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La conferencia de líderes en la ciudad brasileña Belém que sirve antesala a la cumbre,del clima de este año, COP30, comenzó ayer (6 noviembre) bajo el peso incontestable de los datos: 2023, 2024 y 2025 son los tres años más calurosos registrados hasta ahora. La principal causa hay que buscarla en los combustibles fósiles y en los gases de efecto invernadero que liberan. La concentración en la atmósfera del principal de ellos, el dióxido de carbono, creció a una velocidad récord el pasado año. Este 2025 volverá a marca otro nivel nunca visto, según adelantó António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, quien avisó del "fracaso moral" la "negligencia mortal" que supone incumplir los límites que fija el Acuerdo de París.
El político portugués fue el encargado de abrir junto al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva esta conferencia de líderes, que durará dos días y en la que previsto que participen 63 jefes de Estado y de Gobierno. "La crisis climática se está acelerando", advirtió Guterres en su intervención inicial. "Incendios forestales sin precedentes, inundaciones mortales, supertormentas..", enumeró. El secretario general de la ONU hizo referencia en su discurso al informe de la 0rganización Meteorológica Mundial (OMM) que se presentó también ayer en en la conferencia de la Belém.
En este documento, además de confirmar que la concentración en la atmósfera de las emisiones ha seguido aumentando este año, apunta a que 2025 se cerrará como el segundo o tercer año más cálido registrado hasta ahora. 2024 ocupa el primer puesto, y lo que no está claro aún es si el segundo lugar finalmente será para este 2025, desbancando a 2023. En cualquier caso, lo que está claro ya es que estos últimos años son los más cálido, al menos, desde que comenzaron las mediciones directas hace 176 años. Las indirectas, que se obtienen, por ejemplo, con es estudio de la vegetación, apuntan también a que las temperaturas no han estado tan altas en miles de años.
Pero no es solo un problema de temperaturas medias, sino también de unos desastres cada vez más frecuentes e intensos en un planeta más caliente.
Guterres, secretario general de la 0NU, señaló a los principales responsables de este cambio climático que, además, se está produciendo a mayor velocidad que los anteriores que ha vivido el planeta. "Demasiadas corporaciones están obteniendo ganancias récord de la devastación climática. Demasiados líderes siguen cautivos de los intereses de los combustible fósiles, en lugar de proteger el interés público". dijo. Como recordó Guterres en la cumbre de 2023 en Dubái, se logró lo que había sido imposible en las décadas de negociaciones: una mención directa a los combustibles fósiles y a la necesidad de abandonarlos. "Debemos convertir ese compromiso en acción, asegurando que los países en desarrollo de ingresos bajos y medianos que dependen en gran medida de los combustibles fósiles reciban el apoyo que necesitan para desarrollar sus vías de transición", pidió.
Pero lejos de eso, los gobiernos siguen regando con dinero público este sector, que cuenta además con el "apoyo político", algo que calificó de "autodestructivo". "cada dólar invertido en subsidios para combustibles fósiles es un dólar desviadode nuestra salud y futuro compartido", afirmó.
A la cita que comenzó ayer (6 de noviembre) en Belém no acudirán los mandatarios de cuatro de las cinco principales economías emisoras de gases de efecto invernadero del planeta: EE UU, China, India y Rusia, Los tres últimos envían delegaciones, pero de menor nivel. El quinto, la UE, acude representada por los presidentes de la Comisión,Ursula von der Leyen, y del Consejo, António Costa y varios líderes. Entre ellos, Emmauel Macron (Francia), Fiedriich Merz (Alemania) y Pedro Sánchez (España), a los que se une Keir Starmer (Reino Unido). Además de las intervenciones de los líderes, durante estos dos días están previstas sesiones temáticas dedicadas a selvas y océanos, a la transición energética (en la que interviene Sánchez) y al décimo aniversario del Acuerdo de París. Ese pacto, firmado el 12 de diciembre de 2025, establecía como meta que el incremento de la temperatura no superará los 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales, es decir, antes de que empezara la quema masiva de combustibles fósiles. Y, en la medida de lo posible, que no se superase los 1,5. Pero este límite de los 1,5grados se llegó en 2024. Guterres recordó ayer que ya es "inevitable" que se rebase de forma estable "a partir de principios de la década de los 2030".
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