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Belén (Brasil) encara la recta final de la cumbre anual, la COP30. qu se celebra bajo el paraguas de la ONU. A partir de este momento los ministros de algunos de algunos de cerca de 200 países que suelen participar en estas negociaciones empezarán a tomar el mando de las discusiones en esta ciudad brasileña. La cumbre comenzó el día 10 y, en principio, debería acabas el 21, aunque el cierre de estas cumbre siempre se retrasa durante horas o días por lo complicado de las negociaciones. La de este año debe servir como termómetro de la lucha internacional contra el cambio climático en un contexto de cuestionamiento extremo del multilateralismo. A continuación,. algunas de las claves de la conferencia.
1.-El momento más complicado. La cumbre de Belém es trigésima COP que ce celebra desde que en 1992 se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el,Cambio Climático. De ese marco general surgió primero, en 1997, el Protocolo de Kioto y luego el Acuerdo de París, que este año cumple sundécimo aniversario desde que se celebró en la capital francesa en 2015.
Pero la cumbre de este año se llega en el peor momento de la lucha climática internacional en al menos una década, El avance de los gobiernos ultraconservadores, que en muchos casos se alinean con el negacionismo, está afectando a las políticas climáticas y medioambientales. A la cabeza de todos está el gobierno de Donald Trump, que no participa en la cumbre de Belém y que ha sacado a su país del Acuerdo de País,
2.- Planes climáticos nacionales. El Acuerdo de París tiene como objetivo que las emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano se reduzcan de tal forma que el cambio climático que han causado se quede dentro de unos márgenes de seguridad. En concreto, lo que se estableció como objetivo era que no se superasen los 2 grados Celsius de calentamiento respecto a los niveles preindustriales, y en la medida de lo posible los 1,5 grados. Para lograrlo, el acuerdo establece que todos los países que lo han ratificado, deben presentar planes de recorte de sus emisiones, conocidos por las siglas NDC.
La primera ronda de esos planes, que contiene las promesas hasta 2030, no encaminaba alos países a cumplir con que el cambio climático se quede por debajo de los 1,5, ni de los 2. La segunda ronda se centra en los objetivos de recorte de emisiones hasta 2035.
3.- Incumplimiento del objetivo del 1,5. Esta segunda tanda de NDC se tendría que haber presentado en febrero de este 2025. Pero prácticamente ningún país lo hizo. Finalmente, 114 --solo el 60% de los que han ratificado el Acuerdo de París -- lo han enviado a la ONU, muchs de ellos una comenzada la COP30. Según los cálculos de la ONU, la suma de las NDC (si realmente se cumplen) llevaría a que las emisiones caigan un 12% en 2035 respecto a los niveles de 2019. Para conseguir el objetivo del 1,5 esa reducción debería ser de un 55%, cuatrr veces y media más de lo que prevén esos planes nacionales. Para el objetivo de los 2 grados, la reducción en 2035 tendría que ser del 35%, tres veces más que lo que los NDC que han presentado los Gobiernos.
Los cálculos de la ONU apuntan a que, si se cumplen los últimos NCD, se podría quedar en unos 2,5 grados, pero es una estimación llena de incertidumbre.Todo esto es lo que podría pasar con las promesas nacionales, lo que ha ocurrido realmente en las últimas décadas es que las emisiones no han parado de crecer casi ningún año. Las del principal gas de efecto invernadero, el dióxido de carbono, volverán a hacerlo este 2025.
4.- ¿Qué puede salir de Belém? Durante estas tres décadas de negociaciones y cumbres el foco se ha puesto sobre las emisiones de efecto invernadero, pero no sobre los principales causantes: el petróleo, el gas y el carbón. Muchos de los países que negocian son grandes exportadores de estos combustibles y son, precisamente, los que defienden que las medidas se centren en los gases y no en poner coto al consumo de combustibles que causan las emisiones.
En la cumbre del clima de Dubái, que celebró en 2023, se logró por primera vez una mención directa a los combustible en el cierre de aquella cita, en la que se pidió dejas atrás el petróleo, el gas y el carbón, Pero al año siguiente, en la cumbre de Bakún, no se recuperó ninguna referencia a esos combustibles.
En la minicumbre de lideres previa a la COP, el presidente brasileño y anfitrión de esta conferencia, Luiz Inácio Lula da Silva, manifestó la necesidad de lograr una hoja de ruta, entre otras cosas, para "superar le dependencia de los combustibles fósiles". Esa invitación ha sido recogida por varios países como Reino Unido. Alemania, Francia y Colombia, que están presionando para que este asunto entre en las discusiones de Belém, algo que no esta previsto en la agenda oficial 5.-Vuelven las protestas de los activistas. La sede de cada conferencia rota cada año por las distintas regiones del planeta, Y son los países de cada una de esas regiones los que se deben poner de acuerdo para elegir donde se celebrarán. Esto ha hecho que las tres anteriores a Belém se hayan llevado a cabo en países no democráticos como Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán. Ahora ha regresado a una democracia, Brasil, y eso ha tenido una primera consecuencia los activistas han podido volver a manifestarse libremente por las calles de la ciudad anfitriona para pedir medidas contra el cambio climático tres años después. En la cumbre de Belém también debe resolverse otro dilema que tiene de fondo de nuevo el debate entre autoritarismo y democracia: ¿dónde será la COP31 Turquía y Australia pugnan por acogerla, pero no hay acuerdo de momento.
6.- Desinformación y negacionismo. El avance de la ultra derecha, que está marcando la lucha internacional contra el cambio climático además de impulsando el autoritarismo. está estrechamente relacionado en muchos casos con el negacionismo climático. Ese negacionismo. que gana poder pese a estar en el momento en que las evidencias científicas del cambio climático son las más robustas y los efectos del calentamiento se notan más que nuca, está a su vez vinculado a la desinformación.
La semana pasada Brasil, Canadá, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, España, Suecia y Uruguay se sumaron a una declaración, auspiciada también por la ONU y la Unesco en la que advertían del "creciente impacto de la desinformación y el negacionismo" (Fuente: El País. 17 de noviembre de 2025)
Con la copia de este artículo pretendo informar sobre las importantes consecuencias del cambio climático