"El economista Lawrence Summers, doctorado en Harvard y elevado a las altas jerarquías del Banco Mundial, dio su testimonio a fines de 1991. En un documento para uso interno de la institución, que por descuido fue publicado, Summers propuso que el Banco Mundial estimulara la migración de las industrias sucias y de los desperdicios tóxicos "hacia los países menos desarrollados", por razones de lógica económica que tenían que ver con las ventajas comparativas de esos países. En resumidas cuentas, y hablando en plata, las tales ventajas resultaban ser tres: los salarios raquíticos, los grandes espacios donde todavía queda mucho por contaminar y la escasa incidencia del cáncer sobre los pobres, que tienen la costumbre de morir pronto y por otras causas".
El párrafo anterior está copiado del libro Patas arriba. La escuela del mundo al revés (Eduardo Galeano, 4ª ed.1999, Siglo XXI de España Editores, Madrid, pág. 225); sin embargo, la anécdota ha aparecido en infinidad de medios de comunicación y ha sido mencionada por muy distintas personas.
El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.
domingo, 31 de julio de 2011
sábado, 30 de julio de 2011
¿Qué pasa con el pueblo somalí?
Aunque la mayor parte de Somalia se encuentra en terreno árido semiárido, se puede practicar una agricultura de cierta importancia en el noroeste y suroeste por ser áreas de lluvias moderadas y donde se encuentran los dos ríos más importantes del país. Por otra parte, su larga costa (3.025 kilómetros) fue importante fuente de alimentos (proteínas). ¿Cuál es, pues, el verdadero origen de tan intensa hambruna?
Para buscar información, esta vez, acudí a Internet y, como sucede con frecuencia, me encontré con más de lo que buscaba. Alguna de esa información ha sido suministrada por la prensa y la televisión, pero de forma inconexa y, a veces, incompleta o no veraz. He aquí un resumen de lo que, ahora, sé.
En 1991, aprovechando la situación del gobierno somalí, "una multitud de barcos de pesca empezó a faenar en las aguas frente al país, incluidas sus aguas territoriales". Según Joaquim Sempere, profesor de Teoría Sociológica y Sociología Medioambiental en la Universidad de Barcelona, "en 2005 se calculó que pescaron allí unos 800 barcos de distintos países, muchos de ellos europeos y, más específicamente, españoles". "El resultado -dice Sempere- fue la rápida disminución de unas reservas pesqueras que eran el principal recurso para las comunidades del país, catalogado como uno de los más pobres del mundo".
Grupos de somalíes trataron de constituir un cuerpo denominado "Guardacostas Voluntarios de Somalia". Como contestación, Francia y España lograron que el 10 de diciembre de 2008 los ministros de Defensa de la Unión Europea aprobaran la Operación Atalanta contra la "piratería somalí" y que se diera luz verde al envío de entre 6 y 10 buques de guerra para "garantizar la seguridad" y con el mandato de vigilar las costas de Somalia, incluidas sus aguas territoriales.
" Es una indignidad aprovecharse de un país desangrado por una guerra civil y luego mandar a los soldados a defender una causa indefendible que no hace más que profundizar la tragedia de ese pueblo. ¿Cuánto cuesta mantener la dotación de dos buques de guerra, un avión y 395 efectivos de la Marina española destacados en la zona?"
Sin embargo, la riqueza pesquera de Somalia y, por tanto, el sustento de muchas de sus comunidades, no solo ha sido destruida por barcos de pesca, sino también por la contaminación provocada por navíos procedentes de Europa, Estados Unidos, China y otros países que han aprovechado -siguen aprovechando- para verter en sus aguas grandes cantidades de residuos tóxicos y peligrosos , a pesar de haber firmado la Convención de Basilea sobre los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos. "En 2004, la existencia de estos residuos se hizo patente cuando decenas de contenedores llegaron a las playas arrastrados por las olas que generó el brutal tsunami en el Pacífico". La porquería tóxica acumulada en pocos días por la catástrofe marina provocó úlceras, cánceres, náuseas y malformaciones genéticas en recién nacidos y, al menos, 300 muertes, según el enviado de Naciones Unidas en Somalia.
El enviado de Naciones Unidas para Somalia dijo que, en la práctica , fue el petróleo en que contribuyó a que surgiera y después se mantuviera la guerra civil de 18 años en Somalia: las multinacionales pagaban a los ministros del gobierno y/o líderes de la milicia por descargar la basura. Algunas de estas multinacionales ahora no pagan a nadie, simplemente, descargan la basura y se van.
Las comunidades pesquera y los pescadores han denunciado la situación, se han quejado y han apelado a la comunidad internacional a través de distintos organismos, pero nadie les ha hecho caso.
Razonando desde la máxima insensibilidad hacia el pueblo somalí, llegamos a la conclusión de que estamos "tirando piedras a nuestro propio tejado". Cuando ya no haya caladeros por explorar, cuando llenemos los mares de residuos ¿qué haremos? ¿a dónde iremos? No tendremos ningún rincón donde escondernos.
Para buscar información, esta vez, acudí a Internet y, como sucede con frecuencia, me encontré con más de lo que buscaba. Alguna de esa información ha sido suministrada por la prensa y la televisión, pero de forma inconexa y, a veces, incompleta o no veraz. He aquí un resumen de lo que, ahora, sé.
En 1991, aprovechando la situación del gobierno somalí, "una multitud de barcos de pesca empezó a faenar en las aguas frente al país, incluidas sus aguas territoriales". Según Joaquim Sempere, profesor de Teoría Sociológica y Sociología Medioambiental en la Universidad de Barcelona, "en 2005 se calculó que pescaron allí unos 800 barcos de distintos países, muchos de ellos europeos y, más específicamente, españoles". "El resultado -dice Sempere- fue la rápida disminución de unas reservas pesqueras que eran el principal recurso para las comunidades del país, catalogado como uno de los más pobres del mundo".
Grupos de somalíes trataron de constituir un cuerpo denominado "Guardacostas Voluntarios de Somalia". Como contestación, Francia y España lograron que el 10 de diciembre de 2008 los ministros de Defensa de la Unión Europea aprobaran la Operación Atalanta contra la "piratería somalí" y que se diera luz verde al envío de entre 6 y 10 buques de guerra para "garantizar la seguridad" y con el mandato de vigilar las costas de Somalia, incluidas sus aguas territoriales.
" Es una indignidad aprovecharse de un país desangrado por una guerra civil y luego mandar a los soldados a defender una causa indefendible que no hace más que profundizar la tragedia de ese pueblo. ¿Cuánto cuesta mantener la dotación de dos buques de guerra, un avión y 395 efectivos de la Marina española destacados en la zona?"
Sin embargo, la riqueza pesquera de Somalia y, por tanto, el sustento de muchas de sus comunidades, no solo ha sido destruida por barcos de pesca, sino también por la contaminación provocada por navíos procedentes de Europa, Estados Unidos, China y otros países que han aprovechado -siguen aprovechando- para verter en sus aguas grandes cantidades de residuos tóxicos y peligrosos , a pesar de haber firmado la Convención de Basilea sobre los movimientos transfronterizos de residuos peligrosos. "En 2004, la existencia de estos residuos se hizo patente cuando decenas de contenedores llegaron a las playas arrastrados por las olas que generó el brutal tsunami en el Pacífico". La porquería tóxica acumulada en pocos días por la catástrofe marina provocó úlceras, cánceres, náuseas y malformaciones genéticas en recién nacidos y, al menos, 300 muertes, según el enviado de Naciones Unidas en Somalia.
El enviado de Naciones Unidas para Somalia dijo que, en la práctica , fue el petróleo en que contribuyó a que surgiera y después se mantuviera la guerra civil de 18 años en Somalia: las multinacionales pagaban a los ministros del gobierno y/o líderes de la milicia por descargar la basura. Algunas de estas multinacionales ahora no pagan a nadie, simplemente, descargan la basura y se van.
Las comunidades pesquera y los pescadores han denunciado la situación, se han quejado y han apelado a la comunidad internacional a través de distintos organismos, pero nadie les ha hecho caso.
Razonando desde la máxima insensibilidad hacia el pueblo somalí, llegamos a la conclusión de que estamos "tirando piedras a nuestro propio tejado". Cuando ya no haya caladeros por explorar, cuando llenemos los mares de residuos ¿qué haremos? ¿a dónde iremos? No tendremos ningún rincón donde escondernos.
jueves, 28 de julio de 2011
Botsuana
¿Por qué muchos de los países del Tercer Mundo ricos en recursos naturales son más pobres que otros países peor dotados? Está demostrado que ello se debe a que están en manos de regímenes represivos o corruptos o desgarrados por conflictos armados, a los que no son ajenos las empresas de los países ricos y, en ocasiones, los gobiernos de los países ricos, en su deseo de adueñarse de esos recursos naturales. A ese problema se le ha dado en llamar "la maldición de los recursos".
Un país que ha sido capaz de escapar a esa maldición es Botsuana. Cuando Botsuana "accedió a la independencia en 1966 era un país extremadamente pobre, como Etiopía y la mayoría de las naciones africanas". "Era asimismo un pueblo eminentemente agrícola, le faltaba agua y sus estructuras eran rudimentarias. Y sin embargo, Botsuana es un caso de éxito en el desarrollo".
Desde su independencia, Botsuana ha sido siempre una democracia, cuyo éxito, según J. E. Stiglitz (El malestar en la globalización, págs. 63-66), "provino de su habilidad para mantener un consenso político basado en un amplio sentido de unidad nacional". Explica Stigliz que ese consenso político, necesario para cualquier contrato social, "había sido fraguado por la Administración, en colaboración de asesores externos y de una serie de instituciones públicas y fundaciones privadas, como la Fundación Ford. Los asesores ayudaron a Botsuana a trazar un plan para el futuro del país". "Al revés del FMI, que trata básicamente con los ministros de Hacienda y los bancos centrales, estos asesores explicaron abierta y sinceramente sus políticas mientras trabajaban junto a las autoridades para obtener apoyo popular para sus programas y políticas, Discutieron su plan con los altos funcionarios de Botsuana, con ministros y parlamentarios, en seminarios abiertos y en reuniones privadas". De este modo, desde su independencia, ha experimentado el más rápido crecimiento de renta per cápita del mundo. Cuando padeció la epidemia de sida, el gobierno reconoció que esta enfermedad afectaría a la economía y puso en marcha programas para combatir la epidemia.
Un año la sequía puso en peligro la vida de muchas personas del sector ganadero, y las dificultades en la industria de los diamantes presionaban sobre el presupuesto del país. "Pero como se había desarrollado a lo largo de los años una amplia comprensión de las políticas económicas y del enfoque de elaboración de políticas basado en el consenso, la austeridad no ocasionó la clase de rupturas sociales tan frecuentes bajo los programas del FMI". (Estas rupturas sociales son debidas a las políticas económicas a que obliga el FMI cuando presta el dinero, sin contar con la opinión del gobierno al que ha prestado el dinero). "Botsuana se apretó el cinturón y armoniosamente pudo superar la crisis".
Creo que son muchas las lecciones que podemos aprender de la mano de Botsuana, cuyo gobierno ha demostrado -está demostrando- una sabiduría y grado de madurez escasas en muchas de nuestras democracias.
Un país que ha sido capaz de escapar a esa maldición es Botsuana. Cuando Botsuana "accedió a la independencia en 1966 era un país extremadamente pobre, como Etiopía y la mayoría de las naciones africanas". "Era asimismo un pueblo eminentemente agrícola, le faltaba agua y sus estructuras eran rudimentarias. Y sin embargo, Botsuana es un caso de éxito en el desarrollo".
Desde su independencia, Botsuana ha sido siempre una democracia, cuyo éxito, según J. E. Stiglitz (El malestar en la globalización, págs. 63-66), "provino de su habilidad para mantener un consenso político basado en un amplio sentido de unidad nacional". Explica Stigliz que ese consenso político, necesario para cualquier contrato social, "había sido fraguado por la Administración, en colaboración de asesores externos y de una serie de instituciones públicas y fundaciones privadas, como la Fundación Ford. Los asesores ayudaron a Botsuana a trazar un plan para el futuro del país". "Al revés del FMI, que trata básicamente con los ministros de Hacienda y los bancos centrales, estos asesores explicaron abierta y sinceramente sus políticas mientras trabajaban junto a las autoridades para obtener apoyo popular para sus programas y políticas, Discutieron su plan con los altos funcionarios de Botsuana, con ministros y parlamentarios, en seminarios abiertos y en reuniones privadas". De este modo, desde su independencia, ha experimentado el más rápido crecimiento de renta per cápita del mundo. Cuando padeció la epidemia de sida, el gobierno reconoció que esta enfermedad afectaría a la economía y puso en marcha programas para combatir la epidemia.
Un año la sequía puso en peligro la vida de muchas personas del sector ganadero, y las dificultades en la industria de los diamantes presionaban sobre el presupuesto del país. "Pero como se había desarrollado a lo largo de los años una amplia comprensión de las políticas económicas y del enfoque de elaboración de políticas basado en el consenso, la austeridad no ocasionó la clase de rupturas sociales tan frecuentes bajo los programas del FMI". (Estas rupturas sociales son debidas a las políticas económicas a que obliga el FMI cuando presta el dinero, sin contar con la opinión del gobierno al que ha prestado el dinero). "Botsuana se apretó el cinturón y armoniosamente pudo superar la crisis".
Creo que son muchas las lecciones que podemos aprender de la mano de Botsuana, cuyo gobierno ha demostrado -está demostrando- una sabiduría y grado de madurez escasas en muchas de nuestras democracias.
miércoles, 27 de julio de 2011
Sistema de comercio internacional. Modificar antes que crear uno nuevo
Bhagirath Lal Das, en el último capítulo de su libro, expone su opinión acerca de la creación de un nuevo sistema de comercio internacional de comercio. Opina que el actual clima internacional no es propicio para crear un sistema totalmente nuevo. "Existe una gran codicia entre los ricos y una profunda desesperanza entre los pobres". El mal ha sido causado por los poderosos al ignorar los intereses, las necesidades y los problemas de los más débiles; y, en menor medida, ha sido provocado por los débiles, por no defenderse con determinación. Considera que es comprensible el que los países pobres no sólo se sientan marginados porque "no participan realmente en la "toma de decisiones", sino que, además, estén enojados pero impotentes; y cree que, en estas condiciones, la única opción es "reformar el actual sistema y trabajar con él hasta que no se cree otro nuevo".
Las Das opina que el cambio puede ser iniciado por "un pequeño número de países, tanto industrializados como en desarrollo, y luego involucrar al resto". Puesto que el número de miembros de la OMC hace difícil llegar a un acuerdo escrito con la participación de todos ellos, ha diseñado un sistema de nombramiento de negociadores y formación flexible de grupos de países, para que los países del Sur puedan velar por sus intereses y, mediante un proceso regular de consultas, estar siempre al tanto de las negociaciones.
Entre las reformas que Lal Das propone se encuentra la introducción de modificaciones en algunos Acuerdos: Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio (ADPIC), Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC), y Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF); y modificaciones en el sistema de sanciones en el Órgano de Solución de Diferencias (OSD), entre otras.
Otra reforma fundamental se refiere al personal de la Secretaría y el OSD: ambos deben ser imparciales, ambos deben hacer un esfuerzo por mantenerse libres de toda sospecha.
