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sábado, 16 de noviembre de 2024

Cambio climático. Metano

     El avance de la inteligencia artificial y los progresos en la vigilancia desde los satélites van a poner cada vez más a los países y a las empresas de combustibles fósiles en el punto de mira si no luchan contra las fugas de metano, un gas con una potente capacidad de efecto invernadero y que en los últimos ha entrado con fuerza en la agenda de la lucha internacional contra el cambio climático. un proyecto internacional vinculado a la agencia del medio ambiente de Naciones Unidas (Pnuma) está monitoreando estas fugas a través de imágenes  por satélite. Cada vez que las localizan, informan a los Gobiernos y a las empresas para que tomen medidas, en el caso de que sea posible determinar el propietario de la instalación de la que parte la filtración. Pero en la inmensa mayaría de los casos los avisos se están ignorando.

     Entre el 1 de enero y el 30de septiembre de este año, el Sistema de Alerta y Respuesta al metano de la ONU (conocido por sis siglas en inglés MARS) emitió 1.225 notificaciones de fugas que se detectaron desde los satélites por en rastro que dejan. Sin embargo, "solo el 1% de las notificaciones recibió una respuesta sustantivas en la que proporcionaron más  detalles sobre la causa de las emisiones o si se habían adaptado medidas", explica el Pnuma en un informe publicado el 15 de noviembre, coincidiendo con la cumbre del clima.

     Las fugas pueden ser accidentales - por ejemplo, una filtración desde un gaseoducto  por una rotura- o deliberada -librarse del metano sobrante en un pozo de petróleo simplemente enviándolo a  atmósfera para ahorrase e, coste de su tratamiento correcto-. Aunque principalmente proceden de infraestructuras de gas y petróleo, también hay grandes fugas en minas de carbón.

     Históricamente, la lucha contra el cambio climático se ha centrad0 en reducir las emisiones de dióxido de carbono. Pero en los últimos años los científicos y demás expertos han puesto el foco también en el metano, un gas cuya vida en la atmósfera es mucho más corta -alrededor de una década- pero que tiene un poder de calentamiento mucho mayor que el de dióxido de  carbono. El IPCC (las siglas en inglés del panel internacional que se encarga de sentar las bases científicas sobre el cambio climático) calcula que metano es responsable de aproximadamente el 25% del aumento de  la temperatura global registrado en el planeta desde la era preindustrial. Y reducir sus emisiones abre una ventana de esperanza para intentar que el calentamiento no se desboque todavía más. (Fuente: El País, 18 de noviembre de 2024)




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