Estamos sujetos a fenómenos naturales que en un momento arrasan con vidas, posesiones, sueños y posibilidades. La ciencia es una ayuda siempre. La meteorología ha avanzado muchísimo en unas décadas y, aunque no siempre acierte a largo plazo, suele mostrar toda su capacidad en plazos cercanos. La Aemet ha sido capaz de predecir con precisión donde iba a haber una dana y avisó con tiempo. La gente lo supo, pero solo los mandos políticos podían tomar decisiones. Al parecer, minimizaron el rol de los científicos. ¿Qué hace que, a pesar de los esfuerzos de divulgación, la gente no crea en la ciencia? Y que los políticos con capacidad de organización y toma de decisiones lo obvien, y luego se excusen diciendo que "no era seguro" que ocurriera. Se espera que los episodios extremos aumenten. Esta dana ha sido un récord, pero no va a ser el último. ¿Podemos aprender de ello? ¿Podemos divulgar mejor la ciencia? Nuestra vida depende de ello. (Fuente: M.Nieves Cansañ-Pastor Barcelona, 13 de noviembre de 2024)
Seguir la tragedia de la dana en Valencia es un reto tan emocionalmente agotador como desalentador. No solo por la dimensión de la catastrófico, sino por los bulos que circulan sin freno. Su propagación perjudica tanto a quienes buscan información confiable como a medios y autoridades que dedican tiempo y recursos a desmentirlos en lugar de concentrarse en la coordinación y ayuda directa a las víctimas. Sin esa maquinaria propagandística, los expertos de la Aemet, el general jefe de la UME y otros organismos y autoridades no tendrían que dedicarse a desmentir informaciones. La responsabilidad de verificar y compartir información veraz se convierte en momentos como este en una tarea de todos. (Fuente: Alejandro Alemañ Miralles Elche (Alicante), 13 de noviembre de 2024)
Son dos cartas a la directora de El País, que les pido añadan a mi última "píldora para pensar" dedicada a hablar de la COP29.
No hay comentarios:
Publicar un comentario