Una importante reforma se refiere al proceso de "dar y recibir", pues implica "dar más para recibir más" y "recibir menos si se da menos", con lo que se amplía la brecha entre países pobres y países ricos. Eso sin tener en cuenta las "trampas" que, con frecuencia, han hecho los ricos y que han llevado a que "durante los últimos 10 años, al menos, los países en desarrollo" hayan hecho "concesiones sin retribución". En opinión de Lal Das, ha llegado la hora de que se detenga este proceso e, incluso, se pida a los países industrializados beneficios recíprocos por concesiones anteriores. "Sería algo así como una justicia tardía".
Como los países del Sur están en gran desventaja porque carecen de las infraestructuras necesarias (abogados, economistas, ...), Lal Das propone la creación de una institución encargada de llevar a cabo una labor que, hasta ahora -en la medida que les es posible- realizan algunas grandes ONG. Como buen conocedor de la UNCTAD, cree que esta institución "puede jugar un papel muy útil en el proceso de negociación de la OMC"; hasta ahora, los países industrializados no han querido que los temas a negociar fueran discutidos en la UNCTAD, porque no querían renunciar a que se aprobase lo que ellos previamente habían acordado.
Las Das opina que el cambio puede ser iniciado por "un pequeño número de países, tanto industrializados como en desarrollo, y luego involucrar al resto". Puesto que el número de miembros de la OMC hace difícil llegar a un acuerdo escrito con la participación de todos ellos, ha diseñado un sistema de nombramiento de negociadores y formación flexible de grupos de países, para que los países del Sur puedan velar por sus intereses y, mediante un proceso regular de consultas, estar siempre al tanto de las negociaciones.
Entre las reformas que Lal Das propone se encuentra la introducción de modificaciones en algunos Acuerdos: Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el comercio (ADPIC), Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC), y Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF); y modificaciones en el sistema de sanciones en el Órgano de Solución de Diferencias (OSD), entre otras.
Otra reforma fundamental se refiere al personal de la Secretaría y el OSD: ambos deben ser imparciales, ambos deben hacer un esfuerzo por mantenerse libres de toda sospecha.
Una importante reforma se refiere al proceso de "dar y recibir", pues implica "dar más para recibir más" y "recibir menos si se da menos", con lo que se amplía la brecha entre países pobres y países ricos. Eso sin tener en cuenta las "trampas" que, con frecuencia, han hecho los ricos y que han llevado a que "durante los últimos 10 años, al menos, los países en desarrollo" hayan hecho "concesiones sin retribución". En opinión de Lal Das, ha llegado la hora de que se detenga este proceso e, incluso, se pida a los países industrializados beneficios recíprocos por concesiones anteriores. "Sería algo así como una justicia tardía".
Como los países del Sur están en gran desventaja porque carecen de las infraestructuras necesarias (abogados, economistas, ...), Lal Das propone la creación de una institución encargada de llevar a cabo una labor que, hasta ahora -en la medida que les es posible- realizan algunas grandes ONG. Como buen conocedor de la UNCTAD, cree que esta institución "puede jugar un papel muy útil en el proceso de negociación de la OMC"; hasta ahora, los países industrializados no han querido que los temas a negociar fueran discutidos en la UNCTAD, porque no querían renunciar a que se aprobase lo que ellos previamente habían acordado.
martes, 26 de julio de 2011
Reforma del actual sistema de comercio internacional. Una propuesta
Entre las distintas propuestas de reforma de la Organización Mundial de Comercio (OMC), destaca, a mi juicio, la enunciada por Walden Bello, profesor de ciencias sociales y políticas en la Universidad de Filipinas (Manila) y fundador del instituto de investigación política Focus on the Global South, en su libro Desglobalización. Ideas para una nueva economía mundial (2004, Icaria Editorial-Intermón Oxfam, Barcelona).
Walden Bello, después de pasar revista a las distintas propuestas de reforma de las actuales instituciones internacionales, recuerda el libro La estructura de las revoluciones científicas, en el que su autor, el historiador y filósofo de la ciencia, Thomas Kuhn, explica que, en el campo científico cuando un modelo, en un intento de explicar nuevas observaciones, se hace muy complejo, la ciencia lo sustituye por otro menos complejo y más coherente.
Desde este punto de vista, W. Bello aboga por un cambio total del FMI, del Banco Mundial y, especialmente, de la OMC dada su "importancia y sus características únicas"; y aboga por desmantelar, neutralizar o reducir el poder de la OMC, mediante una combinación de medidas activas y pasivas, hasta su conversión en un organismo distinto, que estaría controlado por acuerdos, organizaciones internacionales y otras entidades. Esta estrategia incluiría reforzar distintos organismos e instituciones, como la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo y Comercio (UNCTAD), acuerdos medioambientales multilaterales, la Organización Internacional del Trabajo, etc. Siempre siguiendo procesos democráticos en la adopción de las principales decisiones económicas en lugar de dejarlas a merced del mercado; y creando un sistema de producción e intercambio a cargo de cooperativas, empresas privadas y estatales, con exclusión de las multinacionales.
Todo ello no implica dejar de lado el comercio internacional, sino únicamente bajarlo del pedestal en que se encuentra en estos momentos, de modo que la producción en lugar de estar enfocada fundamentalmente a la exportación se oriente hacia el mercado local (Autosuficiencia).
Walden Bello vaticina que, de esta forma, se ganará en cosas como la solidaridad, la equidad social y llegada a un sistema más democrático y más sostenible.
Ahora bien, los cambios en las estructuras para que den resultados, deben ser consecuencia de cambios en la manera de pensar y de ser de las personas. Ellas, en calidad de consumidoras, son las únicas que pueden disminuir el poder de las multinacionales; y ellas son las que, presionando masivamente sobre los gobiernos, pueden desmantelar y reducir el poder de la OMC.
Walden Bello, después de pasar revista a las distintas propuestas de reforma de las actuales instituciones internacionales, recuerda el libro La estructura de las revoluciones científicas, en el que su autor, el historiador y filósofo de la ciencia, Thomas Kuhn, explica que, en el campo científico cuando un modelo, en un intento de explicar nuevas observaciones, se hace muy complejo, la ciencia lo sustituye por otro menos complejo y más coherente.
Desde este punto de vista, W. Bello aboga por un cambio total del FMI, del Banco Mundial y, especialmente, de la OMC dada su "importancia y sus características únicas"; y aboga por desmantelar, neutralizar o reducir el poder de la OMC, mediante una combinación de medidas activas y pasivas, hasta su conversión en un organismo distinto, que estaría controlado por acuerdos, organizaciones internacionales y otras entidades. Esta estrategia incluiría reforzar distintos organismos e instituciones, como la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo y Comercio (UNCTAD), acuerdos medioambientales multilaterales, la Organización Internacional del Trabajo, etc. Siempre siguiendo procesos democráticos en la adopción de las principales decisiones económicas en lugar de dejarlas a merced del mercado; y creando un sistema de producción e intercambio a cargo de cooperativas, empresas privadas y estatales, con exclusión de las multinacionales.
Todo ello no implica dejar de lado el comercio internacional, sino únicamente bajarlo del pedestal en que se encuentra en estos momentos, de modo que la producción en lugar de estar enfocada fundamentalmente a la exportación se oriente hacia el mercado local (Autosuficiencia).
Walden Bello vaticina que, de esta forma, se ganará en cosas como la solidaridad, la equidad social y llegada a un sistema más democrático y más sostenible.
Ahora bien, los cambios en las estructuras para que den resultados, deben ser consecuencia de cambios en la manera de pensar y de ser de las personas. Ellas, en calidad de consumidoras, son las únicas que pueden disminuir el poder de las multinacionales; y ellas son las que, presionando masivamente sobre los gobiernos, pueden desmantelar y reducir el poder de la OMC.
domingo, 24 de julio de 2011
¿Qué mundo heredarán nuestros hijos?
En el libro La Tierra herida. ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos (2005, Círculo de Lectores, Barcelona) se recoge el diálogo de Miguel Delibes, escritor, y su hijo, biólogo. Este diálogo gira alrededor de los cambios que ha experimentado el planeta en las últimas décadas; cambios debidos a un sistema de producción que ha explotado los recursos naturales sin ocuparse de las consecuencias.
En su última intervención, Delibes-hijo recuerda a su padre el final de su discurso de entrada a la Academia de la Lengua:
"Entonces apelabas a esa conciencia moral universal que, por encima del dinero y los intereses políticos, viene exigiendo juego limpio en no pocos lugares de la Tierra. Y añadías: "Esta conciencia, que encarno preferentemente en un amplio sector de la juventud, que ha heredado un mundo sucio en no pocos aspectos, justifica mi esperanza".
En su última intervención, Delibes-hijo recuerda a su padre el final de su discurso de entrada a la Academia de la Lengua:
"Entonces apelabas a esa conciencia moral universal que, por encima del dinero y los intereses políticos, viene exigiendo juego limpio en no pocos lugares de la Tierra. Y añadías: "Esta conciencia, que encarno preferentemente en un amplio sector de la juventud, que ha heredado un mundo sucio en no pocos aspectos, justifica mi esperanza".
sábado, 23 de julio de 2011
El comercio internacional y la teoría de juegos
Luís de Sebastián, catedrático de Economía Internacional en la Universidad Ramón Llull de ESADE (Barcelona) señaló en un artículo, La liberalización de los mercados. Efectos sobre las economías del Sur, publicado en EL PAIS, el 6 de enero de 2003:
"El comercio internacional tiene en teoría dos efectos principales sobre el bienestar de las naciones. Por medio de las importaciones un país amplía la oferta de bienes y servicios de que puede disponer. Por medio de las exportaciones puede producir para un mercado más amplio que el nacional, y de esta manera, aumentar la productividad del trabajo local. (...), éstas son las dos fuerzas que han hecho del comercio internacional, a través de la historia, un instrumento del progreso de las naciones. (...) En un principio, el comercio internacional, tanto del Norte como del Sur, debería beneficiar a las naciones que lo practican".
"En teoría" porque en la realidad, según indicaba Luís de Sebastián:
"..., en muchos países del Sur, la mención del comercio internacional, de liberalizarlo y de organizarlo por tratados, produce las mismas reacciones que si se invocara una maldición. Es que las gentes del Sur, sobre todo las más pobres, han tenido malas experiencias con las formas históricas concretas de cómo se organizó y se llevó a cabo el comercio internacional".
De forma análoga se expresa Joseph E. Stiglitz en su libro El malestar en la globalización (pág. 305). Este premio Nobel después de afirmar que la Organización Mundial de Comercio (OMC) es el símbolo más obvio de la "hipocresía de los países industrializados más avanzados", indica:
"Habían predicado -y forzado- la apertura de los mercados en los países subdesarrollados para sus productos industriales, pero seguían con sus mercados cerrados ante los productos de los países en desarrollo, como los textiles y la agricultura. Predicaron a los países en desarrollo para que no subsidiaran a sus industrias, pero ellos siguieron derramando miles de millones en subsidios a sus agricultores, haciendo imposible que los países en desarrollo pudieran competir. Predicaron las virtudes de los mercados competitivos, pero Estados Unidos se apresuró a propiciar cárteles globales en el acero y el aluminio cuando sus industrias locales fueron amenazadas por las importaciones. Estados Unidos recomendó la liberalización de los sectores financieros, pero rechazó la liberalización de los sectores donde los países subdesarrollados tienen fuerza como la construcción y los servicios marítimos. Como hemos apuntado, la agenda comercial ha sido tan injusta que no solo los países pobres no han recibido una cuota equitativa de los beneficios sino que la región más pobre del mundo, el África subsahariana, de hecho empeoró como resultado de la última ronda de las negociaciones comerciales".
Traduciendo lo que ambos catedráticos exponen al lenguaje de la teoría de juegos, el comercio internacional se ha practicado hasta ahora como si se tratase de un juego de suma cero: unos ganan y otros pierden, como sucede en un partido de fútbol entre dos equipos. Diferentes son los juegos de suma no cero: todos ganan o todos pierden, dependiendo de que jueguen bien o mal, como sucede en el juego que practican los jugadores de un mismo equipo, por ejemplo, de fútbol. Es posible -y absolutamente necesario- sustituir las normas por la que en la actualidad el comercio internacional por otras que lleven a la práctica de un juego de suma no cero, unas normas con las que los ricos y los pobres se sientan "jugadores de un mismo equipo", dispuestos a ganar.
Robert Wrigh, periodista y prolífico autor de best sellers sobre ciencia, psicología evolutiva, historia, religión y teoría de juegos, en una conferencia, El mal en el animal humano pronunciada en la Ciudad de las Ideas en julio del pasado año, expresó su convencimiento de que la única forma que tiene la Humanidad de sobrevivir es aprender a llevar a cabo juegos de suma no cero.
"El comercio internacional tiene en teoría dos efectos principales sobre el bienestar de las naciones. Por medio de las importaciones un país amplía la oferta de bienes y servicios de que puede disponer. Por medio de las exportaciones puede producir para un mercado más amplio que el nacional, y de esta manera, aumentar la productividad del trabajo local. (...), éstas son las dos fuerzas que han hecho del comercio internacional, a través de la historia, un instrumento del progreso de las naciones. (...) En un principio, el comercio internacional, tanto del Norte como del Sur, debería beneficiar a las naciones que lo practican".
"En teoría" porque en la realidad, según indicaba Luís de Sebastián:
"..., en muchos países del Sur, la mención del comercio internacional, de liberalizarlo y de organizarlo por tratados, produce las mismas reacciones que si se invocara una maldición. Es que las gentes del Sur, sobre todo las más pobres, han tenido malas experiencias con las formas históricas concretas de cómo se organizó y se llevó a cabo el comercio internacional".
De forma análoga se expresa Joseph E. Stiglitz en su libro El malestar en la globalización (pág. 305). Este premio Nobel después de afirmar que la Organización Mundial de Comercio (OMC) es el símbolo más obvio de la "hipocresía de los países industrializados más avanzados", indica:
"Habían predicado -y forzado- la apertura de los mercados en los países subdesarrollados para sus productos industriales, pero seguían con sus mercados cerrados ante los productos de los países en desarrollo, como los textiles y la agricultura. Predicaron a los países en desarrollo para que no subsidiaran a sus industrias, pero ellos siguieron derramando miles de millones en subsidios a sus agricultores, haciendo imposible que los países en desarrollo pudieran competir. Predicaron las virtudes de los mercados competitivos, pero Estados Unidos se apresuró a propiciar cárteles globales en el acero y el aluminio cuando sus industrias locales fueron amenazadas por las importaciones. Estados Unidos recomendó la liberalización de los sectores financieros, pero rechazó la liberalización de los sectores donde los países subdesarrollados tienen fuerza como la construcción y los servicios marítimos. Como hemos apuntado, la agenda comercial ha sido tan injusta que no solo los países pobres no han recibido una cuota equitativa de los beneficios sino que la región más pobre del mundo, el África subsahariana, de hecho empeoró como resultado de la última ronda de las negociaciones comerciales".
Traduciendo lo que ambos catedráticos exponen al lenguaje de la teoría de juegos, el comercio internacional se ha practicado hasta ahora como si se tratase de un juego de suma cero: unos ganan y otros pierden, como sucede en un partido de fútbol entre dos equipos. Diferentes son los juegos de suma no cero: todos ganan o todos pierden, dependiendo de que jueguen bien o mal, como sucede en el juego que practican los jugadores de un mismo equipo, por ejemplo, de fútbol. Es posible -y absolutamente necesario- sustituir las normas por la que en la actualidad el comercio internacional por otras que lleven a la práctica de un juego de suma no cero, unas normas con las que los ricos y los pobres se sientan "jugadores de un mismo equipo", dispuestos a ganar.
