"Nada de lo humano me es ajeno dijo el escritor Terencio hace nada menos que 2.200 años. Su celebérrima frase sigue hoy de exacta, igual de viva, porque es cierto que las personas poseemos un corazón en donde se alojan todas las posibilidades del ser. Más allá de las diferencias culturales o individuales, si escarbamos lo suficiente, todos somos iguales. Sentimos el mismo dolor, las mismas esperanzas, una quemadura parecida ante la humillación. Ni siquiera pertenecer a épocas distintas nos convierte en auténticos extraños". (Rosa Montero, Nosotros, suplemento semanal, EL PAIS, 21-XII-2003)
Dedicado a los cafetaleros de Etiopía, que "que sienten su orgullo herido al verse viviendo de la caridad".
2 comentarios:
Somos seres potencialmente perversos o potencialmente maravillosos. De nosotros depende el camino que escojamos.
Somos seres siempre en busca de la perfección. Humanización. No hablo en particular, sino como especie.
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