el Robespierre personal del presidente Trump, alimentó la trituradora de madera con agencia estadounidense para el desarrollo, USAID, estaba haciendo algo más que lanzar un ataque simbólico a un consenso bipartidista. Estados Unidos es, o era, la mayor fuente mundial de ayuda para el desarrollo, la salud pública mundial y la asistencia humanitaria. La administración Trump ha detonado la explosión controlada del sistema de ayuda global que el propio EE UU creó tras la Segunda Guerra Mundial.

     Las consecuencias se sentirán en la vida real. Piensen, por ejemplo, en la posible retirada de la financiación estadounidense a GAVI, la iniciativa mundial de vacunación. Esto podría provocar la pérdida de 1,2 millones de vidas jóvenes en los próximos cinco años. Dado que Estados Unidos representa el 40% de la financiación humanitaria, la hambruna en el Cuerno de África, Sudán y la región del Sahel se ha convertido en un peligro real e inmediato.

      ¿Cómo detener el asalto a la ayuda y comenzar su reconstrucción? La prioridad es desarrollar una agenda para obtener más impacto con menos recursos. Eso requerirá la voluntad de enfrentar tanto ineficiencias profundamente arraigadas como los intereses creados que las sostienen.

     1. Poner fin a la fragmentación. Tomemos el tema de la fragmentación de la ayuda.        Demasiada cooperación bilateral al desarrollo se entrega a través de proyectos y mecanismos especiales, dispares y desconectados, controlados por los donantes. Solo en el ámbito del cambio climático, existen más de 80 fondos especiales. Otros cientos se dedican a la salud materno-infantil y a la seguridad alimentaria. Si se diseñara un sistema destinado a maximizar los gastos administrativos de la ayuda, cargar los costes de transacción a los gobiernos receptores y minimizar el impacto, sería muy parecido a lo que tenemos. Solo en 2022, un país como Etiopía negoció y justificó más de 1.000 proyectos de ayuda relacionados con la pobreza.

     Existe una alternativa. Bajo la presidencia del G-20, Brasil estableció una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, con el objetivo de acelerar el progreso hacia los ODS. La alianza está creando ahora una plataforma de financiación, un “fondo virtual”, a través del cual los donantes pueden poner en común sus recursos para respaldar planes nacionales en áreas como la alimentación escolar, las transferencias de efectivo para hogares pobres y la salud infantil y materna, reduciendo costes y obteniendo resultados donde más importan. Los donantes deberían aprovechar la cumbre de Sevilla para apoyar la iniciativa de Brasil.

     ¿Cómo detener el asalto a la ayuda y comenzar su reconstrucción? La prioridad es desarrollar una agenda para obtener más impacto con menos recursos. Eso requerirá la voluntad de enfrentar tanto ineficiencias profundamente arraigadas como los intereses creados que las sostienen.

     2. Protagonismo de los actores locales. También el sistema humanitario necesita una reforma profunda desde hace mucho tiempo. Cada año, la ONU emite un llamamiento de emergencia. Las agencias de la ONU se apresuran y compiten entre sí para recaudar y entregar una financiación humanitaria a corto plazo e impredecible para emergencias a largo plazo, altamente predecibles y, a menudo, evitables. El año pasado, como es habitual, se financió menos de la mitad del llamamiento.

     Aquí también hay una alternativa. La mayor parte de la ayuda humanitaria se canaliza a través de agencias de la ONU. Canalizar más a través de actores locales en la primera línea de las crisis humanitarias reduciría los costes y aumentaría el impacto. Sin embargo, menos del 2% de la ayuda humanitaria pasa por ONG locales. Mientras tanto, los rígidos silos defendidos con sombría determinación por los donantes y las agencias de la ONU separan la financiación “climática”, de “desarrollo” y “humanitaria”, desperdiciando oportunidades para enfoques integrados que combinen la prevención de crisis con la inversión en resiliencia.

     3. Desbloquear préstamos. Los recortes en la ayuda han hecho aún más urgente la necesidad de añadir músculo financiero a los bancos multilaterales de desarrollo (BMD): el Banco Mundial y sus homólogos regionales. Los fundadores del sistema de Bretton Woods crearon una arquitectura financiera que ofrece la magia de la multiplicación al aprovechar los mercados de bonos. Cada dólar que los donantes aportan a la Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco, que atiende a los países más pobres, moviliza otros tres o cuatro dólares en préstamos.

     Antes de la cumbre de Sevilla, los principales donantes europeos podrían acordar mantener sus compromisos con la AIF. También podrían acelerar los esfuerzos para desbloquear más préstamos y asignar una parte de sus derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) —un activo de reserva del banco central— a los BMD. Ese ejercicio técnico supondría una reasignación sin coste de 20.000 millones de dólares (18.500 millones de euros) en derechos especiales de giro que desbloquearían 80.000 millones de dólares (74.000 millones de euros), una inversión de dinero real para la financiación climática y los ODS.

      4. Renegociar la deuda. El deterioro del entorno de ayuda también ha puesto el foco en la crisis de la deuda. Este año, África tiene previsto pagas a sus acreedores 88.000 millones de dólares (81.300 millones de euros), lo que desplaza el gasto en salud, nutrición y educación básica. Tras años de evasivas y una iniciativa fallida del G-20, es hora de convertir las deudas impagables en inversiones en las personas y en un futuro sostenible, y la cumbre de Sevilla podría dar el impulso necesario.

      5. Profundas reformas institucionales. Quizás la gravedad de la crisis a la que se enfrenta el sistema de ayuda también podría impulsar una seria consideración de reformas más profundas. Algunas de las reformas más urgentes están relacionadas con la gobernanza de la ayuda. El modelo actual concentra el poder institucional en el Norte Global, perpetuando un sistema que pide con urgencia una descolonización. Otras reformas —como la de los sistemas fiscales internacionales— son necesarias para financiar los bienes públicos globales. Los impuestos sobre el carbono podrían, y deberían, financiar la adaptación climática en África y una transición ecológica. Incluso un pequeño impuesto del 2% sobre la riqueza de los multimillonarios podría movilizar 320.000 millones de dólares (296.000 millones de euros) a través de la redistribución para financiar los ODS.

     Reimaginar el futuro en medio de una crisis no es fácil, pero hay precedentes. La cumbre de Sevilla se inaugurará en el 81º aniversario de la conferencia de Bretton Woods. Convocada por Estados Unidos a la sombra de una guerra inconclusa, la conferencia reunió a una generación de líderes políticos que habían visto la devastación causada por el proteccionismo, el auge del fascismo y el colapso del multilateralismo. Lo que surgió fue parte de un nuevo orden basado en lo que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Morgenthan, describió como el reconocimiento de que “la única salvaguarda genuina de nuestro interés nacional radica en la cooperación internacional”.

