Miles de voluntarios acudieron el 2 de noviembre a la convocatoria en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Se superaron las expectativas: 10.000 personas, según la Generalitat. La idea era organizar a las multitudes para evitar un alud humano que pudiera obstaculizar los accesos de los distintos cuerpos de emergencia y seguridad a las poblaciones afectadas por la devastadora dana, como sucedió en algunos casos antes
A las siete de la mañana ya se habían congregado varios miles de voluntarios. Entre ellos, tres compañeras de trabajo que acudieron a primera hora cargadas de rastrillos, escobas y cubos. "Nos podía haber pasado a cualquiera y todos conocemos a alguien afectado. No podíamos quedarnos sin hacer nada", apuntaba una de ellas. "hemos visto a gente sufriendo mucho, Nunca habíamos visto algo así", señalaba otra los cuarenta como sus amigas. Poca después, un encargado del montaje recomendaba a la gente voz en grito y subido en un banco, que se utilizaran mascarillas y guantes, que hay que ayudar pero también evitar cualquier riesgo de infección, que el agua empieza a estar estancada y todo está lleno de barro.
Había gente de todas las edades, con mochilas a la espalda, que aguardaban de manera respetuosa una cola enorme para subirse a los autobuses y dirigirse a una de las numerosas poblaciones afectadas. "Como somos jóvenes no podemos hacer más que ayudar. Dinero no tenemos, pero manos sí", decía una estudiante de 16 años. A su lado, su padre, profesor de Geomática de la Universitat Politécnica de Valencia, de 52 años, afirmaba: "La empatía hacia las personas que lo han perdido todo nos tiene que movilizar, con alimentos, con ayuda económica, con ayuda presencial".
La enorme cola de personas entraba por una de las puertas del Museu de les Ciénces, que se utilizó como principal centro de vacunación durante la pandemia, y salía por otra, tras recoger escobas y otros utensilios, camisetas, mascarillas, guantes y bolsas con zumos y comida. De ahí se dirigían a los autobuses, La vicepresidenta del Consell estaba presente desde primera hora (...)
Otros voluntarios optaron por andar a zonas afectadas. La pasarela que conecta la ciudad de Valencia con los municipios damnificados del sur, rebautizada como Puente de la Solidaridad, por ser la vía de acceso de un enorme número de voluntarios que la cruzan a pie, casi se bloqueó por lo que la policía tuvo que retener el flujo de personas, lo que causó colas. (Fuente: El País, 3 de noviembre de 2024)
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