En el libro La Tierra herida. ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos (2005, Círculo de Lectores, Barcelona) se recoge el diálogo de Miguel Delibes, escritor, y su hijo, biólogo. Este diálogo gira alrededor de los cambios que ha experimentado el planeta en las últimas décadas; cambios debidos a un sistema de producción que ha explotado los recursos naturales sin ocuparse de las consecuencias.
En su última intervención, Delibes-hijo recuerda a su padre el final de su discurso de entrada a la Academia de la Lengua:
"Entonces apelabas a esa conciencia moral universal que, por encima del dinero y los intereses políticos, viene exigiendo juego limpio en no pocos lugares de la Tierra. Y añadías: "Esta conciencia, que encarno preferentemente en un amplio sector de la juventud, que ha heredado un mundo sucio en no pocos aspectos, justifica mi esperanza".
4 comentarios:
A riesgo de que me taches de pesado, te pongo un enlace donde aparece un artículo escrito por mí que trata sobre este tema:
http://carmela-escribe.blogspot.com/2011/01/dentro-de-cien-anos-todos-seremos.html
Ya había leído lo que me indicas. Estaba pendiente de hacer un comentario, que no hice entonces por falta de tiempo.
Desde mi punto de vista de lo que se trata, en realidad, no es el que uno sea optimista o pesimista. Si la especie humana se autodestruye, mala suerte; ya habré muerto (la Naturaleza me habrá destruido. Lo importante, a mi juicio, es si durante mi vida colaboré o no colaboré en esa autodestrucción.
Un saludo
Creo que te refieres a la dignidad que todos llevamos dentro. En efecto, es muy importante conservar la dignidad frente a tanta barbarie y destrucción. Creo que es lo único que nos llevaremos a la tumba: la dignidad. Reconozco que es un buen argumento para hacer algo por el bien del planeta.
De acuerdo.
Un saludo
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