     Los fundamentalistas actuales del Make America Great Again (MAGA), y sus homólogos europeos, ven el mundo de manera diferente. El proteccionismo del tipo “empobrece a tu vecino”, el apoyo a partidos con raíces neonazis y fascistas y el rechazo de los valores universales están a la orden del día. En un mundo que se enfrenta a desafíos que solo pueden resolverse mediante la cooperación internacional, la mentalidad MAGA representa una amenaza para todos nosotros.

     Existe una alternativa.

 Autores de este artículo: Kevin Watkins fue director ejecutivo de Save the Children en el Reino Unido y actualmente es profesor visitante en el Instituto Firoz Lalji  de la London School of Economics. Gonzalo Fanjul es director de Análisis de Políticas y Desarrollo en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

sábado, 19 de abril de 2025

Descolonizar la ayuda al desarrollo - 3

 3.- El camino hacia la autosuficiencia de África

     En 2015, el entonces presidente de Kenia, Uhuru Kenvatta, advirtió al Parlamento Panafricano sobre los peligros de la ayuda para el desarrollo. “El futuro de nuestro continente no puede dejarse a merced de intereses externos”, dijo. “La ayuda exterior, que a menudo viene de la mano de términos y condiciones que impiden el progreso, no es una base aceptable para la prosperidad y la libertad. Es hora de renunciar a ella”.

      El llamamiento de Kenyatta a la autosuficiencia parece premonitorio a la luz del desmantelamiento por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y de los recortes recientes en los ya mermados presupuestos de ayuda exterior de Francia, Alemania y Reino Unido. Tenía razón: a medida que se fue afianzando la dependencia de la ayuda a lo largo de las décadas, la participación de África en el comercio mundial disminuyó de manera constante, para situarse ahora por debajo del 3%. Las ambiciones nacionales de crear industrias productivas que puedan satisfacer la demanda interna se han atrofiado, y los esfuerzos de todo el continente por fortalecer la integración regional han decaído.

     Por eso, a pesar del impacto desproporcionado de estos recortes en el continente, algunos africanos ven la desaparición de la ayuda exterior como una oportunidad. Una encuesta de Afrobarometer realizada en 34 países africanos reveló que el 65% de los encuestados deseaba que sus gobiernos financiaran el desarrollo con sus propios recursos, en lugar de con préstamos externos.

     La autosuficiencia era una aspiración para líderes independentistas como Kwame Nkrumah, el primer presidente de Ghana y cofundador de la Organización para la Unidad Africana (precursora de la Unión Africana), que consideraba el sistema de ayuda exterior como una forma de neocolonialismo. El actual presidente ghanés, John Dramani Mahama, ha hecho suya la causa, calificando la eliminación de USAID como una “señal para África de que ha llegado el momento de que seamos más autosuficientes”.

     La respuesta silenciosa africana contrasta marcadamente con las predicciones alarmantes de los profesionales del desarrollo en las capitales occidentales, quienes advierten que pronto se producirá una catástrofe humanitaria en el continente. Según Nicholas Enrich, exadministrador adjunto en funciones de USAID para la salud global, el desmantelamiento de la agencia provocaría entre 71.000 y 166.000 muertes más al año por malaria y un millón de niños al año con desnutrición aguda grave no tratada, entre otras consecuencias perjudiciales.

      Es cierto que África ha dependido durante mucho tiempo de la ayuda exterior no solo para la ayuda de emergencia a corto plazo, sino también para una financiación sanitaria crítica. El Plan Presidencial de Emergencia para Alivio del SIDA (PEPFAR) y la Iniciativa Presidencial contra la Malaria (PMI, por sus siglas en inglés), programas creados hace décadas por el presidente estadounidense George W. Bush, han sido fundamentales en la lucha contra el VIH/sida y la malaria, cuya prevalencia en África es desproporcionada. Alrededor del 67% de las personas que viven con VIH en todo el mundo residen en el África subsahariana y el continente concentra más del 90% de los casos y muertes por malaria.

      Esta ayuda no se limita a los países más necesitados y vulnerables de África, como la República Centroafricana, Somalia y Sudán del Sur, donde la ayuda oficial para el desarrollo representa más del 20% del ingreso nacional bruto. Incluso Nigeria y Sudáfrica, dos de las mayores economías del continente, dependen fuertemente de los programas de USAID. El PEPFAR financia  casi el 20% de los 2.300 millones de dólares anuales (2.100 millones de euros) del programa sudafricano contra el VIH/sida, que proporciona tratamientos antirretrovirales que salvan vidas a 5,5 millones de personas cada día. Las ayudas de la PMI suponen alrededor del 21% del presupuesto nacional de sanidad de Nigeria, que tiene la mayor carga de malaria del mundo.

      Algunos africanos ven la desaparición de la ayuda exterior como una oportunidad

     La dependencia de los países africanos de Estados Unidos para el gasto en salud pública supone un riesgo para la seguridad nacional, como puso de manifiesto el nacionalismo de las vacunas durante la pandemia del COVID-19. También implica enormes costos de gobernanza. Un estudio de 2023 ha demostrado que la ayuda exterior tiende a debilitar la capacidad fiscal en las democracias africanas. Estos gobiernos pueden volverse menos responsables ante sus ciudadanos y más autocráticos, apuntalados por la ayuda oficial para el desarrollo

      La ayuda exterior impide el progreso económico precisamente por sus “términos y condiciones”, como dijo Kenyatta. La industria de la ayuda en África funciona en gran medida con contratistas extranjeros, lo que limita las oportunidades de los empresarios africanos y socava el crecimiento local. Esto limita la expansión del estrechísimo margen fiscal de los gobiernos, mantiene unas tasas de desempleo persistentemente altas y alimenta las presiones migratorias. Incluso Sudáfrica, la economía más avanzada del continente, tiene una tasa de desempleo superior al 30%.

    Tras el asalto de Trump a USAID, África debería ponerse en camino hacia la autosuficiencia sanitaria. Eso significa asumir un mayor control sobre la respuesta al VIH/sida y la malaria, desde la investigación y el desarrollo hasta la fabricación de diagnósticos y tratamientos, en lugar de depender de soluciones e importaciones extrarregionales. Para mitigar los riesgos de la dependencia de la ayuda e impulsar el crecimiento económico, los países africanos deben aprovechar las oportunidades inherentes a las crisis sanitarias y dar rienda suelta a los espíritus animales de los empresarios locales. El Gobierno nigeriano ya ha aprobado un gasto sanitario adicional de 200 millones de dólares como parte de su presupuesto para 2025, y otros países están contemplando incrementos similares.

