Uno de los muchos antecedentes de la Agenda 2030 fue el Club de Roma. En abril de 1968 se reunió en Roma un grupo pequeño de científicos, políticos, que provenían de países distintos, invitados por el italiano Aurelio Pecceiil,y escocés Alexander Kimg, para hablar de los cambios que se estaban produciendo en el planeta como consecuencia de acciones humanas. Dos años más tarde, el Club de Roma se constituyó bajo legislación suiza.
El Club de Roma encargó un informe al MIT, que se publicó en 1972 bajo el título Los limites al crecimiento (The Limits to Growth), poco antes de la primera crisis del petróleo y que ha tenido varias actualizaciones. La autora principal de dicho informe, en el que colaboraron 17 profesionales, fue Donella Meadows, biofísica y científica ambientaltal, especializada en dinámica de sistemas. Tras la publicación de este informe, se desató el inicio de un movimiento que sería conocido como ecología política y otras corrientes político-filosóficas derivadas tales como el ecofemismo o el ambientalismo.
No fue la única persona o asociación que manifestaron su preocupación por el futuro de la humanidad.
Sin duda, nunca en la historia de la humanidad hemos tenido necesidad de tantos recursos naturales. El planeta está al límite.Necesitamos gestionar lo que tenemos de forna sostenible, es decir, que los sigan facilitando nuestra vida y la de generaciones futuras.
Hacer un balance de nuestro planeta no es una tarea sencilla. La ecuación contiene numerosas variables y datos que se relacionan ente sí configurando un complejo andamiaje: recursos que se agotan ante la presión de una población en constante crecimiento, cambio climático, guerras, hambre, pobreza, desigualdad ... pero también unos avances tecnológicos sin precedentes que han mejorado el bienestar general, una revolución científica que nos pone al alcance de la mano de forma inmediata una cantidad de información envidiable para cualquier generación anterior, disminución de la mortalidad infantil, progresos en medicina que alzan la edad media de las personas, avances espectaculares en la reducción del hambre y la pobreza.
Nunca en la historia de la humanidad hemos tenido necesidad de tantos recursos, aunque bien es verdad que hasta ahora hemos sido siempre capaces de saciar esa casi ilimitada voracidad del Homo sapiens. Pero ya hay señales claras de que esos recursos no son infinitos y que la presión sobre el planeta empieza a mostrar sus límites. Y como bien sabemos en este dilema no hay un plan B, no hay otro planeta, no existe una opción alternativa. Hay que gestionar lo que tenemos de forma sostenible, es decir, que siga facilitando nuestra vida y la de las generaciones futuras.
Ante esta situación en agosto la de 20l2 se inició una conversación extraordinaria,Tal vez la de mayor alcance `planetario que haya habido jamás. Nueve millones de personase de todos los rincones del mundo, de todas las razas y de todas las clases sociales y económicas respondieron a la pregunta formulada desde Naciones Unidas sobre qué mundo querían. Cuáles pensaban los cambios necesarios y cuáles las prioridades.Sus respuestas inspiraron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) rubricados por 193 Estados Estados el 25 de septiembre de 2015 y recogidos en la Agenda 2030. La biblia de nuestro futuro cercano, el futuro se todos que nos compromete a todos, Gpbiernos, organisnos, instituciones y a usted.
¿Què pidieron los 9 millones de encuestados?
Acceso universal al agua, a los alimentos, o mejores servicios de salud y a una educación de calidad. A la gestión de los recursos naturales, al empleo. Sugeridas y libertad frena la violencia. El fin de las desigualdades a la hora de recibir servicios públicas, poder participar en los procesos políticos. Estos fueron algunos de lo anhelos de las personas que participaron en la encuesta MyWorld, dirigida a sentar las bases de la que sería ,a futura agenda para el desarrollo. Gente de 193 Estados, muchos de ellos menores de 30 años, expresando sus deseos online, por sms y también cara a cara, Un hito histórico en la vida de las Naciones Unidas.
¿Qué tres pilares sos tienen los ODS? Erradicar la pobreza, proteger el planeta y aseguras la prosperidad para todos. Estos son los puntales de los 17 Objetivos con sus 169 meras y 230 indicadores, Aunque no sean jurídicamente obligatorios, los ODS deben ser una referencia imprescindible para los gobiernos, los organismos, instituciones, las empresas, la sociedad civil y usted a título individual. Porque afecta a su trabajo, a las comunicaciones, al medioambiente, a la solidaridad, la educación, la igualdad de géneros, a la justicia, a la paz... A sus compromisos como ciudadano. Lo que nos jugamos es un mundo sostenible y próspero para todos.
¿Todos los países tienen que tomar las mismas decisiones para cumplir los ODS? No. Cada país analiza los 17 objetivos con sus metas para determinar cómo plasmarlos en planes de desarrollo viables. Se trata de evaluar le utilización de los recursos nacionales para conseguir un cambio, pero a partir de sus prioridades, necesidades, capacidades, recursos, estrategias. con sus fases de desarrollo y medidas de implementación.
¿Por que los ODS son indivisibilidades? Ningún objetivo está aislado de los demás y por eso hay que abordarlos de forma integral. Por ejemplo, luchar contra el desempleo no es posible sin atajar las desigualdades de género. Combatir el hambre no lo es sin sin conservar la biodiversidad, Regular los movimientos migratorios no tiene sentido si no se trataja por evitar los desastres que produce el cambio climático o los conflictos que muchas veces impulsan la migración, Sin una energía no contaminante no puede haber una ciudad sostenible. Etcétera. (Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Estado del planeta)
