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lunes, 10 de noviembre de 2025

No abandonar la lucha climática

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     La cumbre del clima COP30 comienza hoy en Belém (Brasil) entre fuertes resistencias ideológicas a hacer frente a la crisis climática alimentadas por el populismo negacionista. Hace 10 años, 195 países sellaron en París un histórico por el que se comprometían no aumentar 2 grados sobre los niveles preindustriales que en lo posible no se rebasasen loa 1,5. Para ello, resultaba imprescindible reducir significativamente: las emisiones de gases de efecto de efecto invernadero. Sin embargo, el mundo ha seguido atado a la quema de combustibles fósiles: 2023, 2024 y 2025 son los tres años más calurosas registrados. El año pasado, en el que creció a velocidad récord la concentración en la atmósfera de dióxido de carbono, ya se alcanzó ese límite de los 1,5 grados y inevitable durante la próxima década.

     En plena urgencia para invertir esa tendencia, el regreso de Trump a la Casa Blanca ha dado al negacionismo en todo el planeta. EE UU decidió en enero retirarse del Acuerdo de París por segunda vez, se ha desvinculado explícitamente del informe de la ONU sobre las emisiones y amenaza con aranceles a los países que apoyen una tasa ambiental al transporte marítimo. Trump  ha decido no solo dar la espalda a la ciencia, sino abandonar la lucha ante una amenaza existencial para la humanidad.

     A su estela, el crecimiento de la ultraderecha ha llevado, en particular en la UE, a los partidos conservadores moderados a retroceder en las políticas medioambientales. Buena muestra es que la reforma de la Ley Europea de Clima, acordada la semana pasada, mantiene la reducción de las emisiones en un 90%  para 2040 respecto a 1990. pero incluye concesiones a los socios reticentes.  una rebaja de ambición en la que han desempeñado un papel fundamental grandes Estados como Alemania o Francia.

     La cita de Belém se abre así con sombrías perspectivas de que se alcancen acuerdos de un mínimo calado. EE UU, responsable del 11% de las emisiones mundiales, boicotea la cumbre, mientras que China y Rusia -- entre los tres suman casi otro 43% de las emisiones -- envían delegaciones de segundo nivel.  115 de los 195 firmantes del Acuerdo de París han incumplido su compromiso de remitir a la ONU sus objetivos de recorte de emisiones para 2035. La anterior cita, hace n año en Bakú, ya acabó con un acuerdo limitado que quedó muy lejos de lo que reclamaban las economías en desarrollo, pero al menos mostró una resistencia del multilateralismo que esta vez es mucho más indispensable.

     La esperanza --y la paradoja -- es que el mundo nunca se ha encontrado en mejor situación para ir abandonando los combustibles fósiles, gracias al avance de las renovables y la movilidad eléctrica. De Belém debe salir un mensaje contundente contundente en ese sentido. La batalla no es ideológica, sino por la simple supervivencia. (Fuente: artículo de opinión, publicado en El País, el día 10 de noviembre de 2025)

     Como se  dice en este articulo, la batalla contra el cambio climático es cosa de simple supervivencia: ganamos esa batalla o desaparecemos del planeta Tierra,en que, por ahora, vivimos. Es un suicido,

  


 

 

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