     Los países africanos deben adoptar la misma estrategia para otros sectores estratégicos, especialmente la seguridad nutricional, porque la dependencia excesiva de las importaciones de alimentos financiadas con ayuda exterior perjudica a los agricultores africanos al distorsionar los mercados y deprimir los precios locales. El continente necesita comercio justo, no ayuda. Con aproximadamente el 60% de la tierra cultivable no cultivada del mundo, África no debería depender de proveedores externos para alimentarse.

     Sin duda, los gobiernos africanos con un espacio fiscal limitado y escaso acceso a los mercados internacionales pueden no ser capaces de construir la infraestructura necesaria para impulsar la producción nacional. Este problema puede resolverse aunando recursos con otros países para desarrollar infraestructura productiva y cadenas de suministro regionales resilientes, impulsando así el comercio al interior de África y profundizando la integración regional. India es un ejemplo de lo que se puede conseguir. Al fin y al cabo, su industria de medicamentos genéricos, competitiva en todo el mundo y con precios extraordinarios, empezó a despegar mucho antes de que lo hiciera la economía nacional.

      Lograr economías de escala a través de la Zona de Libre Comercio Continental Africana podría ayudar a atraer capital privado para construir industrias críticas. Esto le permitiría a África ampliar la producción agregada y aumentar los niveles de comercio, que han permanecido desoladoramente bajos.

     El ataque de Trump a la ayuda para el desarrollo puede ser la llamada de atención que necesitan los líderes africanos. Tras décadas de reducir las ambiciones y externalizar el desarrollo, es hora de que el continente aproveche al máximo las oportunidades de crecimiento asociadas a las crisis internas, en lugar de ceder el control al sistema de ayuda y a los contratistas extranjeros que llenan sus filas. Se suele decir que la necesidad es la madre de la invención, lo que significa que el fin de USAID podría impulsar a los gobiernos africanos a afrontar claramente los desafíos de sus países.

Descolonizar la ayuda al desarrollo - 2

2.- Yo fuí un salvador blanco

     A toda una generación de jóvenes occidentales se nos hizo creer que podríamos ver el fin de la pobreza y ser protagonistas en lograrlo. Te decían que en el Sur Global los Estados no tenían capacidades o eran disfuncionales, que Naciones Unidas era demasiado rígida y burocrática; así, las ONG se convertían en el Robin Hood del desarrollo

     Es lo que te decían en uno de los tantos másteres en cooperación y desarrollo que estabas obligado a realizar para trabajar en ONG con mucho  dinero y poder. Estudiabas en el Norte, con personas del Norte, con profesores del Norte, para resolver problemas del Sur, de personas del Sur. Y no ha cambiado mucho, a día de hoy, hay más másteres en desarrollo en España que en toda América Latina o África. el Robin Hood del desarrollo.

     Te enseñaban, y siguen enseñando, la importancia de empoderar a las personas ‘dándoles voz’, desarrollando capacidades, conociendo el terreno, el marco lógico, las contrapartes y organizaciones locales. Términos todos estos hoy cuestionados por representar relaciones jerárquicas entre las organizaciones internacionales y las personas a las que apoyan.

     Te decían que en el Sur Global los Estados no tenían capacidades o eran disfuncionales, que Naciones Unidas era demasiado rígida y burocrática; así, las ONG se convertían en el Robim Hood del desarrollo, donde todo joven idealista, ingenuo y bienintencionado del Norte quería estar. Yo fui uno de ellos.

     Me duró la tontería un mes, cuando me quebré después de ver una escena que todavía muchas noches me levanta sobrecogido. Fue durante mis prácticas del máster con una ONG en Angola; tenía 23 años. Me llevaron para evaluar sus proyectos, comenzando por una comunidad cercana a Huambo. Era después de la guerra y había mucha hambruna. Fuimos en Land Cruiser con aire acondicionado hasta la comunidad, donde me esperaban reunidos con su mejor vestimenta, pero las miradas vacías y cuerpos de una languidez estremecedora.

      Era el único representante de la ONG y me hicieron sentar en el centro de la mesa principal, bajo unos árboles, para darme un mensaje que aún recuerdo como si fuera ayer y del cual no he olvidado ni una palabra: “Si nos retiran el proyecto, la mitad de las personas aquí no estarán vivas el año que viene”. Había alrededor de 60 personas, muchos niños; la hambruna era evidente y no había cosecha para el año siguiente. Sabía que el proyecto de la Agencia Española de Cooperación Internacional no había sido aprobado para el próximo año, pero fui un cobarde y les mentí, diciéndoles que aún no se había tomado la decisión y que haría todo lo posible para que continuara. Todavía me atormenta saber qué fue de sus vidas.

      Algo falla cuando a un joven blanco sin conocimiento de nada se pone delante de una comunidad para sentenciarles sobre el destino de sus vidas. No puede una ONG, por un cambio de prioridades, condenar a muerte a una comunidad; solo es posible cuando las decisiones se toman muy lejos, como así era: en concreto en Madrid o Barcelona, con base en fríos marcos lógicos y por ONG internacionales con mayor vínculo a sus donantes que a la comunidad a la que atienden. Desde entonces fui muy crítico con el trabajo humanitario de las ONG: demasiado poder y demasiado cowboy. Esto me generaba conflictos morales.

     Hubo que esperar hasta 2016 para que los principales donantes y organizaciones humanitarias del mundo firmaran el “Gran Pacto” —un compromiso para destinar más fondos y decisiones a las personas en los países donde se implementan los programas humanitarios. Se acordó dar el 25% de su financiamiento a organizaciones nacionales y subnacionales en los países donde operan los programas para 2020, pero solo se logró llegar a la ridícula cifra del 3,44%, y en 2022  incluso cayó al 1,8%.

      Decidí trabajar en campañas de incidencia política, convencido de que era necesario promover cambios más estructurales a través del apoyo a organizaciones sociales. Me dediqué a esto durante 10 años desde diferentes países de América Latina. Comencé en Honduras, con un contrato local (a diferencia de los blancos occidentales), sin poder adquisitivo (ni ganas realmente) para integrarme a la comunidad de expatriados y asistir a los mejores restaurantes y hoteles, en este caso de Tegucigalpa. El equipo era totalmente hondureño, y mi jefa, nicaragüense, algo muy distinto al resto de las ONG. Una vez, una de estas organizaciones me pidió una recomendación para alguien que pudiera formular un proyecto. Le sugerí una colega guatemalteca con experiencia en el tema, y su respuesta me impactó: dijo que estaba bien, pero necesitaba a alguien con una educación cartesiana “como la nuestra”. Llevaba un mes en el país, y esto me sirvió para darme cuenta del racismo estructural de un sector en el que los europeos siempre se ven como superiores frente a profesionales nacionales que poseen conocimientos y experiencia de la que yo en ese momento estaba muy lejos.