Robert Wrigh, periodista y prolífico autor de best sellers sobre ciencia, psicología evolutiva, historia, religión y teoría de juegos, en una conferencia, El mal en el animal humano pronunciada en la Ciudad de las Ideas en julio del pasado año, expresó su convencimiento de que la única forma que tiene la Humanidad de sobrevivir es aprender a llevar a cabo juegos de suma no cero.
viernes, 22 de julio de 2011
Concentración de poder en la Organización Mundial de Comercio
En una columna periódistica, La gangrena, el catedrático de Sociología, Vidal-Beneyto, hablando de la OMC, decía :
"Por lo demás, la opacidad de su funcionamiento permite evitar el voto en la toma de decisiones y concentra el poder en los países del Quad (EE. EE., Unión Europea, Canadá y Japón), dominados por los lobbies de las multinacionales ..."
¿Cómo es posible esa concentración de poder en una organización con más de ciento cincuenta miembros y en cuyos estatutos figura que cada país tiene un voto?
La OMC es una Organización muy compleja con numerosos grupos de trabajo, muy diversos comités y un programa muy recargado de reuniones, de las cuales la mayoría son informales o extraoficiales. Todas estas últimas reuniones son convocadas por alguno de los miembros del Quad y a ellos sólo pueden acudir los delegados que han sido previamente convocados.
Estas, digamos, tomas de contacto no estarían mal si no fueran convocadas, únicamente, por los países industrializados; si no girasen en torno a propuestas lanzadas por estos países, ignorando, prácticamente, las propuestas de los países del Tercer Mundo; si la interpretación de lo que en ellas sucede no se dejase en manos de tienes tienen intereses en el resultado: y si no se ocultase información significativa a los delegados de los países del Tercer Mundo.
Sin embargo, lo tratado en estas reuniones informales es lo que suele aprobarse en las Reuniones Ministeriales, donde los países del Tercer Mundo no pueden o no se atreven a discrepar. Un alto diplomático de un país del Tercer Mundo, que solicitó reserva, dijo en una ocasión: "Nuestro trabajo era simplemente decir que sí y poner el sello de aprobación a algo que no conocíamos y en lo que no pudimos participar". Para evitar protestas, los miembros del Quad, -en particular, Estados Unidos- suelen desplegar una batería de amenazas y promesas bilaterales.
Las noticias de prensa que hacían referencia a la V Reunión Ministerial, celebrada en 2003, confirmaron todo lo anterior, extraido, en su mayoría, del libro Tras las bambalinas de la OMC. La cruel realidad del comercio internacional (Fatoumata Jawara, especialista en desarrollo y comercio internacional, y Aileen Kwa, analista comercial, 2005, Intermón Oxfam, Barcelona).
Esa Reunión, celebrada en Cancún (México) fracasó porque, por primera vez, apareció un grupo de cinco países (Brasil, India, Argentina, China y Sudáfrica, "los únicos capaces de poner nerviosos a Estados Unidos y a la Unión Europea"), que arrastraron a un buen número de países del Tercer Mundo y que dijeron "No". De todas formas, cuando parecía que se iba a dar por terminada la Reunión, apareció un extraño borrador, que las ONG calificaron de "enajenante y grosero" porque "reflejaba las posiciones de los ricos".
"Por lo demás, la opacidad de su funcionamiento permite evitar el voto en la toma de decisiones y concentra el poder en los países del Quad (EE. EE., Unión Europea, Canadá y Japón), dominados por los lobbies de las multinacionales ..."
¿Cómo es posible esa concentración de poder en una organización con más de ciento cincuenta miembros y en cuyos estatutos figura que cada país tiene un voto?
La OMC es una Organización muy compleja con numerosos grupos de trabajo, muy diversos comités y un programa muy recargado de reuniones, de las cuales la mayoría son informales o extraoficiales. Todas estas últimas reuniones son convocadas por alguno de los miembros del Quad y a ellos sólo pueden acudir los delegados que han sido previamente convocados.
Estas, digamos, tomas de contacto no estarían mal si no fueran convocadas, únicamente, por los países industrializados; si no girasen en torno a propuestas lanzadas por estos países, ignorando, prácticamente, las propuestas de los países del Tercer Mundo; si la interpretación de lo que en ellas sucede no se dejase en manos de tienes tienen intereses en el resultado: y si no se ocultase información significativa a los delegados de los países del Tercer Mundo.
Sin embargo, lo tratado en estas reuniones informales es lo que suele aprobarse en las Reuniones Ministeriales, donde los países del Tercer Mundo no pueden o no se atreven a discrepar. Un alto diplomático de un país del Tercer Mundo, que solicitó reserva, dijo en una ocasión: "Nuestro trabajo era simplemente decir que sí y poner el sello de aprobación a algo que no conocíamos y en lo que no pudimos participar". Para evitar protestas, los miembros del Quad, -en particular, Estados Unidos- suelen desplegar una batería de amenazas y promesas bilaterales.
Las noticias de prensa que hacían referencia a la V Reunión Ministerial, celebrada en 2003, confirmaron todo lo anterior, extraido, en su mayoría, del libro Tras las bambalinas de la OMC. La cruel realidad del comercio internacional (Fatoumata Jawara, especialista en desarrollo y comercio internacional, y Aileen Kwa, analista comercial, 2005, Intermón Oxfam, Barcelona).
Esa Reunión, celebrada en Cancún (México) fracasó porque, por primera vez, apareció un grupo de cinco países (Brasil, India, Argentina, China y Sudáfrica, "los únicos capaces de poner nerviosos a Estados Unidos y a la Unión Europea"), que arrastraron a un buen número de países del Tercer Mundo y que dijeron "No". De todas formas, cuando parecía que se iba a dar por terminada la Reunión, apareció un extraño borrador, que las ONG calificaron de "enajenante y grosero" porque "reflejaba las posiciones de los ricos".
jueves, 21 de julio de 2011
Conocer y pensar
Es importante estar informado, conocer, pero el conocimiento es muy poco si no va acompañado del pensamiento, pensamiento crítico, que, inevitablemente, conduce a la acción. Digo esto porque creo conveniente interrumpir los comentarios acerca de los Acuerdos por los que se rige la OMC; en su lugar, me parece más oportuno analizar cómo funciona para conseguir que , hasta ahora, siempre se haya aprobado lo que deseaban los países del Quad , y presentar algunas de las propuestas de modificación. En estos momentos, insisto en la importancia de acompañar el conocimiento (información) con el pensamiento.
El catedrático de Prehistoria, codirector del yacimiento de Atapuerca (Burgos) y premio Príncipe de Asturias, Eduard Carbonell, a lo largo de una conferencia que impartió en la inauguración de unos Cursos Monográficos sobre Patrimonio Histórico que tuvieron lugar en Reinosa (Asturias), reflexionó sobre la necesidad de "generar conciencia de especie" y defendió la estrategia de "convertir el conocimiento en pensamiento". Para este catedrático, el paso a la sociedad del pensamiento supone acelerar el "proceso de humanización": el conocimiento sin pensamiento es patrimonio de los ordenadores.
Tener "conciencia de especie" es conocer las características que diferencian a la especie humana de otras especies animales y potenciar esas características. El ser humano además de ser capaz de pensar -lo que no hacen otros seres vivos- es el último eslabón en la cadena de la evolución y, quizás como tal, es perfectible, aunque en ese proceso, conocido como "humanización", en ocasiones, experimenta importantes retrocesos que requieren un especial esfuerzo para recuperar la senda correcta.
Un periodista y escritor que ha cursado estudios de Teología, Filosofía, Psicología y Filología Comparada, Juan Arias, escribe en uno de sus libros, Proyecto esperanza. Motivos para amar nuestro tiempo (2008, ed. Aguilar), que "ese impulso del ser humano inteligente hacia una mejoría de la especie y, por tanto, hacia una civilización perfeccionada, es asombrosamente poderoso" y surge "cuando la Humanidad se encuentra ante un peligro o una tentación de retroceso".
Un escritor, cuyo nombre no recuerdo ahora, decía que el hecho de presentar una configuración humana no era suficiente para pertenecer a la especie humana: hay personas e, incluso, países que por sus actos han dejado de ser hombres o mujeres.
El filósofo alemán Emmanuel Kant decía que todo ser humano es un ser de fines y, como tal, no puede ser usado como medio para los fines de otra persona. En eso reside la dignidad humana. Sin embargo, en estos últimos años, muchos, muchísimos seres humanos han sido utilizados -y siguen siendo utilizados- como medio para conseguir unas ganancias económicas de otros. Los seres humanos estamos legitimados para defendernos de quienes, teniendo nuestra misma configuración, no pertenecen a la especie humana: estamos legitimados para establecer un sistema económico y social verdaderamente humanos.
Kant también decía que vivir éticamente no es conformarse con "lo que pasa" -el hambre, la pobreza, las promesas incumplidas, la mentira como institución-, sino "decretar lo que debería pasar".
El catedrático de Prehistoria, codirector del yacimiento de Atapuerca (Burgos) y premio Príncipe de Asturias, Eduard Carbonell, a lo largo de una conferencia que impartió en la inauguración de unos Cursos Monográficos sobre Patrimonio Histórico que tuvieron lugar en Reinosa (Asturias), reflexionó sobre la necesidad de "generar conciencia de especie" y defendió la estrategia de "convertir el conocimiento en pensamiento". Para este catedrático, el paso a la sociedad del pensamiento supone acelerar el "proceso de humanización": el conocimiento sin pensamiento es patrimonio de los ordenadores.
Tener "conciencia de especie" es conocer las características que diferencian a la especie humana de otras especies animales y potenciar esas características. El ser humano además de ser capaz de pensar -lo que no hacen otros seres vivos- es el último eslabón en la cadena de la evolución y, quizás como tal, es perfectible, aunque en ese proceso, conocido como "humanización", en ocasiones, experimenta importantes retrocesos que requieren un especial esfuerzo para recuperar la senda correcta.
Un periodista y escritor que ha cursado estudios de Teología, Filosofía, Psicología y Filología Comparada, Juan Arias, escribe en uno de sus libros, Proyecto esperanza. Motivos para amar nuestro tiempo (2008, ed. Aguilar), que "ese impulso del ser humano inteligente hacia una mejoría de la especie y, por tanto, hacia una civilización perfeccionada, es asombrosamente poderoso" y surge "cuando la Humanidad se encuentra ante un peligro o una tentación de retroceso".
Un escritor, cuyo nombre no recuerdo ahora, decía que el hecho de presentar una configuración humana no era suficiente para pertenecer a la especie humana: hay personas e, incluso, países que por sus actos han dejado de ser hombres o mujeres.
El filósofo alemán Emmanuel Kant decía que todo ser humano es un ser de fines y, como tal, no puede ser usado como medio para los fines de otra persona. En eso reside la dignidad humana. Sin embargo, en estos últimos años, muchos, muchísimos seres humanos han sido utilizados -y siguen siendo utilizados- como medio para conseguir unas ganancias económicas de otros. Los seres humanos estamos legitimados para defendernos de quienes, teniendo nuestra misma configuración, no pertenecen a la especie humana: estamos legitimados para establecer un sistema económico y social verdaderamente humanos.
Kant también decía que vivir éticamente no es conformarse con "lo que pasa" -el hambre, la pobreza, las promesas incumplidas, la mentira como institución-, sino "decretar lo que debería pasar".
miércoles, 20 de julio de 2011
Obstáculos técnicos al comercio
Uno de los Acuerdos por los que se rige la Organización Mundial de Comercio (OMC) es el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio. Este Acuerdo pretende hacer frente a los obstáculos de cualquier tipo que esgrima un país para evitar el comercio -venta o compra- de un determinado producto. Como ejemplo, se van a citar tres tipos de posibles obstáculos técnicos al comercio: obstáculo medioambiental, obstáculo cultural y obstáculo económico.
Obstáculo medioambiental. En Cancún, donde, en septiembre de 2003, tuvo lugar la V Reunión Ministerial de la OMC, un grupo de activistas se disfrazaron de delfines para protestar por el hecho de que, recurriendo a este Acuerdo, la OMC había dejado sin efecto la ley estadounidense para la protección de los mamíferos, llamada ley atún/delfines. Esta ley prohibía la importación de atún pescado con redes que masacraban a millones de delfines; y ello, para la OMC, suponía un obstáculo técnico al comercio de los atunes.
En una Reunión Ministerial anterior, los activistas se disfrazaron de tortugas por una razón análoga: uso de un tipo de redes de pesca de langostinos que atentaban contra la supervivencia de las tortugas. En todos los casos, la sentencia de la OMC se mostró indiferente ante los aspectos medioambientales y se centró exclusivamente en las dimensiones comerciales.
Obstáculo cultural. La Tierra se caracteriza por una gran diversidad de suelos y climas. Ello ha propiciado la existencia de una gran diversidad de culturas culinarias. Por ejemplo, los hindúes utilizan para cocinar aceite de mostaza, y, a pesar de que Estados Unidos promocionó, durante años, el aceite de soja mediante su distribución gratuita en las escuelas, las mujeres de India seguían utilizando aceite de mostaza para freír el pescado. Estados Unidos llevó a India ante la OMC porque consideraba que este rechazo a consumir aceite de soja suponía un obstáculo al comercio.
Obstáculo económico. En marzo de 1998, la OMC anunció el inicio de una disputa planteada por la Unión Europea porque India había restringido la exportación de cueros y pieles sin tratar. "La exportación de cueros y pieles sin tratar amenazaría la riqueza ganadera de la India, así como a los medios de subsistencia de artesanos, zapateros, granjeros y otros pequeños productores". India recordaba que, cuando "en 1993, fue obligada a levantar sus restricciones a la exportación de algodón, dos millones de tejedores y tejedoras perdieron sus trabajos".
(Leído en Cosecha robada. El secuestro del suministro mundial de alimentos, de Vandana Shiva, 2003, Ediciones Paidós Ibérica. Vandana Shiva, premio Nobel Alternativo, hizo la Tesis Doctoral sobre la teoría cuántica en la University of Western Ontario. Iba a formar parte de un equipo de investigación en energía nuclear, cuando abandonó su carrera y pasó a interesarse por investigaciones multidisciplinares que abarcasen la ciencia, la tecnología y el medioambiente. Es una de las nueve mujeres escogidas por Carmen Alborch como protagonistas de su libro Libres. Ciudadanas del mundo).
Obstáculo medioambiental. En Cancún, donde, en septiembre de 2003, tuvo lugar la V Reunión Ministerial de la OMC, un grupo de activistas se disfrazaron de delfines para protestar por el hecho de que, recurriendo a este Acuerdo, la OMC había dejado sin efecto la ley estadounidense para la protección de los mamíferos, llamada ley atún/delfines. Esta ley prohibía la importación de atún pescado con redes que masacraban a millones de delfines; y ello, para la OMC, suponía un obstáculo técnico al comercio de los atunes.
En una Reunión Ministerial anterior, los activistas se disfrazaron de tortugas por una razón análoga: uso de un tipo de redes de pesca de langostinos que atentaban contra la supervivencia de las tortugas. En todos los casos, la sentencia de la OMC se mostró indiferente ante los aspectos medioambientales y se centró exclusivamente en las dimensiones comerciales.
Obstáculo cultural. La Tierra se caracteriza por una gran diversidad de suelos y climas. Ello ha propiciado la existencia de una gran diversidad de culturas culinarias. Por ejemplo, los hindúes utilizan para cocinar aceite de mostaza, y, a pesar de que Estados Unidos promocionó, durante años, el aceite de soja mediante su distribución gratuita en las escuelas, las mujeres de India seguían utilizando aceite de mostaza para freír el pescado. Estados Unidos llevó a India ante la OMC porque consideraba que este rechazo a consumir aceite de soja suponía un obstáculo al comercio.
