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lunes, 29 de agosto de 2011

¿Súbditos o ciudadanos?

     Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), súbdito viene del latín subditus, participio pasado del verbo subdere, someter, y señala que se llama súbdito a una persona "sujeta a la autoridad de un superior con obligación de obedecer"; mientras que un ciudadano es el "habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno de su país". Por otra parte, según el mismo diccionario, democracia es una "doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno" (1ª acepción) o "predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado" (2ª acepción).

     Si se analiza la situación actual, aunque sea solo someramente, se llega a la conclusión de que no estamos en una democracia, y ello, no únicamente porque el pueblo no sea tenido en cuenta en el "gobierno político del Estado", sino, también, porque el gobierno se ha convertido en súbdito en cuanto que está "sujeto a la autoridad de un superior con la obligación de obedecer". Ahora nuestros gobernantes se sienten obligados a obedecer a "los mercados"; "los mercados no están contentos...", "los mercados exigen...", "el FMI pide ...", son expresiones habituales en todos los medios de comunicación. Estamos hablando de mercados financieros, pero la democracia ya había empezado a morir lentamente hace años bajo el dominio de los mercados no financieros.

     El hecho de que los gobiernos sean súbditos, no lleva implícito que deba de serlo el pueblo. Federico Mayor Zaragoza indica que debemos pasar de ser súbditos a ser ciudadanos, lo que quiere decir que reclamemos, por todos los medios a nuestro alcance, intervenir con "predominio en el gobierno político del Estado". Federico Mayor Zaragoza señala, repetidamente, que "la solución a los gravísimos desafíos a que nos enfrentamos es más democracia, mejor democracia", lo que, según él, exige "participación activa y conocimiento profundo de la realidad". En definitiva, que los que está sucediendo o lo arreglamos todos o no lo arregla nadie.

     Ojalá esta crisis nos abra los ojos y veamos lo que antes no veíamos: que había instituciones internacionales que, de una manera silenciosa, estaban secuestrando -o habían secuestrado- a nuestros gobiernos. Hablando de crisis, Albert Einstein -autor de la Teoría de la Relatividad, uno de los mayores científicos de todas las épocas- dijo:

     "Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y a los países porque la crisis trae progresos. El inconveniente de las personas y los países es la pereza por encontrar salidas y soluciones. En vez de eso trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer superarla".

     Los españoles, sobre todo los jóvenes, parecen haber vencido la pereza y están "trabajando duro" para "encontrar salidas y soluciones".

4 comentarios:

Lorenzo Garrido dijo...

Muy buen artículo. Asistimos al gobierno de los mercaderes, con fatales consecuencias, como explico en mi artículo: ¿en manos de quién está el mundo?

Juliana Luisa dijo...

Lo importante es trabajar, porque las salidas y las soluciones no parecen fáciles.

Poderio dijo...

Realmente muy buena tu vision del tema, una limpia diseccion de la realidad.
En la linea de lo que hace Saramago en varios libros suyos, cuando pasas una situacion por la criba de la logica o la simple semantica, caen unas verdades desnudas y crudas que algun que otro demagogo tildaria de simplistas.

Gran comentario

Juliana Luisa dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios

Un saludo