Un estudio del Banco Mundial mostró que el personal de desarrollo suele hacer suposiciones incorrectas sobre las personas a las que apoya y “suelen tomar decisiones que favorecen a ciertos grupos sobre otros, influenciados por su entorno social, los modelos mentales que tienen sobre los pobres y los límites de su capacidad cognitiva”. Este racismo y superioridad blanca han sido constantes, adaptándose en formas y estilos, pero siempre dominados por un pensamiento occidental y una jerarquía frente al “otro”.

En mi trabajo en campañas, contaba con muchos recursos para apoyar a organizaciones locales y promover cambios, como mejorar la ley de seguridad alimentaria, presionar a una empresa minera o defender los derechos laborales de las mujeres en las maquilas. Sin embargo, las decisiones sobre las temáticas en las que nos centramos se tomaban en el Norte, los informes los realizaban investigadores del Norte y la opinión pública priorizada era la del Norte. En ese entonces, había más personas dedicadas a campañas para América Latina en Madrid que en toda la región. Esto ha cambiado progresivamente, pero persiste.---- 

     La influencia sobre las organizaciones nacionales era desproporcionada e incómoda, ya que dependen de tu financiamiento y cuentas con más recursos y personal. Estas organizaciones te están permanentemente rindiendo cuentas, les exiges trabajar en los temas que consideras importantes, limitas sus salarios, a pesar de ser los tuyos mucho mayores, y te quedas con la mayor parte de los recursos que consigues del donante, aunque ellas sean quienes aportan el mayor valor agregado. En los informes a los donantes, sin embargo, te atribuyes gran parte de los logros. Recientemente, escuché a la codirectora de una prestigiosa organización brasileña que apoyábamos decir: “las ONG han pasado de ser aliadas a ser competencia sin valor agregado alguno”.   

     El sistema tiene que cambiar. La sociedad civil del Sur Global exige cada vez más la decolonización del sistema de ayuda, pues los avances han sido pocos para superar la visión eurocéntrica y un valor agregado cada vez más difuso, a pesar de acumular tanto poder en la imposición de agendas y burocracia. Y no solo la presión viene del Sur: la confianza en las ONG en el Norte no solo está disminuyendo, sino que se encuentra por debajo de muchos sectores corporativos y ha caído más que en cualquier otro sector.   

Si a esto sumamos el deseo de la extrema derecha de acabar con la cooperación internacional y la pérdida de autoridad moral de Occidente (y su ayuda) ante la crueldad de Israel en Gaza, la necesidad de una profunda reflexión es todavía mayor. El reciente libro de Deborah Doane da pistas sobre por dónde empezar este debate, que, en realidad, ta hace 25 años se planteaba, pero no se quiso escuchar, porque no interesaba. Habrá que pensar por qué y de prisa, pues el contexto actual no puede esperar. 

      En los últimos meses, ha comenzado a resquebrajarse el andamiaje de la cooperación, tal como la conocíamos desde hace 80 años. Y lo ha hecho de la forma más inesperada: viniéndose abajo, nada más y nada menos que USAID. Llevamos dos meses procesando esta sacudida, gestionando recortes infinitos o refugiándonos en la negación. Es hora de ponerse a la acción para dar paso a nuevos paradigmas de cooperación más acordes a los tiempos actuales.

     El futuro de la cooperación internacional pasa por su localización y, ojalá, decolonización, abandonando finalmente los roles de “salvadores blancos”. Esto implicará menos poder, recursos y personal para los intermediarios del Norte, que deberán redifinir se rol para seguir siendo relevantes. Cada vez menos recursos pasarán a través de las ONG del Norte y las organizaciones del Sur Global podrán acceder a convocatorias y a fondos directamente.

     Las ONG se deberán orientar hacia la facilitación del conocimiento, la conexión, la amplificación de voces y la construcción de ecosistemas de desarrollo. Dejar el asiento del conductor y pasar a ser acompañante. Este proceso requiere diálogo con donantes, responsabilidad compartida y tiempo para la adaptación. Puede ser sin duda un proyecto ilusionante y en positivo, ahora bien, quien no se adapte corre el riesgo de desaparece, si no lo ha hecho ya.

 

viernes, 18 de abril de 2025

Descolonizar la ayuda al desarrollo - 1

     "Adiós al "salvador" blanco, descolonizar la ayuda al desarrollo en tiempos de recortes y populismo es un trabajo realizado por Ana Carbajosa, Asier Hernandes Malax.Echeverria y Gonzalo Fanjul, y publicado el 11 de abril de 2025 en El País. Planeta Futuro. Debo decir que a mi juicio me parece muy interesante y al que tengo que dedicar más de una "píldora para pensar".  Empiezo ahora

      ¿Podemos construir un sistema de ayuda internacional que contribuya a erradicar la pobreza en un planeta que debe sortear la catástrofe ecológica? La respuesta no es evidente y los gobiernos, las agencias de la ONU, las instituciones financieras y los grupos de la sociedad civil se encuentran atenazados entre el trauma y el pesimismo generalizado. El progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las metas para 2030 para acabar con el hambre y la pobreza en el mundo, se ha estancado. Las grandes brechas financieras se amplían como consecuencia del ataque a la ayuda. La administración de Trump bombardea las instituciones multilaterales. No hay ninguna razón para el optimismo.

     La debacle de USAID ha convertido además en urgente el intenso debate que desde hace tiempo agita el sector humanitario. Más allá de obligar a redirigir los recursos restantes para priorizar lo imprescindible, se impone la autocrítica y las voces que exigen la “descolonización” de un sistema que perpetúa la dependencia y en el que el Sur Global exige con renovada asertividad, voz y voto. “El sistema sufre una hemorragia de credibilidad y de recursos desde hace años y adolece de la falta de una narrativa convincente”, escribía recientemente Nilima Gulrajam,  una de las autoridades en la materia

      Desde Planeta Futuro hemos querido contribuir a este debate necesario y urgente sobre el futuro de la ayuda y las ONG. Hemos viajado a Sudán del Sur, a Guatemala, a Ruanda, a Myanmar y a Kenia. Hemos escuchado a quienes como Degan Ali llevan años trabajando para darle la vuelta al sistema y Asier Hernando entona el mea culpa: “Yo he sido un salvador blanco”. Pasen y lean. 

1.- Degan Ali: El sistema de cooperación y desarrollo está roto

     Degan Ali Degan Ali (52 años, Badhan, Somalia) es una de las voces con más tirón en África en el tema de la "descolonización" de la ayuda al desarrollo, un debate sobre qué papel juega el Norte Global en la cooperación, ONG y agencias gubernamentales incluidas. “El sistema de desarrollo está roto”, repite Ali contundente. Y ella, que trabajó en la ONU, a la que critica ferozmente, ha decidido combatirlo desde dentro: hoy lidera la organización Adeso, fundada en los noventa por su madre, Fatima Jibrell, una activista por el medioambiente y la paz nacida en una familia de pastores nómadas en Somalia

     Bajo el mando de Ali, Adeso se ha reinventado, renunciando en los últimos años a la financiación de ONG internacionales y a los fondos bilaterales (de agencias gubernamentales como USAID, de Estados Unidos). “Sabíamos que este dinero no era dinero bueno. No era dinero sano”, dice. Parece que el tiempo le dio la razón. Después de esta entrevista, Donald Trump inició la congelación de programas de ayuda internacional de USAID “de forma inhumana”, critica Ali.