Obstáculo económico. En marzo de 1998, la OMC anunció el inicio de una disputa planteada por la Unión Europea porque India había restringido la exportación de cueros y pieles sin tratar. "La exportación de cueros y pieles sin tratar amenazaría la riqueza ganadera de la India, así como a los medios de subsistencia de artesanos, zapateros, granjeros y otros pequeños productores". India recordaba que, cuando "en 1993, fue obligada a levantar sus restricciones a la exportación de algodón, dos millones de tejedores y tejedoras perdieron sus trabajos".
(Leído en Cosecha robada. El secuestro del suministro mundial de alimentos, de Vandana Shiva, 2003, Ediciones Paidós Ibérica. Vandana Shiva, premio Nobel Alternativo, hizo la Tesis Doctoral sobre la teoría cuántica en la University of Western Ontario. Iba a formar parte de un equipo de investigación en energía nuclear, cuando abandonó su carrera y pasó a interesarse por investigaciones multidisciplinares que abarcasen la ciencia, la tecnología y el medioambiente. Es una de las nueve mujeres escogidas por Carmen Alborch como protagonistas de su libro Libres. Ciudadanas del mundo).
martes, 19 de julio de 2011
La salud y la Organización Mundial de Comercio
Entre los Acuerdos que figuran en el documento de creación de la OMC existe uno, el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, según el cual cualquier medida gubernamental sobre salud pública puede a priori resultar sospechosa de proteccionismo y ser considerada por la OMC como "más rigurosa de lo necesario".
Según la OMC, para que un país pueda negarse a importar un alimento debe haber hecho los estudios epidemiológicos y análisis estadísticos necesarios para calcular la probabilidad matemática de sus efectos sobre la salud humana. Sin embargo, para muchos expertos, esa manera de actuar contraviene el principio de precaución, indispensable en los ámbitos de la salud y el medio ambiente, en donde los efectos de un producto o un procedimiento pueden manifestarse de forma correcta al cabo de mucho tiempo.
En relación con las Diferencias entre Estados Unidos y la Unión Europea acerca de la carne de ternera engordada con hormonas, en la noticia, Bruselas endurece la guerra comercial con EE UU al rechazar la carne hormonada (EL PAIS, 16-X-2003) en la que se indicaba que "pese a las sanciones impuestas por Washington, Bruselas decidió incluir otras cinco sustancias utilizadas para el engorde de las reses cuya carne tampoco puede ser vendida en Europa", se decía que "la Organización Mundial de Comercio (OMC) ya dio la razón a Washington en 1998 porque la Unión Europea no había justificado técnicamente la medida", y se indicaba:
"A raíz de la condena de la OMC, Bruselas encargó diversos estudios científicos, ahora recogidos en la Directiva comunitaria, que han probado el carácter cancerígeno de la 17 estradiol, un hormona para el crecimiento. Debería estar prohibida porque no es segura para el consumidor, dijo González (portavoz del comisario europeo para el Comercio)".
Otro ejemplo muy comentado es el del tabaco. Limitándonos a Tailandia, sucedió que este país, como parte de una intensa campaña antitabaco, decidió restringir las importaciones de tabaco procedente de Estados Unidos porque tenía más sustancias dañinas que el tailandés. Pero la Junta de Representantes comerciales de EE. UU. (USTR, en inglés) decidió que se trataba de un problema relacionado con el comercio y no con la salud y que, por lo tanto, Tailandia no podía poner obstáculos a la importación de tabaco. En consecuencia, pidió a su Gobierno que denunciase el hecho ante la OMC. La OMC dio la razón a Estados Unidos y Tailandia tuvo que levantar sus restricciones al tabaco estadounidense.
(Leído en El miedo a la democracia, Noam Chomsky, Ed. Crítica, Barcelona, 1992, págs. 141-153. Noam Chomsky, lingüista, filósofo y activista estadounidense, es profesor emérito de Lingüística en el MIT -Massachusetts Institute Technology-. Chomsky es una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX)
Según la OMC, para que un país pueda negarse a importar un alimento debe haber hecho los estudios epidemiológicos y análisis estadísticos necesarios para calcular la probabilidad matemática de sus efectos sobre la salud humana. Sin embargo, para muchos expertos, esa manera de actuar contraviene el principio de precaución, indispensable en los ámbitos de la salud y el medio ambiente, en donde los efectos de un producto o un procedimiento pueden manifestarse de forma correcta al cabo de mucho tiempo.
En relación con las Diferencias entre Estados Unidos y la Unión Europea acerca de la carne de ternera engordada con hormonas, en la noticia, Bruselas endurece la guerra comercial con EE UU al rechazar la carne hormonada (EL PAIS, 16-X-2003) en la que se indicaba que "pese a las sanciones impuestas por Washington, Bruselas decidió incluir otras cinco sustancias utilizadas para el engorde de las reses cuya carne tampoco puede ser vendida en Europa", se decía que "la Organización Mundial de Comercio (OMC) ya dio la razón a Washington en 1998 porque la Unión Europea no había justificado técnicamente la medida", y se indicaba:
"A raíz de la condena de la OMC, Bruselas encargó diversos estudios científicos, ahora recogidos en la Directiva comunitaria, que han probado el carácter cancerígeno de la 17 estradiol, un hormona para el crecimiento. Debería estar prohibida porque no es segura para el consumidor, dijo González (portavoz del comisario europeo para el Comercio)".
Otro ejemplo muy comentado es el del tabaco. Limitándonos a Tailandia, sucedió que este país, como parte de una intensa campaña antitabaco, decidió restringir las importaciones de tabaco procedente de Estados Unidos porque tenía más sustancias dañinas que el tailandés. Pero la Junta de Representantes comerciales de EE. UU. (USTR, en inglés) decidió que se trataba de un problema relacionado con el comercio y no con la salud y que, por lo tanto, Tailandia no podía poner obstáculos a la importación de tabaco. En consecuencia, pidió a su Gobierno que denunciase el hecho ante la OMC. La OMC dio la razón a Estados Unidos y Tailandia tuvo que levantar sus restricciones al tabaco estadounidense.
(Leído en El miedo a la democracia, Noam Chomsky, Ed. Crítica, Barcelona, 1992, págs. 141-153. Noam Chomsky, lingüista, filósofo y activista estadounidense, es profesor emérito de Lingüística en el MIT -Massachusetts Institute Technology-. Chomsky es una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX)
lunes, 18 de julio de 2011
Economía de la filtración
Cuando Martin Wolf en su conversación con Susan George dice que la Ronda de Uruguay "solo vio la luz porque un gran número de dirigentes políticos pensaba que un nuevo impulso hacia un liberalización mayor favorecería a la economía mundial. Que mejoraría en nivel de vida general", se puede pensar que se estaba refiriendo a la teoría de la filtración o permeabilidad.
"Las políticas del Consenso de Washington (de las que nació el Banco Mundial y el FMI) casi no prestaron atención a cuestiones de distribución o equidad. Si eran presionados, muchos de sus partidarios replicarían que la mejor manera de ayudar a los pobres era conseguir que la economía creciera. Creían en la economía de la filtración que afirma que finalmente los beneficios del crecimiento se filtran y llegan incluso a los pobres".
Sin embargo, según explica Stiglitz, "la economía de la filtración nunca fue mucho más que una creencia, un artículo de fe. Durante el siglo XIX el pauperismo pareció extenderse en Inglaterra, a pesar de que el país en su conjunto prosperó. El ejemplo más dramático lo brindó Estados Unidos en los años ochenta: la economía creció, pero quienes estaban más abajo vieron que sus rentas descendían".
"Aunque es verdad que no se pueden lograr reducciones sostenidas de la pobreza sin un fuerte crecimiento económico, lo contrario no es cierto: el crecimiento no beneficia necesariamente a todos; para que beneficie a todos es necesaria la intervención del gobierno, mediante la adopción de programas específicos". Programas específicos de los gobiernos porque, en estos momentos de la historia del ser humano, reconocemos que existe un "contrato social" que vincula a los ciudadanos entre sí y entre el Estado y que una parte de ese contrato social "contempla la equidad: que los pobres compartan las ganancias de la sociedad cuando crece y que los ricos compartan las penurias sociales en momentos de crisis".
José Luis Sampedro, catedrático de Estructura Económica, escritor, miembro de la Real Academia de la Lengua y autor del prólogo al libro de Stépane Hessel, Indignaos, dice, en su obra El mercado y la globalización (2002, Ediciones Destino, pág. 79), que el principio de la filtración
"Es una creencia auténticamente fundamentalista, (...). Y, como toda fe, esa creencia cegadora impide a sus fieles ver lo que tienen ante sus ojos. Por ejemplo, al mendigo que pide limosna a la puerta de un mercado en el que no se molesta entrar porque carece de dinero y no obtendrá nada".
José Luis Sampedro aboga por una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos".
"Las políticas del Consenso de Washington (de las que nació el Banco Mundial y el FMI) casi no prestaron atención a cuestiones de distribución o equidad. Si eran presionados, muchos de sus partidarios replicarían que la mejor manera de ayudar a los pobres era conseguir que la economía creciera. Creían en la economía de la filtración que afirma que finalmente los beneficios del crecimiento se filtran y llegan incluso a los pobres".
Sin embargo, según explica Stiglitz, "la economía de la filtración nunca fue mucho más que una creencia, un artículo de fe. Durante el siglo XIX el pauperismo pareció extenderse en Inglaterra, a pesar de que el país en su conjunto prosperó. El ejemplo más dramático lo brindó Estados Unidos en los años ochenta: la economía creció, pero quienes estaban más abajo vieron que sus rentas descendían".
"Aunque es verdad que no se pueden lograr reducciones sostenidas de la pobreza sin un fuerte crecimiento económico, lo contrario no es cierto: el crecimiento no beneficia necesariamente a todos; para que beneficie a todos es necesaria la intervención del gobierno, mediante la adopción de programas específicos". Programas específicos de los gobiernos porque, en estos momentos de la historia del ser humano, reconocemos que existe un "contrato social" que vincula a los ciudadanos entre sí y entre el Estado y que una parte de ese contrato social "contempla la equidad: que los pobres compartan las ganancias de la sociedad cuando crece y que los ricos compartan las penurias sociales en momentos de crisis".
José Luis Sampedro, catedrático de Estructura Económica, escritor, miembro de la Real Academia de la Lengua y autor del prólogo al libro de Stépane Hessel, Indignaos, dice, en su obra El mercado y la globalización (2002, Ediciones Destino, pág. 79), que el principio de la filtración
"Es una creencia auténticamente fundamentalista, (...). Y, como toda fe, esa creencia cegadora impide a sus fieles ver lo que tienen ante sus ojos. Por ejemplo, al mendigo que pide limosna a la puerta de un mercado en el que no se molesta entrar porque carece de dinero y no obtendrá nada".
José Luis Sampedro aboga por una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos".
domingo, 17 de julio de 2011
Alicia en el país de las maravillas
Eduardo Galeano es autor de un libro titulado Patas arriba. La escuela del mundo al revés, en el que pone de manifiesto que "si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana". "Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies".
La primera edición de ese libro apareció en noviembre de 1998. Ahora, en julio de 2011, pienso que hay personas que siguen viviendo en ese mundo al revés. ¿Qué se puede pensar de una noticia que apareció ayer en el periódico EL PAÍS? En ella se decía:
"Trabajar más para evitar despidos de empleados públicos. Ese es el objetivo que asegura perseguir el Gobierno (aquí, nombre de la Comunidad Autónoma). Durante una conferencia en la escuela de negocios Esade, (nombre del correspondiente consejero de Economía) apuntó el camino a seguir, pero sin concretar. (...). Puede implicar trabajar un poco más, 10 o 15 minutos al día o trabajar un poco menos cada día pero no tener vacaciones.
El problema es que muchos de nosotros no hemos conseguido, como hizo Alicia, meternos en un espejo para descubrir el mundo al revés. En nuestro mundo, para evitar despidos habría que reducir la jornada laboral.
En otra parte de la misma noticia se dice:
"... se van concretando draconianos recortes en sanidad, educación y servicios sociales. Todo después de anunciar que se eliminaría el impuesto de sucesiones a las rentas más altas con una pérdida de ingresos entre 50 y 150 millones. Se han cerrado plantas enteras de hospitales, quirófanos muchas escuelas públicas darán una hora menos de clase el curso que viene".
En nuestro mundo, eso parece descabellado: no se cobra a las rentas más altas un dinero que es necesario para satisfacer derechos humanos, como son la sanidad y la educación. ¿Cómo meter en una jaula a todos los que están en "el mundo al revés"? Nos están haciendo mucho daño.
La primera edición de ese libro apareció en noviembre de 1998. Ahora, en julio de 2011, pienso que hay personas que siguen viviendo en ese mundo al revés. ¿Qué se puede pensar de una noticia que apareció ayer en el periódico EL PAÍS? En ella se decía:
"Trabajar más para evitar despidos de empleados públicos. Ese es el objetivo que asegura perseguir el Gobierno (aquí, nombre de la Comunidad Autónoma). Durante una conferencia en la escuela de negocios Esade, (nombre del correspondiente consejero de Economía) apuntó el camino a seguir, pero sin concretar. (...). Puede implicar trabajar un poco más, 10 o 15 minutos al día o trabajar un poco menos cada día pero no tener vacaciones.
El problema es que muchos de nosotros no hemos conseguido, como hizo Alicia, meternos en un espejo para descubrir el mundo al revés. En nuestro mundo, para evitar despidos habría que reducir la jornada laboral.
En otra parte de la misma noticia se dice:
"... se van concretando draconianos recortes en sanidad, educación y servicios sociales. Todo después de anunciar que se eliminaría el impuesto de sucesiones a las rentas más altas con una pérdida de ingresos entre 50 y 150 millones. Se han cerrado plantas enteras de hospitales, quirófanos muchas escuelas públicas darán una hora menos de clase el curso que viene".
En nuestro mundo, eso parece descabellado: no se cobra a las rentas más altas un dinero que es necesario para satisfacer derechos humanos, como son la sanidad y la educación. ¿Cómo meter en una jaula a todos los que están en "el mundo al revés"? Nos están haciendo mucho daño.
sábado, 16 de julio de 2011
Los derechos humanos y la Organización Mundial de Comercio
Para la OMC no existe diferencia entre, por ejemplo, un balón en cuya confección solo han intervenido adultos, afiliados a un sindicato u organización análoga, y un balón confeccionado por manos infantiles. Ese hecho es aprovechado por las grandes empresas que, sin tener en cuenta la Declaración Universal de Derechos Humanos, elegir el procedimiento de fabricación que les resulta más barato y que, en consecuencia, les proporciona mayores ganancias económicas. Pero, quizás, la mejor manera de evaluar la consideración que para la OMC merecen los derechos humanos sea analizar las decisiones tomadas por su Órgano de Solución de Diferencias.
