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viernes, 22 de julio de 2011

Concentración de poder en la Organización Mundial de Comercio

     En una columna periódistica, La gangrena,  el catedrático de Sociología, Vidal-Beneyto, hablando de la OMC, decía :

     "Por lo demás, la opacidad de su funcionamiento permite evitar el voto en la toma de decisiones y concentra el poder en los países del Quad (EE. EE., Unión Europea, Canadá y Japón), dominados por los lobbies de las multinacionales ..."

     ¿Cómo es posible esa concentración de poder en una organización con más de ciento cincuenta miembros y en cuyos estatutos figura que cada país tiene un voto?

     La OMC es una Organización muy compleja con numerosos grupos de trabajo, muy diversos comités y un programa muy recargado de reuniones, de las cuales la mayoría son informales o extraoficiales. Todas estas últimas reuniones son convocadas por alguno de los miembros del Quad y a ellos sólo pueden acudir los delegados que han sido previamente convocados.

     Estas, digamos, tomas de contacto no estarían mal si no fueran convocadas, únicamente, por los países industrializados; si no girasen en torno a propuestas lanzadas por estos países, ignorando, prácticamente, las propuestas de los países del Tercer Mundo; si la interpretación de lo que en ellas sucede no se dejase en manos de tienes tienen intereses en el resultado: y si no se ocultase información significativa a los delegados de los países del Tercer Mundo.

     Sin embargo, lo tratado en estas reuniones informales es lo que suele aprobarse en las Reuniones Ministeriales, donde los países del Tercer Mundo no pueden o no se atreven a discrepar. Un alto diplomático de un país del Tercer Mundo, que solicitó reserva, dijo en una ocasión: "Nuestro trabajo era simplemente decir que sí y poner el sello de aprobación a algo que no conocíamos y en lo que no pudimos participar".  Para evitar protestas, los miembros del Quad, -en particular, Estados Unidos- suelen desplegar una batería de amenazas y promesas bilaterales.

      Las noticias de prensa que hacían referencia a la V Reunión Ministerial, celebrada en 2003, confirmaron todo lo anterior, extraido, en su mayoría, del libro Tras las bambalinas de la OMC. La cruel realidad del comercio internacional (Fatoumata Jawara, especialista en desarrollo y comercio internacional, y Aileen Kwa, analista comercial, 2005, Intermón Oxfam, Barcelona).

     Esa Reunión, celebrada en Cancún (México) fracasó porque, por primera vez, apareció un grupo de cinco países (Brasil, India, Argentina, China y Sudáfrica, "los únicos capaces de poner nerviosos a Estados Unidos y a la Unión Europea"), que  arrastraron a un buen número de países del Tercer Mundo y que dijeron "No". De todas formas, cuando parecía que se iba a dar por terminada la Reunión, apareció un extraño borrador, que las ONG calificaron de "enajenante y grosero" porque "reflejaba las posiciones de los ricos".

2 comentarios:

Lorenzo Garrido dijo...

En la OMC el jefe se llama Juan Palomo, él se lo guisa, él se lo come. Es el mismo jefe, por cierto, que el que tienen las empresas con ánimo de lucro llamadas Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco de Europa, etc.

Juliana Luisa dijo...

No he podido contestarte antes. Perdona. Estoy de acuerdo en que el jefe se llama Juan Palomo. Pero ¿quién le ha dado ese cargo y por qué? Sin embargo, es verdad que una vez en el cargo, es difícil echarle.