     Tras el cambio de rumbo de Adeso, la organización pasó de más de 300 empleados a 15 empleados, y de 10 millones de dólares (nueve millones de euros) a dos. “Un salto de fe”, resume, que les ha permitido ser más libres y sentir que, por una vez, las decisiones no se toman a miles de kilómetros de distancia.

     Pregunta. Nació en Somalia y creció Estados Unidos. ¿Cómo ha impactado esto en su trabajo en desarrollo?

     Respuesta. Me hizo entender desde muy joven las relaciones entre raza y poder. Llegué a EE UU como una niña musulmana que no hablaba en inglés y me topé con muchísimo racismo. Pero allí también me hice con dos herramientas que me ayudaron: una buena educación y la confianza en mí misma que no tienen muchísimos jóvenes africanos, porque en África no se nos enseña a debatir, a cuestionar al profesor. En mi carrera también me ha definido mi fe: no me vengo abajo con el juicio de otras personas porque sé que solo dios decide mi destino.

      P. Habla mucho sobre que el sistema de desarrollo y cooperación está roto. ¿En qué falla, exactamente?

     R. En mi opinión, está en el ADN, en la raíz del sistema: estas son las estructuras que fueron creadas por los colonizadores después de la Segunda Guerra Mundial. Se reunieron y dijeron: ‘Tenemos que renegociar alguna forma de permanecer en el poder’. Es un sistema hipócrita: ahora el Norte habla de derecho internacional humanitario, mientras Francia estaba ocupando y cometiendo un genocidio en Argelia.

     P. Es especialmente crítica con Naciones Unidas.

     R. No está siendo útil en absoluto, tal y como está diseñada ahora mismo. No ha parado las tragedias humanitarias en Ruanda, en Somalia... Solo hay dos caminos para la ONU: el desmantelamiento o una transformación radical.

     P. ¿Qué convendría cambiar?

     R. Para empezar hay que eliminar el poder de veto [por el que, por ejemplo, no salieron adelante sucesivos acuerdos de alto el fuego en Gaza]. Y hay que hacer cosas como acabar con los salarios desorbitados de su personal, que acaban llevándose el talento de los países menos ricos.

     P. Usted parece querer dar ejemplo de transformación con su propia ONG, Adeso.

     R. Cuando dejamos de recibir fondos bilaterales no sabíamos cómo íbamos a pagar los sueldos y el alquiler. Nos mudamos a un local muy humilde. Fue muy difícil recaudar fondos, pero no intento convertirme en una gran ONG como antes. Quiero hacer más trabajo de calidad que de cantidad. Así que ni siquiera me interesan las cifras, solo que hagamos un trabajo que nos guste, en consonancia con nuestros valores. Tenemos donantes de calidad, lo que significa que no son verticalistas y son muy flexibles. Y estamos poniendo en marcha empresas y entrando en el sector privado para tratar de generar dinero para nosotros mismos.

     P. ¿Qué opinión le merece el desmantelamiento de USAID?

     R. Se ha hecho de forma muy inhumana, sin prestar ningún cuidado ni atención a las personas que están sufriendo en el terreno, que dependen de los servicios, de los medicamentos... Habría sido ideal un plan de salida humano, que dé a los gobiernos la oportunidad de asumir esos servicios. Dicho lo cual, también pienso que USAID tenía muchos problemas. Decimos mucho que el sistema de ayuda está roto, y, siendo USAID el mayor donante en esta arquitectura, se abre un hueco, la oportunidad de construir algo diferente, algo mejor, sobre lo que llevamos mucho tiempo hablando. Es irrelevante, de alguna manera, el presidente que dé el golpe.

     P. ¿Y ahora qué?

     R. Pensemos: ¿cómo debe ser la nueva arquitectura del desarrollo para no crear dependencia en sitios como Somalia o Sudán, donde ha hecho tanto daño? Ha creado tantas infraestructuras caras llenas de intermediarios, y dinero gastado en las sedes del Norte... Ahora hay que aprovechar la oportunidad para construir algo que sirva en esta nueva realidad, un sistema global donde EE UU y Occidente no son los únicos protagonistas. Europa podría liderar iniciativas, los países del Sur podrían establecer cuáles son sus condiciones, ya que el gran donante no puede controlar el sistema.

      P. ¿Y ahora qué?

     R. Pensemos: ¿cómo debe ser la nueva arquitectura del desarrollo para no crear dependencia en sitios como Somalia o Sudán, donde ha hecho tanto daño? Ha creado tantas infraestructuras caras llenas de intermediarios, y dinero gastado en las sedes del Norte... Ahora hay que aprovechar la oportunidad para construir algo que sirva en esta nueva realidad, un sistema global donde EE UU y Occidente no son los únicos protagonistas. Europa podría liderar iniciativas, los países del Sur podrían establecer cuáles son sus condiciones, ya que el gran donante no puede controlar el sistema.

     P. En la conversación sobre el papel del desarrollo internacional algunos prefieren la palabra “localización”, pero usted prefiere hablar de “descolonización”.

     R. El sector se siente más cómodo con términos como “localización” o “liderazgo local”, y se refiere más bien a una conversación en torno al dinero —que es importante, porque es importante hablar de mover dinero y de dar fondos de calidad al Sur Global—. Pero así no se habla de la naturaleza política del sistema, me parece que es una conversación superficial. Estamos arreglando y retocando los bordes sin transformar el sistema. Además, creo que “localización” es un término muy peyorativo: ¿por qué somos siempre “locales” en el Sur Global e “internacionales” en el Norte? La gente de París es local, y también lo es la gente de Nairobi.

     P. Usted ha propuesto una especie de Plan Marshall para países como Somalia, castigados por una crisis sin fin.

     R. En el Sur Global llevamos más de medio siglo de independencia sin recibir compensación por la esclavitud, por la colonización y la explotación de este continente. Los colonizadores se fueron sin dejar infraestructuras, sin dejar universidades... Estos países se han convertido en una fuente de extracción de materia prima y no realmente en un lugar de industrialización que vende productos finales a Europa o Estados Unidos. El ejemplo del que siempre hablo es el chocolate: se considera que Suiza tiene el mejor chocolate del mundo, pero no tienen ni una sola granja que produzca cacao. Mientras, nosotros extraemos cacao a precios muy injustos.