¿Por qué normas se rigen los miembros del Tribunal de Arbitraje del Órgano de Solución de Diferencias de la OMC? Estas personas, expertos en derecho mercantil, se rigen por las normas que se encuentran en los anexos del documento por el que se creó la OMC; y, por extraño que parezca, esas normas no se ajustan a ningún criterio de derecho internacional existente. Se podría pensar que ese Órgano de Solución de Diferencias debería subordinar sus decisiones no sólo a las normas por las que se rige la OMC, sino también a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo y a los distintos acuerdos internacionales sobre medio ambiente. Sin embargo, la OMC obra como si al tratarse de una institución que regula el comercio, no debería depender de reglamentaciones que no se refieran al comercio; en otras palabras, obra como si la actividad comercial no fuera una actividad humana y pudiera estar por encima de la ética, los derechos humanos o los acuerdos sobre medio ambiente,...
En la conversación entre Martin Wolf y Susan George, a la opinión de esta última de que los derechos humanos y los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente deberían de gozar prioridad sobre las normas comerciales establecidas por la OMC, Martin Wolf se limita a decir (págs. 141-142) que "los que crearon la OMC probablemente sobrepasaron los límites razonables de una regulación internacional, en un mundo vasto y diverso".
En más de una ocasión, el secretario general de Naciones Unidas ha advertido al director de la OMC acerca de la prioridad de los derechos humanos. Tengo entendido que en ningún caso se han tenido en cuenta sus indicaciones.
¿Por qué normas se rigen los miembros del Tribunal de Arbitraje del Órgano de Solución de Diferencias de la OMC? Estas personas, expertos en derecho mercantil, se rigen por las normas que se encuentran en los anexos del documento por el que se creó la OMC; y, por extraño que parezca, esas normas no se ajustan a ningún criterio de derecho internacional existente. Se podría pensar que ese Órgano de Solución de Diferencias debería subordinar sus decisiones no sólo a las normas por las que se rige la OMC, sino también a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo y a los distintos acuerdos internacionales sobre medio ambiente. Sin embargo, la OMC obra como si al tratarse de una institución que regula el comercio, no debería depender de reglamentaciones que no se refieran al comercio; en otras palabras, obra como si la actividad comercial no fuera una actividad humana y pudiera estar por encima de la ética, los derechos humanos o los acuerdos sobre medio ambiente,...
En la conversación entre Martin Wolf y Susan George, a la opinión de esta última de que los derechos humanos y los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente deberían de gozar prioridad sobre las normas comerciales establecidas por la OMC, Martin Wolf se limita a decir (págs. 141-142) que "los que crearon la OMC probablemente sobrepasaron los límites razonables de una regulación internacional, en un mundo vasto y diverso".
En más de una ocasión, el secretario general de Naciones Unidas ha advertido al director de la OMC acerca de la prioridad de los derechos humanos. Tengo entendido que en ningún caso se han tenido en cuenta sus indicaciones.
viernes, 15 de julio de 2011
El Órgano de Solución de Diferencias de la OMC
En palabras de Vidal-Beneyto, la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha establecido "un órgano para la resolución de conflictos o desavenencias cuyas decisiones son obligatorias": el Órgano de Solución de Diferencias (OSD). Aunque este Órgano únicamente pueden acudir los países y no las empresas, el hecho es que las peticiones de las grandes empresas multinacionales siempre son atendidas por los gobiernos de los países donde se encuentra su sede central.
El Órgano de Solución de Diferencias nunca pone multas en el sentido habitual de la palabra; lo que hace es autorizar al país o países perjudicados por la actuación de otro u otros países a cobrar una determinada cantidad de dinero a la entrada (arancel de importación) de determinados productos procedentes del país castigado. La cuantía de este arancel y el número de productos sobre los que puede aplicarse son función del dinero que se supone ha perdido el país perjudicado. El producto o productos sancionados deben pertenecer al mismo sector que la mercancía que ha originado el problema.
Aunque la OMC debe atender por igual todas las denuncias presentadas por cualquiera de sus países miembros, la realidad es que los costes de los litigios son tan elevados que sólo los países ricos y algunos en vías de desarrollo -países emergentes, si son varios- pueden acudir al Órgano de Solución de Diferencias.
Por otra parte, cuando un país subdesarrollado se siente afectado por el comportamiento de un país rico, no sirve de nada que el país subdesarrollado pueda gravar en frontera algún producto procedente del país rico, puesto que a sus fronteras es posible que no llegue ningún producto del sector sobre el que pueda aplicar un arancel extraordinario.
Además, con el sistema de pago con dinero se evitaría que, al final, pague "los platos rotos" quien no los ha roto. Un ejemplo lo constituye el conflicto de la carne engordada con hormonas que la UE no quería comprar a Estados Unidos y Canadá. Debido a esa negativa, según el OSD, Estados Unidos había perdido 116 millones de dólares anuales y Canadá 13 millones. Para compensar estas pérdidas, la OMC autorizó a estos dos países a gravar con un 100% los productos que eligieran dentro del sector de la alimentación. Uno de los productos, elegidos por Estados Unidos, fue el queso de roquefort, exportado por los ganaderos de ovejas franceses. Estos ganaderos se consideraron injustamente afectados y protagonizaron una serie de protestas que terminaron con el encarcelamiento de uno de ellos, José Bové. Ni Francia, ni ningún otro país de la UE hubiera podido intentar resarcir a estas personas, pues sería acusado por la OMC de proteccionismo, algo que va en contra de sus normas. Hasta que la UE no accediese a importar carne de ternera engordada con hormonas, los Estados Unidos y Canadá seguirían gravando en frontera productos europeos del sector de la alimentación.
El Órgano de Solución de Diferencias nunca pone multas en el sentido habitual de la palabra; lo que hace es autorizar al país o países perjudicados por la actuación de otro u otros países a cobrar una determinada cantidad de dinero a la entrada (arancel de importación) de determinados productos procedentes del país castigado. La cuantía de este arancel y el número de productos sobre los que puede aplicarse son función del dinero que se supone ha perdido el país perjudicado. El producto o productos sancionados deben pertenecer al mismo sector que la mercancía que ha originado el problema.
Aunque la OMC debe atender por igual todas las denuncias presentadas por cualquiera de sus países miembros, la realidad es que los costes de los litigios son tan elevados que sólo los países ricos y algunos en vías de desarrollo -países emergentes, si son varios- pueden acudir al Órgano de Solución de Diferencias.
Por otra parte, cuando un país subdesarrollado se siente afectado por el comportamiento de un país rico, no sirve de nada que el país subdesarrollado pueda gravar en frontera algún producto procedente del país rico, puesto que a sus fronteras es posible que no llegue ningún producto del sector sobre el que pueda aplicar un arancel extraordinario.
Además, con el sistema de pago con dinero se evitaría que, al final, pague "los platos rotos" quien no los ha roto. Un ejemplo lo constituye el conflicto de la carne engordada con hormonas que la UE no quería comprar a Estados Unidos y Canadá. Debido a esa negativa, según el OSD, Estados Unidos había perdido 116 millones de dólares anuales y Canadá 13 millones. Para compensar estas pérdidas, la OMC autorizó a estos dos países a gravar con un 100% los productos que eligieran dentro del sector de la alimentación. Uno de los productos, elegidos por Estados Unidos, fue el queso de roquefort, exportado por los ganaderos de ovejas franceses. Estos ganaderos se consideraron injustamente afectados y protagonizaron una serie de protestas que terminaron con el encarcelamiento de uno de ellos, José Bové. Ni Francia, ni ningún otro país de la UE hubiera podido intentar resarcir a estas personas, pues sería acusado por la OMC de proteccionismo, algo que va en contra de sus normas. Hasta que la UE no accediese a importar carne de ternera engordada con hormonas, los Estados Unidos y Canadá seguirían gravando en frontera productos europeos del sector de la alimentación.
jueves, 14 de julio de 2011
Lobbies de las multinacionales
Todos los lobbies de empresas multinacionales tienen como objetivo común conseguir una desregulación tan alta como sea posible (recuérdese el deseo de Grover Norquist) y, en consecuencia, combaten todo tipo de legislación, social o medio ambiental, de obligado cumplimiento: consideran que cualquier legislación de este tipo constituye una barrera al comercio.
Klaus Werner y Hans Weiss, en El libro negro de la marcas, proporcionan una lista de los principales lobbies de empresas multinacionales y entre ellas mencionan la Cámara Internacional de Comercio que se describe a sí misma como "la única organización de negocios realmente global del mundo". Según los autores del libro, tiene tras de sí una larga historia como lobby contra los tratados medioambientales, por ejemplo, el Protocolo de Kioto, la Convención sobre la Diversidad o la Convención de Basilea. (El Convenio de Basilea pretende impedir que los residuos peligrosos -generalmente mediante pago a gobiernos corruptos- se almacenen en países pobres cuya población no puede defenderse de estas actuaciones). Según Werner y Weiss, la Cámara Internacional de Comercio es, además, uno de los lobbies más importantes a favor de la industria genética y el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la OMC.
Jeans Ziegler en su libro El imperio de la ... vergüenza (pág. 211) indica:
"Una de las primerísimas cosas que aprendí tras mi nombramiento en las Naciones Unidas fue desconfiar de los sistemas que comunican el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, domiciliado en Ginebra, con la sede central de la ONU en Nueva York. Para tratar de los asuntos que exigen un mínimo de confidencialidad, está totalmente contraindicado el uso de los teléfonos del palacio Wilson o del correo electrónico. En cambio, se recomiendan las cartas manuscritas entregadas en mano. Es el sistema que utilicé durante dos meses de 2002, cuando preparaba mi respuesta a las acusaciones que la misión estadounidense lanzaba contra mí en el caso de los organismos genéticamente modificados".
"Robert Baer, que fue alto responsable del departamento de la Central Intelligence Agency (CIA), manifestó su admiración por la eficacia, la competencia, los medios materiales de las servicios de contraespionaje, espionaje y acción de las grandes sociedades capitalistas transcontinentales. Algunas de esas empresas son especialmente hábiles para infiltrarse en la burocracia de las grandes agencias especializadas de la ONU".
Para la OMC, los lobbies son organizaciones ni gubernamentales como las que se conocen con las siglas ONG, pero mientras que en las Reuniones Ministeriales de la OMC se cuentan por cientos y miles, la presencia de las ONG es muy restringida, y, en general, su presencia no es bienvenida.
Klaus Werner y Hans Weiss, en El libro negro de la marcas, proporcionan una lista de los principales lobbies de empresas multinacionales y entre ellas mencionan la Cámara Internacional de Comercio que se describe a sí misma como "la única organización de negocios realmente global del mundo". Según los autores del libro, tiene tras de sí una larga historia como lobby contra los tratados medioambientales, por ejemplo, el Protocolo de Kioto, la Convención sobre la Diversidad o la Convención de Basilea. (El Convenio de Basilea pretende impedir que los residuos peligrosos -generalmente mediante pago a gobiernos corruptos- se almacenen en países pobres cuya población no puede defenderse de estas actuaciones). Según Werner y Weiss, la Cámara Internacional de Comercio es, además, uno de los lobbies más importantes a favor de la industria genética y el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la OMC.
Jeans Ziegler en su libro El imperio de la ... vergüenza (pág. 211) indica:
"Una de las primerísimas cosas que aprendí tras mi nombramiento en las Naciones Unidas fue desconfiar de los sistemas que comunican el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, domiciliado en Ginebra, con la sede central de la ONU en Nueva York. Para tratar de los asuntos que exigen un mínimo de confidencialidad, está totalmente contraindicado el uso de los teléfonos del palacio Wilson o del correo electrónico. En cambio, se recomiendan las cartas manuscritas entregadas en mano. Es el sistema que utilicé durante dos meses de 2002, cuando preparaba mi respuesta a las acusaciones que la misión estadounidense lanzaba contra mí en el caso de los organismos genéticamente modificados".
"Robert Baer, que fue alto responsable del departamento de la Central Intelligence Agency (CIA), manifestó su admiración por la eficacia, la competencia, los medios materiales de las servicios de contraespionaje, espionaje y acción de las grandes sociedades capitalistas transcontinentales. Algunas de esas empresas son especialmente hábiles para infiltrarse en la burocracia de las grandes agencias especializadas de la ONU".
Para la OMC, los lobbies son organizaciones ni gubernamentales como las que se conocen con las siglas ONG, pero mientras que en las Reuniones Ministeriales de la OMC se cuentan por cientos y miles, la presencia de las ONG es muy restringida, y, en general, su presencia no es bienvenida.
miércoles, 13 de julio de 2011
Poder de las multinacionales
En la conversación con Martin Wolf, Susan George señaló que las multinacionales "en los últimos veinte años su poder, igual que el de los mercados financieros ha crecido desmesuradamente". A continuación, amplió su afirmación diciendo:
"Se han servido de la potencia política del Banco Mundial, del FMI y más aún de la OMC. Se han mostrado asimismo extremadamente hábiles en instrumentalizar por medio del lobbing, organizaciones poderosas como la European Table of Industrialists, 'mesa redonda' de los industriales europeos que prácticamente han redactado una buena parte de los libros blancos para la Comisión Europea desde los tiempos de la Administración Delors. El TransAtlantic Business Dialogue (TABD) (citado por Vidal-Beneyto) toma hoy decisiones importantes. Su consigna es aprobado una vez, aceptado en todas partes. Sus miembros se reúnen en comités, industria por industria, que deciden cómo vender tal o cual producto, según tal o cual norma, en Europa y en Estados Unidos. Tomada la decisión, comunican a los gobiernos lo que quieren; incluso han acuñado una nueva palabra en inglés para describir este proceso: deliverables (entregables). En su web se encuentran periódicamente informes que contienen la lista de los deliverables transmitidos a los gobiernos. Se jactan de que el 80% han sido aprobados".
Después de hablar de este lobby y otros análogos, Susan George señala que en ellos no se "incluyen a ningún representante de la sociedad y añade:
"Ni siquiera las industrias de fuerte impacto sobre el medio ambiente, como las de pasta de papel y las pesquerías, tiene otros representantes que los de las multinacionales. Vemos continuamente las cartas que dirigen al Congreso, pidiendo esto o lo otro; en general, lo obtienen. Los mecanismos ya están implantados; utilizan las vías oficiales o los pasillos para llegar a ellos; están bien organizadas, y en cuanto empiezas a leer sus publicaciones, descubres cosas que, al menos para los franceses, son aterradoras: sirva de botón de muestra la Coalición de las Industrias Norteamericanas de Servicios, que declaró más o menos al 'U. S. Trade Representative', es decir, al embajador norteamericano responsable de las negociaciones en la OMC: Los sistemas públicos de sanidad en Europa nos impiden penetrar masivamente en ese mercado, y en consecuencia contamos con usted para que nos abra este sector. Apuntamos muy especialmente al mercado de los mayores de 65 años, pues consume por término medio cuatro veces más servicios de sanidad que el resto de la población. ...".
En esta ocasión, el liberal Martin Wolf contesta, entre otra cosas:
"Estoy de acuerdo con usted en decir que una sociedad centrada en el mundo de los negocios, en otras palabras, una sociedad donde el poder esté reservado a las instituciones comerciales y no solamente a las de los gobiernos, tiene algo de inquietante".
Para entender la actitud de los que participaron en la creación de la OMC, quizás haya que recordar, por una parte, que acababa de terminar la etapa de la colonización y, por otra, que existía un bloque de países con un sistema económico opuesto, el comunismo. De cualquier manera, sean esas o no las razones que alumbraron la actual organización del comercio internacional, conviene recordar lo que dijo Rabindranath Tagore: "si cerráis la puerta a las equivocaciones, también la verdad se quedará fuera". Es esa verdad la que hay que buscar.
"Se han servido de la potencia política del Banco Mundial, del FMI y más aún de la OMC. Se han mostrado asimismo extremadamente hábiles en instrumentalizar por medio del lobbing, organizaciones poderosas como la European Table of Industrialists, 'mesa redonda' de los industriales europeos que prácticamente han redactado una buena parte de los libros blancos para la Comisión Europea desde los tiempos de la Administración Delors. El TransAtlantic Business Dialogue (TABD) (citado por Vidal-Beneyto) toma hoy decisiones importantes. Su consigna es aprobado una vez, aceptado en todas partes. Sus miembros se reúnen en comités, industria por industria, que deciden cómo vender tal o cual producto, según tal o cual norma, en Europa y en Estados Unidos. Tomada la decisión, comunican a los gobiernos lo que quieren; incluso han acuñado una nueva palabra en inglés para describir este proceso: deliverables (entregables). En su web se encuentran periódicamente informes que contienen la lista de los deliverables transmitidos a los gobiernos. Se jactan de que el 80% han sido aprobados".
Después de hablar de este lobby y otros análogos, Susan George señala que en ellos no se "incluyen a ningún representante de la sociedad y añade:
"Ni siquiera las industrias de fuerte impacto sobre el medio ambiente, como las de pasta de papel y las pesquerías, tiene otros representantes que los de las multinacionales. Vemos continuamente las cartas que dirigen al Congreso, pidiendo esto o lo otro; en general, lo obtienen. Los mecanismos ya están implantados; utilizan las vías oficiales o los pasillos para llegar a ellos; están bien organizadas, y en cuanto empiezas a leer sus publicaciones, descubres cosas que, al menos para los franceses, son aterradoras: sirva de botón de muestra la Coalición de las Industrias Norteamericanas de Servicios, que declaró más o menos al 'U. S. Trade Representative', es decir, al embajador norteamericano responsable de las negociaciones en la OMC: Los sistemas públicos de sanidad en Europa nos impiden penetrar masivamente en ese mercado, y en consecuencia contamos con usted para que nos abra este sector. Apuntamos muy especialmente al mercado de los mayores de 65 años, pues consume por término medio cuatro veces más servicios de sanidad que el resto de la población. ...".
En esta ocasión, el liberal Martin Wolf contesta, entre otra cosas:
"Estoy de acuerdo con usted en decir que una sociedad centrada en el mundo de los negocios, en otras palabras, una sociedad donde el poder esté reservado a las instituciones comerciales y no solamente a las de los gobiernos, tiene algo de inquietante".
Para entender la actitud de los que participaron en la creación de la OMC, quizás haya que recordar, por una parte, que acababa de terminar la etapa de la colonización y, por otra, que existía un bloque de países con un sistema económico opuesto, el comunismo. De cualquier manera, sean esas o no las razones que alumbraron la actual organización del comercio internacional, conviene recordar lo que dijo Rabindranath Tagore: "si cerráis la puerta a las equivocaciones, también la verdad se quedará fuera". Es esa verdad la que hay que buscar.
martes, 12 de julio de 2011
Las empresas multinacionales y la OMC
En la columna periodística titulada La gangrena, Vidal-Beneyto indica que quienes realmente toman las decisiones en la OMC están "dominados por los lobbies de las multinacionales". Las multinacionales y su influencia en la OMC es parte de los temas abordados por Susan George, politóloga francesa, y Martin Wolf, uno de los editorialistas principales de The Financial Times de ideología liberal, a lo largo de una conversación recogida en el libro La globalización liberal. A favor y en contra (2003, Círculo de Lectores, Barcelona). En esa conversación (en el libro, capítulo 3, "El poder de las multinacionales"), Susan George recuerda a Martin Wolf que el antiguo director de la sección "Servicios" de la OMC había confesado, en una ocasión, que
"sin las enormes presiones ejercidas por el sector financiero norteamericano, en especial sociedades como American Express y Citicorp, no habría nacido el AGCS (Acuerdo General sobre Comercio de Servicios) y tampoco, quizás, la Ronda de Uruguay y la OMC";
y le hace notar que, según la web de la Unión Europea, "el AGCS no es un simple acuerdo entre gobiernos, sino ante todo un instrumento que debe beneficiar a las empresas".
Tras éstas y otras explicaciones análogas, por parte de S. George, sobre los lobbies, citados por Vidal-Beneyto en La gangrena, Martin Wolf señala que las decisiones que se tomaron en la Ronda de Uruguay fueron decisiones políticas; en esa Ronda se consideró que una economía más liberal (en el plano interior y exterior) "sería en conjunto más próspera". M. Wolf recalca que fue una decisión política y no una especie de golpe de Estado de las empresas multinacionales: "no creo en absoluto" que haya sido "la consecuencia de algún putsch (golpe militar) dirigido por las multinacionales". Según M. Wolf, la Ronda de Uruguay "solo vio la luz porque un gran número de dirigentes políticos pensaba que un nuevo impulso hacia una liberalización mayor favorecería a la economía mundial. Que mejoraría el nivel de vida general". Aunque precisa que "es cierto que en ocasiones las empresas quieren cosas que se oponen a los intereses de la sociedad",
Se puede admitir que en la Ronda de Uruguay los políticos creyeran que una economía más liberal podría mejorar el nivel de vida, pero es inadmisible que, después de ver la forma cómo, durante estos últimos algo más de cincuenta años, se han comportado las grandes empresas (de bienes, de servicios y financieras) y después de observar que el sistema está conduciendo a la muerte lenta de la democracia y al establecimiento de poderosos sistemas feudales, nuestros dirigentes, en general, no reaccionen y practiquen algún tipo de regulación. Decía el famoso economista John Maynard Keynes que "de vez en cuando, el Estado tiene que intervenir para salvar al capitalismo de sí mismo".
"sin las enormes presiones ejercidas por el sector financiero norteamericano, en especial sociedades como American Express y Citicorp, no habría nacido el AGCS (Acuerdo General sobre Comercio de Servicios) y tampoco, quizás, la Ronda de Uruguay y la OMC";
y le hace notar que, según la web de la Unión Europea, "el AGCS no es un simple acuerdo entre gobiernos, sino ante todo un instrumento que debe beneficiar a las empresas".
Tras éstas y otras explicaciones análogas, por parte de S. George, sobre los lobbies, citados por Vidal-Beneyto en La gangrena, Martin Wolf señala que las decisiones que se tomaron en la Ronda de Uruguay fueron decisiones políticas; en esa Ronda se consideró que una economía más liberal (en el plano interior y exterior) "sería en conjunto más próspera". M. Wolf recalca que fue una decisión política y no una especie de golpe de Estado de las empresas multinacionales: "no creo en absoluto" que haya sido "la consecuencia de algún putsch (golpe militar) dirigido por las multinacionales". Según M. Wolf, la Ronda de Uruguay "solo vio la luz porque un gran número de dirigentes políticos pensaba que un nuevo impulso hacia una liberalización mayor favorecería a la economía mundial. Que mejoraría el nivel de vida general". Aunque precisa que "es cierto que en ocasiones las empresas quieren cosas que se oponen a los intereses de la sociedad",
Se puede admitir que en la Ronda de Uruguay los políticos creyeran que una economía más liberal podría mejorar el nivel de vida, pero es inadmisible que, después de ver la forma cómo, durante estos últimos algo más de cincuenta años, se han comportado las grandes empresas (de bienes, de servicios y financieras) y después de observar que el sistema está conduciendo a la muerte lenta de la democracia y al establecimiento de poderosos sistemas feudales, nuestros dirigentes, en general, no reaccionen y practiquen algún tipo de regulación. Decía el famoso economista John Maynard Keynes que "de vez en cuando, el Estado tiene que intervenir para salvar al capitalismo de sí mismo".
domingo, 10 de julio de 2011
Un lugar donde el amor no despierte amenazado
Como es día de descanso, a continuación, algunos de los versos que María Novo presenta en su libro El desarrollo sostenible. Su dimensión ambiental y educativa, después de explicar en que consiste el efecto mariposa de la imaginación:
para hacer de este planeta cálido
un lugar donde el amor no despierte amenazado,
Un lugar donde el amor no despierte
amenazado:
ésa es la meta
de todos los efectos mariposa de la historia,
de los miles de esfuerzos,
de las miles de abrazos
con los que, al fin,
otros mundos posibles se abren paso...
para hacer de este planeta cálido
un lugar donde el amor no despierte amenazado,
Un lugar donde el amor no despierte
amenazado:
ésa es la meta
de todos los efectos mariposa de la historia,
de los miles de esfuerzos,
de las miles de abrazos
con los que, al fin,
otros mundos posibles se abren paso...
sábado, 9 de julio de 2011
Mercantilización de la realidad
En la columna periodística La gangrena, Vidal-Beneyto señala:
"Este avance, que condena a la inexistencia a lo que no puede traducirse en lucro, no es consecuencia del azar, sino el resultado de una serie de voluntades, enmarcadas en la sola lógica económica y centradas en torno a un objetivo mayor, aumentar el volumen de negocios, generar mayores ganancias. Partiendo de la premisa de que el comercio es el medio privilegiado para lograrlo, el mundo de la empresa y, en particular, las multinacionales, que son sus principales actores y beneficiarios, se ha dotado de una serie de dispositivos y de instrumentos susceptibles de favorecer sus propósitos. En primer lugar, la Organización Mundial de Comercio (...) extendiendo su competencia más allá de los procesos industriales y estableciendo un órgano para la resolución de conflictos y desavenencias cuyas decisiones son obligatorias. (...) y tiene además una voluntad constante de extensión a otros ámbitos de intervención en virtud de lo que comienza a calificarse como el imperio del lucro".
A continuación, de todos los temas que en ese párrafo plantea Vidal-Beneyto, se van a mencionar los principales Acuerdos que figuran en el documento de creación de la OMC y que no se refieren al comercio de mercancías, ("extendiendo su competencia más allá de los procesos industriales (...) tiene además una voluntad constante de extensión a otros ámbitos de intervención") .
- Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC o, en inglés, TRIPS, Trade-Related Insdustrial Property Measures). La mayor parte -quizás, todas- las categorías de propiedad intelectual que la OMC considera relacionadas con el comercio estaban, en realidad, reguladas en tratados anteriores que siguen vigentes. Por ejemplo, el Convenio de París sobre patentes, marcas y diseños industriales; la Convención de Roma sobre derechos de autor; y el Tratado de Washington sobre el diseño de circuitos integrados.
- Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), en cuanto que la OMC considera servicios a todas aquellas actividades en las que hay intercambio de dinero, con independencia de si satisfacen o no derechos humanos. A este respecto, Sami Naïr, sociólogo y filósofo francés, expresidente del Instituto de Estudios e Investigaciones Euromediterráneas, en el prólogo del libro La globalización liberal. A favor y en contra (2002, Círculo de Lectores, Barcelona), se pregunta:
"¿Debemos aceptar que, desde ahora, todos los aspectos de la vida social estén sometidos al imperio del mercado, o bien hay que rechazar que los servicios públicos, la sanidad o la educación, estén en manos de las multinacionales? ¿Tiene todavía algún sentido el bien público?"
- La OMC se ha declarado competente también en temas de alimentación a través del Acuerdo sobre Agricultura. Ello ha permitido que, en 1996, el Secretario de Agricultura de Estados Unidos dijera:
"Mi país no puede reconocer el derecho a la alimentación porque semejante pretensión va en contra del derecho al comercio"
(Leído en la página 237 del libro de Carmen Alborch, profesora de Derecho Mercantil de la Universidad de Valencia y que fue ministra de Cultura del Gobierno de España, Libres. Ciudadanas del mundo. Extraído de Vandana Shiva, "Derecho a la alimentación, libre comercio y fascismo" en AA.VV. La globalización de los derechos humanos, Crítica, Barcelona, 2003, pág. 100).
- Por último, desde 1996, se viene pretendiendo incluir dentro de la OMC los llamados "temas de Singapur", aunque, quienes conocen bien el articulado por el que se rige esta institución indican que la inclusión de estos temas entre sus competencias requeriría una enmienda al Artículo III, que es norma básica y fundamental. (Bhagirath Las Das, experto en comercio internacional, que fue representate permanente de India en el GATT/OMC, La OMC y el sistema multilateral de comercio. Pasado, presente y futuro, Icaria editorial/Intermón Oxfam, 2004, pág 135).
NOTA. GATT (General Agreement of Tariffs and Trade; en español, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras). Los miembros del GATT se reunían periódicamente en lo que se llamaban Rondas; una de esas reuniones, la Ronda de Uruguay, se inició en 1986 y concluyó en 1994 con los "acuerdos de Marraquech, en los que se indicaban las normas o reglas que debían regir a una nueva organización, la OMC, que sustituyó al GATT el 1 de enero de 1945.
"Este avance, que condena a la inexistencia a lo que no puede traducirse en lucro, no es consecuencia del azar, sino el resultado de una serie de voluntades, enmarcadas en la sola lógica económica y centradas en torno a un objetivo mayor, aumentar el volumen de negocios, generar mayores ganancias. Partiendo de la premisa de que el comercio es el medio privilegiado para lograrlo, el mundo de la empresa y, en particular, las multinacionales, que son sus principales actores y beneficiarios, se ha dotado de una serie de dispositivos y de instrumentos susceptibles de favorecer sus propósitos. En primer lugar, la Organización Mundial de Comercio (...) extendiendo su competencia más allá de los procesos industriales y estableciendo un órgano para la resolución de conflictos y desavenencias cuyas decisiones son obligatorias. (...) y tiene además una voluntad constante de extensión a otros ámbitos de intervención en virtud de lo que comienza a calificarse como el imperio del lucro".
A continuación, de todos los temas que en ese párrafo plantea Vidal-Beneyto, se van a mencionar los principales Acuerdos que figuran en el documento de creación de la OMC y que no se refieren al comercio de mercancías, ("extendiendo su competencia más allá de los procesos industriales (...) tiene además una voluntad constante de extensión a otros ámbitos de intervención") .
- Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC o, en inglés, TRIPS, Trade-Related Insdustrial Property Measures). La mayor parte -quizás, todas- las categorías de propiedad intelectual que la OMC considera relacionadas con el comercio estaban, en realidad, reguladas en tratados anteriores que siguen vigentes. Por ejemplo, el Convenio de París sobre patentes, marcas y diseños industriales; la Convención de Roma sobre derechos de autor; y el Tratado de Washington sobre el diseño de circuitos integrados.
- Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), en cuanto que la OMC considera servicios a todas aquellas actividades en las que hay intercambio de dinero, con independencia de si satisfacen o no derechos humanos. A este respecto, Sami Naïr, sociólogo y filósofo francés, expresidente del Instituto de Estudios e Investigaciones Euromediterráneas, en el prólogo del libro La globalización liberal. A favor y en contra (2002, Círculo de Lectores, Barcelona), se pregunta:
"¿Debemos aceptar que, desde ahora, todos los aspectos de la vida social estén sometidos al imperio del mercado, o bien hay que rechazar que los servicios públicos, la sanidad o la educación, estén en manos de las multinacionales? ¿Tiene todavía algún sentido el bien público?"
- La OMC se ha declarado competente también en temas de alimentación a través del Acuerdo sobre Agricultura. Ello ha permitido que, en 1996, el Secretario de Agricultura de Estados Unidos dijera:
"Mi país no puede reconocer el derecho a la alimentación porque semejante pretensión va en contra del derecho al comercio"
(Leído en la página 237 del libro de Carmen Alborch, profesora de Derecho Mercantil de la Universidad de Valencia y que fue ministra de Cultura del Gobierno de España, Libres. Ciudadanas del mundo. Extraído de Vandana Shiva, "Derecho a la alimentación, libre comercio y fascismo" en AA.VV. La globalización de los derechos humanos, Crítica, Barcelona, 2003, pág. 100).