     P. Con la actual situación del mundo, ¿pierde a veces la fe en que el trabajo de su sector tenga un impacto real?

     R. La situación en Gaza o Sudán prueba que la ayuda humanitaria es política, es un poder blando, que se puede usar como herramienta de manipulación y como forma de disimular la complicidad de ciertos países en lo que sucede. Así está pasando, con la complicidad de Estados Unidos, en Gaza: esto no va de salvar a gente. Hablando de Gaza, me parece que es una oportunidad perdida para el sector de demostrar realmente lo que es la auténtica solidaridad y la descolonización. Las ONG han escrito un montón de declaraciones, pero las organizaciones estadounidenses, que tienen mucho poder, podrían haber dicho ‘nos negamos a aceptar financiación de USAID [antes de la llegada de Trump], no vamos a ser cómplices a menos que se detenga esto’.

     P. Usted impulsa la iniciativa Pledge for Change, por la que ONG internacionales se comprometen a repensar su forma de trabajar con el Sur Global. ¿Sirve para algo?

     R. Diría que todavía es demasiado pronto para hablar del éxito general del compromiso, pero estamos viendo algunos cambios en las organizaciones individuales. Por ejemplo, una ONG en la crisis de Ucrania, en lugar de lo que normalmente hacen (abrir una oficina, recaudar dinero, contratar dios sabe cuántos empleados) han apostado por contratar solo a dos o tres personas y gastar todo el dinero en sus socios locales, en lugar de en su estructura y su personal. Pero creo que es muy difícil hacerlo en oficinas que han existido durante 40 o 30 años y tienen 400 empleados. ¿Cómo deshacerse de ese personal y reducirlo a cinco o 10, y dar la mayor parte de tus recursos a tus socios?. Los actuales recortes en USAID y en general en el sector pueden representar una oportunidad para que los firmantes de Pledge for Change y otras organizaciones reduzcan su tamaño de forma intencional, y establezcan deliberadamente un modelo más descolonial para sus instituciones.

jueves, 17 de abril de 2025

UNITAID.

     Marisol Touraine (París, 66 años) recuerda que mientras se realiza esta entrevista hay personas muriendo en África o América Latina debido a los recortes en los programas de salud financiados principalmente por Estados Unidos. “La seguridad no es solamente una cuestión militar o económica”, repite varias veces durante la conversación con este periódico en Madrid. “A los ciudadanos europeos que piensen que la solidaridad no es algo importante, les quiero recordar que salvando vidas en el sur nos protegemos mejor”, agrega

     La exministra socialista francesa es actualmente presidenta del Consejo Ejecutivo de Unitaid, cuyo fin es impulsar el acceso a los tratamientos para el sida, malaria y tuberculosis, principalmente para personas de países de bajos ingresos.

     Touraine elogió también la voluntad política del Gobierno de apostar por “una visión política de solidaridad y humanismo”. Si España se preocupa “por la reducción de fondos para las organizaciones que implementan la cooperación, es porque se está amenazando una visión que para nosotros es fundamental: la de un mundo que debe ser solidario para ser seguro”, subrayó.

     Pregunta. ¿La existencia de Unitaid tiene más sentido tras los recortes de la ayuda anunciados por Estados Unidos?

     Respuesta. Hablar de salud global es más necesario que nunca. Mientras nosotras hacemos esta entrevista, hay personas muriendo porque no pueden obtener el tratamiento para tuberculosis, cáncer de cuello uterino o sida... Gente que contaba con un apoyo internacional y que ahora no sabe qué va a pasar. En los últimos 20 años hemos logrado salvar millones de vidas y ahora tenemos que decidir si esos valores de solidaridad y de humanismo se siguen defendiendo. A los ciudadanos europeos que piensen que la solidaridad no es algo importante, les quiero recordar que salvando vidas en el sur nos protegemos mejor.

      P. ¿Han notado ya en Unitaid el impacto de los recortes en cooperación de Estados Unidos

      R. Nosotros no tenemos financiación directa de Estados Unidos, pero sí vemos que algunas entidades socias ya no pueden trabajar en los mismos lugares y en las mismas condiciones. En Sudáfrica, por ejemplo, hubo pacientes que fueron a recibir su tratamiento antirretoviral el sida y no pudieron porque el centro médico había cerrado, lo mismo pasó en Kenia. Otro caso que nos preocupa es Perú, donde podría avanzar la tuberculosis si no podemos mantener las estructuras donde la gente acude. Pero quiero insistir en que el desafío no es cómo nos vamos a organizar nosotros, sino cómo llevaremos a las personas los tratamientos, las vacunas y los diagnósticos que necesitan. 

     Uno no puede decir al mismo tiempo: ‘no queremos migrantes y no los queremos curar en los países donde viven’. La solidaridad no implica que todo el mundo va a venir aquí, sino que vamos a intentar crear mejores condiciones de vida en los países que lo necesitan

      P. Uno de los pilares de Unitaid es la salud femenina. ¿Las mujeres se verán más perjudicadas por estos recortes?

     R. Como siempre, los más vulnerables pagan el precio más alto. Y las mujeres están dentro de ese grupo. Nos preocupa que queden en segunda fila, cuando para nosotros son prioritarias. Por ejemplo, el 90% de las muertes de mujeres durante el parto se producen en el Sur Global. Nosotros estamos convencidos de que cuando se trata a una mujer, se cura a una familia y a una comunidad porque ellas son vitales en estos grupos humanos. Una mujer que cuidamos, es una mujer que cuida a una comunidad.

     P. Su objetivo es que los medicamentos sean accesibles a todos y que el precio no sea un obstáculo. En el caso del VIH, el lenacapavir podría ser una revolución. ¿Cómo están negociando con los fabricantes?

     R. Es una negociación sobre las patentes que deriva en otra sobre el precio que tendría en los países del Sur. En este caso, es un proceso que ha empezado antes de que el medicamento esté disponible en ningún lugar y que está en curso. Pero sí, este medicamento es una revolución. Tenemos una oportunidad histórica de eliminación potencial de una enfermedad con una inyección cada seis meses o cada año. No sé en qué plazo podría ocurrir esto, pero hay una perspectiva y tenemos que tener los recursos para implementar esta revolución, porque tiene un coste.

      Lo que está sucediendo en el mundo ahora no amenaza solamente lo que hemos logrado en los últimos 20 años, sino lo que sabemos que podemos hacer en los próximos 20 años

     P. Otra vez los recursos...

     R. Claro, porque lo que está sucediendo en el mundo ahora no amenaza solamente lo que hemos logrado en los últimos 20 años, sino lo que sabemos que podemos hacer en los próximos 20.