- Por último, desde 1996, se viene pretendiendo incluir dentro de la OMC los llamados "temas de Singapur", aunque, quienes conocen bien el articulado por el que se rige esta institución indican que la inclusión de estos temas entre sus competencias requeriría una enmienda al Artículo III, que es norma básica y fundamental. (Bhagirath Las Das, experto en comercio internacional, que fue representate permanente de India en el GATT/OMC, La OMC y el sistema multilateral de comercio. Pasado, presente y futuro, Icaria editorial/Intermón Oxfam, 2004, pág 135).
NOTA. GATT (General Agreement of Tariffs and Trade; en español, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras). Los miembros del GATT se reunían periódicamente en lo que se llamaban Rondas; una de esas reuniones, la Ronda de Uruguay, se inició en 1986 y concluyó en 1994 con los "acuerdos de Marraquech, en los que se indicaban las normas o reglas que debían regir a una nueva organización, la OMC, que sustituyó al GATT el 1 de enero de 1945.
viernes, 8 de julio de 2011
Gangrena
La columna periodística, que Vidal-Beneyto dedica al Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) de la OMC, empieza diciendo:
"El proceso de mercantilización de la realidad, la conversión de todos los componentes de la vida humana en productos que se venden y se compran, es decir, en mercancías, verdadera gangrena de las sociedades contemporáneas, avanza de manera imparable"
¿Por qué Vidal-Beneyto llama "gangrena" al objetivo de la OMC, expresado en el AGCS, de privatizar cualquier servicio, sea o no público? Voy a dar mi propia versión.
Según el diccionario de la Lengua de la Real Academia Española (vigésima primera edición), se llama "gangrena" a la "desorganización y privación de vida en cualquier tejido de un cuerpo animal producido por falta de riego sanguíneo, por mortificacoión traumática o por complicación infecciosa de las heridas". Si se considera que los seres humanos somos parte de un "cuerpo", la humanidad, la gangrena es la "desorganización y privación de vida" de los seres humanos. Esta desorganización y privación de vida, según la definición de gangrena, puede estar causada por alguna de las siguientes causas:
- falta de "riego sanguíneo": falta de humanidad, es decir, falta de los atributos que caracterizan a los seres humanos: solidaridad, empatía, sensibilidad, etc.
- "mortificación traumática" o lesión de los tejidos por agentes mecánicos, generalmente externos; en el caso de la humanidad, por la conversión en mercancía de todos los componentes de la vida humana, realizada por la OMC, un agente mecánico externo.
- "complicación infeccionsa de las heridas", es decir, transmisión, por parte de la OMC, de los gérmenes de una enfermedad mortal, caracterizada porque sus pacientes empiezan confundiendo valor y precio.
Pienso que Vida-Beneyto quería decir que el resultado final de la "conversión de todos los componentes de la vida humana en productos que se compran y se venden" supone la desorganización o privación de vida de los seres humanos como tales, debida a la pérdida de las cualidades que distinguen al ser humano del resto de los seres vivos.
Son muchos los terrícolas que consideran peligroso el hecho el que la OMC se inmiscuya en asuntos que no deberían ser competencia de una organización encargada de regular el comercio internacional.
"El proceso de mercantilización de la realidad, la conversión de todos los componentes de la vida humana en productos que se venden y se compran, es decir, en mercancías, verdadera gangrena de las sociedades contemporáneas, avanza de manera imparable"
¿Por qué Vidal-Beneyto llama "gangrena" al objetivo de la OMC, expresado en el AGCS, de privatizar cualquier servicio, sea o no público? Voy a dar mi propia versión.
Según el diccionario de la Lengua de la Real Academia Española (vigésima primera edición), se llama "gangrena" a la "desorganización y privación de vida en cualquier tejido de un cuerpo animal producido por falta de riego sanguíneo, por mortificacoión traumática o por complicación infecciosa de las heridas". Si se considera que los seres humanos somos parte de un "cuerpo", la humanidad, la gangrena es la "desorganización y privación de vida" de los seres humanos. Esta desorganización y privación de vida, según la definición de gangrena, puede estar causada por alguna de las siguientes causas:
- falta de "riego sanguíneo": falta de humanidad, es decir, falta de los atributos que caracterizan a los seres humanos: solidaridad, empatía, sensibilidad, etc.
- "mortificación traumática" o lesión de los tejidos por agentes mecánicos, generalmente externos; en el caso de la humanidad, por la conversión en mercancía de todos los componentes de la vida humana, realizada por la OMC, un agente mecánico externo.
- "complicación infeccionsa de las heridas", es decir, transmisión, por parte de la OMC, de los gérmenes de una enfermedad mortal, caracterizada porque sus pacientes empiezan confundiendo valor y precio.
Pienso que Vida-Beneyto quería decir que el resultado final de la "conversión de todos los componentes de la vida humana en productos que se compran y se venden" supone la desorganización o privación de vida de los seres humanos como tales, debida a la pérdida de las cualidades que distinguen al ser humano del resto de los seres vivos.
Son muchos los terrícolas que consideran peligroso el hecho el que la OMC se inmiscuya en asuntos que no deberían ser competencia de una organización encargada de regular el comercio internacional.
jueves, 7 de julio de 2011
La democracia y la Organización Mundial de Comercio
Se considera que la Organización Mundial de Comercio (OMC) es la organización internacional de mayor poder efectivo: el Artículo 16.4 del acuerdo por el que se creó consagra su preeminencia frente a los derechos nacionales de cada uno de los Estados. En este Artículo se señala que los gobiernos de los países miembros tienen que informar a la secretaria de la OMC y a los demás miembros sobre sus legislaciones actuales y sobre cualquier normativa o regla que pudiera estar relacionada con los temas en que es competente esta Organización, en otras palabras, todos sus miembros tienen que adecuar sus marcos jurídicos a las reglas de funcionamiento de la OMC. A ese respecto, se debe decir que la OMC se ha declarado competente en multitud de temas que no son de comercio: ha convertido en mercancías, en productos que se venden y se compran, todos los componentes de la vida humana.
Por otra parte están los artículos III.4 y III.5 en los que se advierte que los países deben ser revisados a intervalos regulares. Para hacerse obedecer la OMC se ha dotado de un órgano, el Órgano de Solución de Desavenencias (o Conflictos), cuyas decisiones son obligatorias.
Para el economista Michel Chossudovsy, el proceso de creación de la OMC es "manifiestamente ilegal". Según él, la OMC se ha instalado como una "organización totalitaria que trasciende a los gobiernos", autorizada por la ley internacional a "adaptar las políticas económicas y sociales de los países y despreciar los derechos soberanos de los gobiernos nacionales". Más aún, en su opinión, los artículos de la OMC no sólo contradicen las leyes nacionales e internacionales existentes, sino también que también se encuentran en contradicción con la declaración universal de los derechos humanos. (Leído en El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales, de Klaus Werner y Hans Weiss, periodistas free lance, 2004, Random House Mondadori, Barcelona, págs. 247-248) Michel Chossudovsky es un economista canadiense, profesor visitante de la Universidad de Otawa, considerado uno de los mayores expertos en estos temas.
Hasta tal punto la OMC atenta contra la democracia de los Estados miembros que la privatización de un servicio, sea o no público, no puede ser alterada por un gobierno posterior. Sin embargo, si los ciudadanos votan a un partido distinto es porque no estaban de acuerdo con las actuaciones del anterior; decir que el nuevo no puede modificar lo que ha hecho el anterior es limitar muy seriamente la voluntad del pueblo y, por tanto, cercenar la democracia.
Internamente, la OMC es opaca en su funcionamiento; a pesar de lo que se dice en sus estatutos: siempre ha evitado el voto en la toma de decisiones y concentra el poder en los países del Quad (EE. UU. la UE, Japón y Canadá) , dominados, como ya se ha dicho, por los lobbies de las multinacionales.
En el marco de la política comercial de la UE, los países miembros están representados por uno negociadores y, en primera instancia, por el comisario europeo de comercio. Los países de la UE fijan el mandato de estos negociadores a través del Comité 133 (llamado así por el Artículo 133 del tratado de Amsterdam que rige las negociaciones comerciales). Este Comité está integrado por altos funcionarios que, por definición, no son representantes electos, y cuya actuación está muy alejada de la transparencia y el funcionamiento democrático: nunca se informa ni a los ciudadanos ni a sus representantes parlamentarios de las deliberaciones y decisiones adoptadas.
Por otra parte están los artículos III.4 y III.5 en los que se advierte que los países deben ser revisados a intervalos regulares. Para hacerse obedecer la OMC se ha dotado de un órgano, el Órgano de Solución de Desavenencias (o Conflictos), cuyas decisiones son obligatorias.
Para el economista Michel Chossudovsy, el proceso de creación de la OMC es "manifiestamente ilegal". Según él, la OMC se ha instalado como una "organización totalitaria que trasciende a los gobiernos", autorizada por la ley internacional a "adaptar las políticas económicas y sociales de los países y despreciar los derechos soberanos de los gobiernos nacionales". Más aún, en su opinión, los artículos de la OMC no sólo contradicen las leyes nacionales e internacionales existentes, sino también que también se encuentran en contradicción con la declaración universal de los derechos humanos. (Leído en El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales, de Klaus Werner y Hans Weiss, periodistas free lance, 2004, Random House Mondadori, Barcelona, págs. 247-248) Michel Chossudovsky es un economista canadiense, profesor visitante de la Universidad de Otawa, considerado uno de los mayores expertos en estos temas.
Hasta tal punto la OMC atenta contra la democracia de los Estados miembros que la privatización de un servicio, sea o no público, no puede ser alterada por un gobierno posterior. Sin embargo, si los ciudadanos votan a un partido distinto es porque no estaban de acuerdo con las actuaciones del anterior; decir que el nuevo no puede modificar lo que ha hecho el anterior es limitar muy seriamente la voluntad del pueblo y, por tanto, cercenar la democracia.
Internamente, la OMC es opaca en su funcionamiento; a pesar de lo que se dice en sus estatutos: siempre ha evitado el voto en la toma de decisiones y concentra el poder en los países del Quad (EE. UU. la UE, Japón y Canadá) , dominados, como ya se ha dicho, por los lobbies de las multinacionales.
En el marco de la política comercial de la UE, los países miembros están representados por uno negociadores y, en primera instancia, por el comisario europeo de comercio. Los países de la UE fijan el mandato de estos negociadores a través del Comité 133 (llamado así por el Artículo 133 del tratado de Amsterdam que rige las negociaciones comerciales). Este Comité está integrado por altos funcionarios que, por definición, no son representantes electos, y cuya actuación está muy alejada de la transparencia y el funcionamiento democrático: nunca se informa ni a los ciudadanos ni a sus representantes parlamentarios de las deliberaciones y decisiones adoptadas.
miércoles, 6 de julio de 2011
Privatizaciones y la OMC
Hay un proverbio que dice que lo más inteligente que ha hecho el demonio es convencer de que no existe. Eso sucede con la Organización Mundial de Comercio (OMC), detrás de la que están parapetadas las grandes empresas transnacionales: aunque no se hable de ella, existe una importante conexión entre las políticas "impuestas" por el FMI y del Banco Mundial y la OMC. Para hacer frente a la deuda el FMI exige privatización y uno de los Acuerdos que figuran en los estatutos de la OMC es el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), cuyo objetivo es liberalizar todos los servicios, es decir, independizarlos de los gobiernos, privatizarlos y, en consecuencia, tratarlos como una mercancía.
¿Qué entiende la OMC por "servicios"? El concepto de "servicios" es, para la OMC, muy amplio; la OMC considera servicios todas aquellas actividades en las que haya intercambio de dinero, con independencia de si satisfacen o no derechos humanos. Las únicas actividades que escapan casi en su totalidad -y a duras penas- al AGCS son los bancos centrales, la justicia, la política y la defensa nacional. Se dice a "duras penas", porque hay actividades relacionadas con la justicia y la defensa nacional que, en algunos países, son responsabilidad de empresas privadas y ello está ocasionando graves problemas.
José Vidal-Beneyto, fallecido el 16 de marzo de 2010, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y, entre otras muchas cosas, secretario general de la Agencia Europea para la Cultura, dependiente de la UNESCO, escribió (EL PAIS, La gangrena, 24-V-2003):
"Se trata de un conjunto de actividades de crecimiento exponencial, cuyo volumen de negocio evaluable supera los 8.600 millones de dólares, que se dividen en 12 sectores y 160 subsectores que van desde las obras públicas y los transportes hasta la salud, la comunicación, el medio ambiente (incluida el agua), la cultura y la educación".
"Todo lo cual supone un peligro grave para los servicios públicos cuya efectividad es un factor esencial para el equilibrio mundial y en particular de Europa, de cuyo modelo de sociedad son un componente fundamental".
En la misma columna, Vidal-Beneyto indica quienes realmente toman las decisiones en la OMC.
"... dominados por los lobbies de las multinacionales, en particular el TABD (transatlantic business dialogue) y el ESF (european services forum), conjuntamente con la coalición estadounidense de servicios industriales. La amenaza, que no es de ahora, cuenta con un inquierante calendario. La UE, de la mano del comisario Pascal Lamy, del que conviene recordar su anterior pertenencia a la Rand Corporation, ha dirigido a 109 países la lista de servicios que la UE propone liberalizar con vistas a la conferencia de la OMC en Cancún, en septiembre de este año, en la que espera dejar planteadas las liberalizaciones clave para cerrar el dossier de los servicios antes de 2004".
Conocido este propósito, en palabras de Vidal-Beneyto, "tanto algunos políticos como la mayoría de los movimientos sociales, en especial Attac y Oxfam Solidaridad, quieren aplicar el principio de Drácula -hacer públicos los propósitos de la AGCS- y exigen una moratoria de toda negociación sobre los servicios hasta que se evalúen democráticamente los resultados de las políticas de la OMC y se renuncie a incorporar a los sectores que forman parte de los bienes comunes de la humanidad.
La conferencia de la OMC en Cancún terminó sin acuerdo (problemas con las subvenciones agrícolas que conceden los países ricos a sus agricultores) y no se pudo cerrar ningún dossier, pero ahora ha surgido la crisis y con el apoyo del FMI los lobbies de las multinacionales podrán hacer realidad su propósito.
¿Qué entiende la OMC por "servicios"? El concepto de "servicios" es, para la OMC, muy amplio; la OMC considera servicios todas aquellas actividades en las que haya intercambio de dinero, con independencia de si satisfacen o no derechos humanos. Las únicas actividades que escapan casi en su totalidad -y a duras penas- al AGCS son los bancos centrales, la justicia, la política y la defensa nacional. Se dice a "duras penas", porque hay actividades relacionadas con la justicia y la defensa nacional que, en algunos países, son responsabilidad de empresas privadas y ello está ocasionando graves problemas.
José Vidal-Beneyto, fallecido el 16 de marzo de 2010, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y, entre otras muchas cosas, secretario general de la Agencia Europea para la Cultura, dependiente de la UNESCO, escribió (EL PAIS, La gangrena, 24-V-2003):
"Se trata de un conjunto de actividades de crecimiento exponencial, cuyo volumen de negocio evaluable supera los 8.600 millones de dólares, que se dividen en 12 sectores y 160 subsectores que van desde las obras públicas y los transportes hasta la salud, la comunicación, el medio ambiente (incluida el agua), la cultura y la educación".