     P. Su organización también ha sido pionera en estudiar el impacto de los sistemas de salud en el cambio climático.

     R. Sí, fue muy interesante, porque tomamos el ejemplo de 10 medicamentos. Entre ellos hay uno, el más usado contra el VIH, el dolutegravir. Es una píldora de escasos miligramos, que es tomada diariamente por millones de personas y su fabricación anual representa emisiones de carbono idénticas a la huella de carbono de la ciudad de Ginebra. No es que el sistema de salud sea el más contaminante, sus emisiones no llegan al 5% del total, pero vale la pena intentar reducirlas. Y vimos que modificando algunas cosas en la fabricación de este medicamento sin gasto adicional podríamos disminuirlas en un 40% y con inversiones adicionales, hasta en un 70%. Fue la primera vez que se analizó algo así y que se daban soluciones. Nuestro mensaje es que cuidar a la gente también nos debe permitir cuidar del planeta. (Fuente: El País. Planeta Futuro,15 de abril de 2025)

     Solidaridad. Característica del verdadero ser humano, que además de ser inteligente está dotado de empatía, solidaridad, altruismo...

miércoles, 16 de abril de 2025

Familias de Gaza Consecuencias de la guerra

     Tras permanecer durante meses en un limbo, la mayoría de familias de Gaza que a mediados del año pasado (año 2024) presentaron ante la Embajada española en El Cairo una solicitud de traslado a España para poder pedir asilo han visto su petición aprobada y han comenzado a viajar a la Península.

     Los palestinos habían huido de la Franja por separado tras el inicio de la ofensiva militar de Israel, y se hallaban en una situación de gran desprotección legal y vulnerabilidad  económica en Egipto. Además, temían sufrir represalias si eran retornadas a la fuerza.

"cuando me llamaron de la Embajada  para comunicarme que me habían concedido el visado fue el momento más feliz de mi vida", evoca uno de los solicitantes, que, como el resto de los que hablaron con El País. prefirió hacerlo en condición de anonimato por seguridad.

     Para evitar que alguien que huye de su país tenga que jugarse la vida para encontrar en España, la ley de asilo de 2009 establece que los embajadores españoles podrán autorizar un traslado seguro a fin de que puedan realizar esta petición. Solo se fijan dos requisitos:  que el solicitante no sea nacional del país en el que está la Embajada española y que su integridad física este en peligro.  En 2024, una sentencia del Tribunal Supremo declaró que este peligro para la integridad física se refiere solamente a la situación en el país de origen y no de tránsito.

     "Las autorizaciones de traslado a España otorgadas por el embajador son un paso importante por cuanto ofrecen protección a personas que, además de estar afectadas por un conflicto armado, han sido víctimas de persecución en Gaza", comenta Andrés Jiménez de Parga,  abogado del Movimiento por la Paz  (MPDL), una ONG española, y representante del grupo. (Fuente: El País. 2 de abril de 2025)

     Para terminar, repito lo que ya he dicho bastantes veces: "NO a la guerra. No es propio del verdadero ser humano, empático, social y solidario".

 

Alimentacion

     El Consejo de Ministros aprobó ayer (15 de abril) el Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles. La nueva norma garantizará que se sirvan cinco comidas saludables a la semana en todos los centros educativos que  cuenten con este servicio de alimentación y desterrará la bollería industrial de cantinas y máquinas expendedoras.  El Gobierno da luz verde a la introducción de menús 100% vegetales para los alumnos que no quieren comer proteína animal, una medida que las familias veganas demandan desde hace años y que se materializará durante el próximo curso académico. Se exigirán alternativas alimentarias por motivos éticos o religiosos, como ya ocurría con las alergias e intolerancia.

     La normativa se guía por las recomendaciones de organismos científicos y sanitarios como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición o la OMS.  De esta forma, explicó el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, el decreto asegurará que todos los jóvenes accedan a diario a una alimentación sana, nutritiva y variada, con independencia del nivel de renta de sus familias.

     Por otra parte, no se va a permitir servir bebidas azucaradas, energéticas y con alto contenido cafeína en las comidas, ni tampoco en las máquinas expendedoras en las cafeterías ubicadas en los centros educativos.

     Tampoco se podrán vender productos que superen los cinco gramos de azúcares por porción envasada y que incumplan los criterios recomendados por la OMS sobre los límites para la ingesta de grasas, azúcares y sal. (Fuente: El País. 16 de abril de 2025)  

     El Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles  pone de manifiesto que España pretende alcanzar el ODS 2 de la Agenda 2030: "poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición (...)"  De hecho, según se indica en la noticia, tiene un ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030.

martes, 15 de abril de 2025

No al servicio militar obligatorio

      La estrategia ReArm Europe que impulsa la Comisión Europea está abriendo en algunos países el debate de recuperar el servicio militar obligatorio. Este debate es una manifestación de la cultura de la militarización que se está pretendiendo introducir en las sociedades  europeas.

     Las tensiones en la relación transatlántica,  la guerra de Ucrania y el auge de movimientos ultranacionalistas en Europa suponen un gran desafío para los valores de paz, derechos humanos y democracia en los que se fundamenta la UE, que se creó para la paz tras dos guerras mundiales y millones de muertos en su territorio, con el objetivo de que tal horror no se volviera a repetir.  Y en este proceso de construcción y afirmación de la paz la mayoría de los países de la UE eliminaron la mili. Su hipotética recuperación sería un paso atrás que debemos evitar.

     El servicio militar obligatorio participa de esa militarización del discurso público de que la guerra es una solución viable a los problemas internacionales, en oposición al fomento de la cultura de paz, en la que destacan como elementos troncales la diplomacia y la construcción de relaciones basadas en lo cooperación, la confianza y la empatía entre ciudadanos, comunidades y naciones.

     Reinstaurar el servicio militar en España implicaría destinar importantes recursos económicos y humanos para ello. Tendría una incidencia directa en áreas prioritarias como la sanidad, la educación y los servicios públicos. Y su aceptación parece sudosa, ya sea por la ausencia de una amenaza militar directa o por la experiencia histórica con el servicio militar. La mili es un elemento del pasado ya superado, y una parte significativa de la sociedad se opone a su reintroducción. El movimiento pacifista está convencido de que hay alternativas para avanzar hacía la paz. (Fuente: Un Paso atrás que debemos evitar, Manuel de la Rocha Rubí, presidente del Movimiento por la Paz (MPDL). El País,9 de abril de 2025).

 

lunes, 14 de abril de 2025

Menores migrantes. Inhumanidad

Un informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) pone de manifiesto qu al menos el 55% de los migrantes no acompañados en Canarias con los que ha mantenido entrevistas podrían encontrarse en necesidad de protección internacional. Además. el 14% necesitarían atención específica por razones médicas o psicológicas o de discapacidad, y en el 8% de los casos, ls institución cree necesario la búsqueda de familiares y/o el procedimiento de reunificación familiar.

"Cada una de estas cuestiones requiere una urgente atención por parte de las autoridades competentes y un seguimiento individualizado y especializado de cada niño y niña, que en las actuales condiciones de sobreocupación de los centros y ausencia de recursos humanos suficientes y con cualificación adecuada presenta enormes retos". sostiene la organización. 

Entre los motivos por las cuales los menores migrantes salieran de su país, el 28( señala la situación de conflicto existente, el 7% la violencia familiar, el 6% la explotación laboral o en condiciones peligrosas, el 5% violencia de género, el 3% discriminación por su forma de ser o comportarse, el 3% reclutamiento forzoso y el 2% violencia sexual. Asimismo, el 65% declararon que entre los motivos para huir de su país se encontraba, entre otros, el objetivo de mejorar sus condiciones de vida. (Fuente: El País. 10 de abril de 2025)

El Objetivo de de Desarrollo Sostenible 10 es "reducir las desigualdades en y entre los países" y una de sus metas es  "facilitar la migración y la movilidad ordenadas ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas".   Alcanzar esta meta permite "reducir la desigualdad  entre los países".

Precio de las medicinas

 España lleva varios años batiendo récord en gasto farmacéutico, al mismo tiempo que debe afrontar problemas periódicos de debastecimiento de algunos fármacos. Abaratar los precios para reducir el gasto publico, mejorar la prescripción y asegurar el acero a medicinas estratégicas en situaciones de emergencia son los objetivos del anteproyecto de ley del medicamento, aprobado el martes (8 de abril de 2025) por el Consejo de Ministros.

Uno de los puntos clave de la ley es el nuevo sistema para fijar el precio de venta de las medicinas después de que expire una patente. Impulsar el mercado de los genéricos - que en España se sitúa en torno a un 40%, 16 puntos menos que la media europea- resulta básico para la contención del gasto. Desde ahora, las farmacéuticas tendrán que hacer cada semestre ofertas ciegas. Sanidad escogerá la mejor, bajo ciertos requisitos de producción y abastecimiento, y determinará la horquilla de precios en la que se financiarán los fármacos. 

Resulta precioso resaltar el papel nuclear del sector farmacéutico en la salud de los ciudadanos, fin último que tiene que hacerse compatible con el legítimo interés de las empresas por ver compensadas sus investigaciones e inversiones. Es tarea de todos los implicados trabajas para perfeccionar un pilar clave del Estado de bienestar. (Fuente: El País, 10 de abril de 2025)

He elegido esta noticia. por su relación con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 y una de sus metas a alcanzar antes del año 2030.

ODS 3: "Garantizar una vida sana y promover el bienestar en todas las edades". 

META:  Lograr la cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos

 

domingo, 13 de abril de 2025

Electricidad mundial. Energías renovables

     El 40,9% de la electricidad mundial se genera ya sin emisiones de gases de efecto invernadero, según un estudio publicado hace siete días. Es la primera vez que esta cifra supera tal porcentaje desde los años cuarenta del siglo pasado. Es una excelente señal de que la descarbonización de la economía global, imprescindible para mitigar en la medida de lo posible los efectos del cambio climático, está avanzando.

     Sin embargo, no es suficiente. el perfeccionamiento tecnológico en renovables ha aumentado significativamente la oferta de energías verdes, pero sus efectos quedan deluídos por el hecho de que la demanda en todo el planeta se haya duplicado en este último cuarto de siglo. Esto, en consecuencia, ha exigido un aumento de la energía fósil.

     La producción de electricidad proveniente del gas natural fue en 2024 casi 2,5 veces mayor que la de 2000; mientras que la derivada del carbón creció un 82% en el mismo período. El  resultado es que las emisiones de dióxido de carbono del sector eléctrico, se incrementaron u 80% en el mismo período.   

     Todas estas cifras muestran que las renovables están funcionando, pero que una mayor demanda de los hogares y empresas y de la movilidad hacen que las tecnologías mas antiguas y contaminantes no terminen de morir del todo.

     Si a eso le sumamos una mitificación de los combustibles fósiles como fuente de riqueza de un país nos encontramos con escenas como la insistencia en el carbono del presidente de EE.UU, Donald Trump.

     Es en el sector eléctrico donde se puede marcar más la diferencia a la hora de reducir las emisiones de efecto invernadero.  Por ese, y por mucho que las renovables ya tengan no solo desde el punto de vista medioambiental sino también desde el económico, los esfuerzos por parte de los poderes políticos no deben cesar sino acelerarse. Apostar por la investigación en técnicas de almacenamiento y, de lado de la demanda, seguir buscando la eficiencia, son indispensables para seguir  avanzando. (Fuente: El País, 12 de abril de 2025)

     Cuatro días antes, es decir, el 8 de abril, se pudo leer  una noticia titulada "El 41% de la electricidad mundial ya se genera con fuentes sin emisiones. Un informe apunta al fin de la "era del crecimiento fósil en el sector energético". "Las acciones de EE UU no pueden contener la marea, sostiene una de las autoras".

sábado, 12 de abril de 2025

Enfermeros del Sur global

      Entre 400 y 500 enfermeros abandonan Ghana cada mes, según las cifras del Comsejo Internacional de enfermeros (ICN, por sus siglas en inglés), donde están representadas 130 0rganizaciones.Ghana es un caso grave, pero no el único.  La contratación de enfermeros de países del Sur Global no ha dejado de aumentar tras la pandemia, a pesar de las recomendaciones en contra de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las cifras de la OCDE indican que la entrada de enfermeros extranjeros a países europeos creció en un 72% entre 2019 y 2022.

     Pero no se trata de los proyectos individuales, según advierten los expertos,  ni de cuestionar el derecho a la movilidad de los trabajadores, sino de compensar a los Estados de origen para que haya un intercambio justo. Hay países que han avanzado en la firma de convenios bilaterales: una fórmula que sin embargo no está claro que beneficie a los países de origen, como se pretende,

     La OMS calcula que en 2030 faltarán  4,5 millones de enfermeros y 310.000 matronas en todo el mundo. Los países más necesitados se encentran en África y en el Sudeste asiático. Las  contrataciones de extranjeros no hacen más que agrandar la brecha entre los países ricos i pobres.

     La OMS elabora desde 2020 y dada tres años un listado de países de los que no recomienda reclutar por la baja densidad de médicos y enfermeras entre la población, pero esta recomendación no se cumple, a juzgar por las cifras que obran en la lista de la OMS.

     La formación pública de un enfermero en el Reino Unido puede costar unas 50.000 libras (65.500 euros). según los cálculos de la ICN,  mientras que integrar a un profesional de fuera cuesta 10.000. Este ahorro. se lo embolsan los países receptores de personal sanitario y es también dinero que pierden los países de origen (Fuente: El País 22 de diciembre de 2024)

      Dejo los comentarios para que loo hagan ustedes