"Todo lo cual supone un peligro grave para los servicios públicos cuya efectividad es un factor esencial para el equilibrio mundial y en particular de Europa, de cuyo modelo de sociedad son un componente fundamental".
En la misma columna, Vidal-Beneyto indica quienes realmente toman las decisiones en la OMC.
"... dominados por los lobbies de las multinacionales, en particular el TABD (transatlantic business dialogue) y el ESF (european services forum), conjuntamente con la coalición estadounidense de servicios industriales. La amenaza, que no es de ahora, cuenta con un inquierante calendario. La UE, de la mano del comisario Pascal Lamy, del que conviene recordar su anterior pertenencia a la Rand Corporation, ha dirigido a 109 países la lista de servicios que la UE propone liberalizar con vistas a la conferencia de la OMC en Cancún, en septiembre de este año, en la que espera dejar planteadas las liberalizaciones clave para cerrar el dossier de los servicios antes de 2004".
Conocido este propósito, en palabras de Vidal-Beneyto, "tanto algunos políticos como la mayoría de los movimientos sociales, en especial Attac y Oxfam Solidaridad, quieren aplicar el principio de Drácula -hacer públicos los propósitos de la AGCS- y exigen una moratoria de toda negociación sobre los servicios hasta que se evalúen democráticamente los resultados de las políticas de la OMC y se renuncie a incorporar a los sectores que forman parte de los bienes comunes de la humanidad.
La conferencia de la OMC en Cancún terminó sin acuerdo (problemas con las subvenciones agrícolas que conceden los países ricos a sus agricultores) y no se pudo cerrar ningún dossier, pero ahora ha surgido la crisis y con el apoyo del FMI los lobbies de las multinacionales podrán hacer realidad su propósito.
lunes, 4 de julio de 2011
Noticias de prensa
"El presidente de banco central alemán (Bundesbank) entre 2004 y el pasado abril pasará a presidir el gigante financiera suizo UBS a partir de 2013. (...) Weber percibirá dos millones de francos suizos (1,6 millones de euros) y 200.0000 acciones de USB. A 12,8 euros por acción, Weber se embolsará la friolera de 4,1 millones solo como bienvenida. (...) Cuando presida el Consejo de Administración, Weber percibirá anualmente esos dos millones de francos suizos y 200.000 acciones". (EL PAÍS, 2-VII-2011, pág. 21)
En el mismo periódico, unas páginas más tarde (pág. 30) se indican Los recortes presupuestarios de la crisis más significativos. De los recortes realizados o a realizar en Portugal se dice:
"El primer tijeretazo presupuestario portugués supuso un recorte del salario de los funcionarios entre el 3,5 y el 10%. El objetivo de este plan era gastar 3.240 millones menos (...), para acceder al rescate financiero Lisboa tuvo que aceptar las condiciones del FMI y de la UE que exigían fuertes recortes en educación (195 millones en 2012 y 175 millones en 2013), sanidad (550 millones en 2012 y 375 millones en 2013), recortes de las pensiones de más de 1.500 euros y desempleo (reducción de la prestación máxima de 36 a 18 meses con recorte de la cuantía máxima)...."
Comparando ambas noticias, nos encontramos que con las 200.000 acciones (4,1 millones de euros) y una fracción de su disparatado sueldo, Portugal podría resolver todos sus problemas.
Un sistema que introduce tales desigualdades económicas no es un sistema justo. Sin duda, el FMI como buen fundamentalista del mercado enfoca los problemas desde la perspectiva y la ideología de la comunidad financiera.
"Analizar el FMI como si estuviera defendiendo los intereses de la comunidad financiera es una manera de dar sentido a lo que en otro caso serían comportamientos contradictorios e intelectualmente incoherentes".
"Además, la conducta del FMI no es sorprendente: enfocaba los problemas desde la perspectiva y la ideología de la comunidad financiera, y ellas naturalmente se ajustaban (aunque no perfectamente) a sus intereses. Como apuntamos antes, buena parte de su personal clave provenía de la comunidad financiera, y muchos de ellos, tras servir con diligencia a dichos intereses, retornaba después a ocupar cargos bien pagados en la comunidad financiera". (Stiglitz, El malestar en la globalización, pág. 261).
De una institución internacional del calibre del FMI sería de esperar que dejase la ideología a un lado y tuviera en cuenta los últimos adelantos en materia económica, y, sobre todo, no fuera insensible a todo el sufrimiento que, innecesariamente, ha causado y está causando. ¿Cómo es posible que para dos grupos humanos tan diferentes como el formado por los países subdesarrollados y el que conforman los países ricos, el FMI aplique la misma política?
En el mismo periódico, unas páginas más tarde (pág. 30) se indican Los recortes presupuestarios de la crisis más significativos. De los recortes realizados o a realizar en Portugal se dice:
"El primer tijeretazo presupuestario portugués supuso un recorte del salario de los funcionarios entre el 3,5 y el 10%. El objetivo de este plan era gastar 3.240 millones menos (...), para acceder al rescate financiero Lisboa tuvo que aceptar las condiciones del FMI y de la UE que exigían fuertes recortes en educación (195 millones en 2012 y 175 millones en 2013), sanidad (550 millones en 2012 y 375 millones en 2013), recortes de las pensiones de más de 1.500 euros y desempleo (reducción de la prestación máxima de 36 a 18 meses con recorte de la cuantía máxima)...."
Comparando ambas noticias, nos encontramos que con las 200.000 acciones (4,1 millones de euros) y una fracción de su disparatado sueldo, Portugal podría resolver todos sus problemas.
Un sistema que introduce tales desigualdades económicas no es un sistema justo. Sin duda, el FMI como buen fundamentalista del mercado enfoca los problemas desde la perspectiva y la ideología de la comunidad financiera.
"Analizar el FMI como si estuviera defendiendo los intereses de la comunidad financiera es una manera de dar sentido a lo que en otro caso serían comportamientos contradictorios e intelectualmente incoherentes".
"Además, la conducta del FMI no es sorprendente: enfocaba los problemas desde la perspectiva y la ideología de la comunidad financiera, y ellas naturalmente se ajustaban (aunque no perfectamente) a sus intereses. Como apuntamos antes, buena parte de su personal clave provenía de la comunidad financiera, y muchos de ellos, tras servir con diligencia a dichos intereses, retornaba después a ocupar cargos bien pagados en la comunidad financiera". (Stiglitz, El malestar en la globalización, pág. 261).
De una institución internacional del calibre del FMI sería de esperar que dejase la ideología a un lado y tuviera en cuenta los últimos adelantos en materia económica, y, sobre todo, no fuera insensible a todo el sufrimiento que, innecesariamente, ha causado y está causando. ¿Cómo es posible que para dos grupos humanos tan diferentes como el formado por los países subdesarrollados y el que conforman los países ricos, el FMI aplique la misma política?
domingo, 3 de julio de 2011
Cuento de la "rama dorada"
Domingo. Hoy voy a contar un cuento que habla de los directivos de las grandes empresas privadas multinacionales o transnacionales a los que Ziegler llama cosmócratas. Por su cargo Ziegler ha tenido ocasión de hablar con algunos de esos directivos y dice que "están atrapados en un contradicción fundamental: ser hombre, sólo hombre, o enriquecerse, dominar los mercados, ejercer plenos poderes, convertirse en los amos". Si quieren sobrevivir en los puestos que ocupan, "deben ser feroces, cínicos y despiadados. Apartarse del sacrosanto principio del máximo beneficio en nombre del humanismo personal equivaldría a un suicidio profesional". Para este antiguo Relator de la ONU, la solución sólo puede venir de una revolución -pacífica- protagonizada por la sociedad civil.
Cuento de la "rama dorada". La rama dorada es parte de un árbol que está en un bosque perteneciente a una diosa. Este árbol, sagrado, está custodiado, sin descanso, por un rey, el "rey del bosque". Sin descanso, porque ese trono es tan efímero como un suspiro: exige del rey un continuo estar alerta para que no le sea arrebatado por la llegada de aspirantes más hábiles. En definitiva, este rey se encuentra mortalmente ligado a su "tesoro", condenado a vivir en interminable estado de vigilancia. Era el cruel castigo, que la diosa que moraba en el bosque, imponía a quienes se habían dejado seducir por los atrayentes cantos de sirenas sin saber que los más bellos cantos son los cantos de los pájaros del bosque.
Cuento de la "rama dorada". La rama dorada es parte de un árbol que está en un bosque perteneciente a una diosa. Este árbol, sagrado, está custodiado, sin descanso, por un rey, el "rey del bosque". Sin descanso, porque ese trono es tan efímero como un suspiro: exige del rey un continuo estar alerta para que no le sea arrebatado por la llegada de aspirantes más hábiles. En definitiva, este rey se encuentra mortalmente ligado a su "tesoro", condenado a vivir en interminable estado de vigilancia. Era el cruel castigo, que la diosa que moraba en el bosque, imponía a quienes se habían dejado seducir por los atrayentes cantos de sirenas sin saber que los más bellos cantos son los cantos de los pájaros del bosque.
sábado, 2 de julio de 2011
Investigación farmacéutica. Preferencias
Los sectores críticos constatan que en los últimos años sólo el 1 por ciento de la I+D (investigación y desarrollo) farmacológica se ha dedicado a poner en el mercado productos contra las enfermedades de los países pobres; la investigación de nuevos fármacos sólo repercute en patologías que afectan a los países ricos, o sea, el 10 por ciento de la Humanidad.
¿Por qué la industria farmacéutica prefiere investigar en patologías que sólo afectan a los países ricos? Las personas de los países ricos tienen más dinero y pueden pagar precios más elevados, pero constituyen -como ya se ha dicho- una fracción pequeña de los habitantes de la Tierra, y ¿no es cierto que en ellos la incidencia de la enfermedad es menor?
Hay que distinguir entre estar enfermo y sentirse enfermo. Sucede en los países ricos lo que describe en escritor francés Jules Romains en una de sus obras de teatro: Knock o el tiempo de la medicina.
Knock era un médico que empezaba a ejercer en un pueblo montañés cuyos habitantes casi nunca estaban enfermos. Knock no estaba dispuesto a seguir el camino de su antecesor, es decir, morir sin "tener donde caerse muerto" y empezó a cavilar de qué forma podía hacer que los aldeanos fueran a su consulta.
Se le ocurrió empezar adulando al maestro del pueblo, hasta conseguir que explicase a los aldeanos que los responsables de todas las enfermedades son unos seres diminutos que no se pueden ver, pero que están en todas partes y que es necesario guardar muchas precauciones para no ser atacados por ellos. Después contrató al pregonero y le hizo anunciar que el doctor invitaba a todos a una visita gratuita para "limitar la inquietante propagación de enfermedades de todo tipo que, desde hace años, se extienden por nuestra región, antaño tan sana". La sala de espera se llenó hasta los topes. En sus visitas, Knock diagnosticaba síntomas extraños e inculcaba a los ingenuos aldeanos la necesidad de un cuidado permanente. A partir de entonces, muchos de ellos empezaron a guardar cama y requirieron ser visitados casi a diario por el médico.
La aldea parecía un hospital; personas sanas sólo quedaban las justas para cuidar a los enfermos. El farmacéutico se convirtió en un hombre rico, al igual que el posadero, cuyo mesón se utilizaba como hospital de campaña.
La industria farmacéutica, con el único objetivo de aumentar sus beneficios económicos, está trabajando muy activamente en la "fabricación de enfermedades", está tergiversando y convirtiendo en estados patológicos los que, en realidad, son altibajos naturales de la vida y comportamientos normales; y, lo mismo que Knock, está teniendo mucho éxito, pues está demostrado que los beneficios netos de las mayores farmacéuticas superan con creces el beneficio neto medio obtenido por otras empresas de su rango.
El problema reside en que, en ningún caso, un medicamento es inocuo. Los efectos secundarios de los medicamentos sólo son aceptables cuando el posible beneficio, es decir, el efecto curativo merece la pena. Se ha observado que, en Estados Unidos, los efecto indeseados de los medicamentos constituyen la cuarta causa de muerte por detrás del infarto de miocardio, el cáncer y el ictus, pero por delante de la diabetes, la bronquitis crónica, los accidentes de tráfico o el sida. (Joan-Ramon Laporte, profesor de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona, al libro de Jörg Blech, Los inventores de enfermedades. Cómo nos convierten en pacientes, Ediciones Destino, 2005).
¿Por qué la industria farmacéutica prefiere investigar en patologías que sólo afectan a los países ricos? Las personas de los países ricos tienen más dinero y pueden pagar precios más elevados, pero constituyen -como ya se ha dicho- una fracción pequeña de los habitantes de la Tierra, y ¿no es cierto que en ellos la incidencia de la enfermedad es menor?
Hay que distinguir entre estar enfermo y sentirse enfermo. Sucede en los países ricos lo que describe en escritor francés Jules Romains en una de sus obras de teatro: Knock o el tiempo de la medicina.
Knock era un médico que empezaba a ejercer en un pueblo montañés cuyos habitantes casi nunca estaban enfermos. Knock no estaba dispuesto a seguir el camino de su antecesor, es decir, morir sin "tener donde caerse muerto" y empezó a cavilar de qué forma podía hacer que los aldeanos fueran a su consulta.
Se le ocurrió empezar adulando al maestro del pueblo, hasta conseguir que explicase a los aldeanos que los responsables de todas las enfermedades son unos seres diminutos que no se pueden ver, pero que están en todas partes y que es necesario guardar muchas precauciones para no ser atacados por ellos. Después contrató al pregonero y le hizo anunciar que el doctor invitaba a todos a una visita gratuita para "limitar la inquietante propagación de enfermedades de todo tipo que, desde hace años, se extienden por nuestra región, antaño tan sana". La sala de espera se llenó hasta los topes. En sus visitas, Knock diagnosticaba síntomas extraños e inculcaba a los ingenuos aldeanos la necesidad de un cuidado permanente. A partir de entonces, muchos de ellos empezaron a guardar cama y requirieron ser visitados casi a diario por el médico.
La aldea parecía un hospital; personas sanas sólo quedaban las justas para cuidar a los enfermos. El farmacéutico se convirtió en un hombre rico, al igual que el posadero, cuyo mesón se utilizaba como hospital de campaña.
La industria farmacéutica, con el único objetivo de aumentar sus beneficios económicos, está trabajando muy activamente en la "fabricación de enfermedades", está tergiversando y convirtiendo en estados patológicos los que, en realidad, son altibajos naturales de la vida y comportamientos normales; y, lo mismo que Knock, está teniendo mucho éxito, pues está demostrado que los beneficios netos de las mayores farmacéuticas superan con creces el beneficio neto medio obtenido por otras empresas de su rango.
El problema reside en que, en ningún caso, un medicamento es inocuo. Los efectos secundarios de los medicamentos sólo son aceptables cuando el posible beneficio, es decir, el efecto curativo merece la pena. Se ha observado que, en Estados Unidos, los efecto indeseados de los medicamentos constituyen la cuarta causa de muerte por detrás del infarto de miocardio, el cáncer y el ictus, pero por delante de la diabetes, la bronquitis crónica, los accidentes de tráfico o el sida. (Joan-Ramon Laporte, profesor de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona, al libro de Jörg Blech, Los inventores de enfermedades. Cómo nos convierten en pacientes, Ediciones Destino, 2005).
viernes, 1 de julio de 2011
Medicamentos
La salud es un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y como tal debe ser preocupación de los gobiernos. La salud está íntimamente relacionada con el derecho a la vida, cuya protección y tutela por el Estado no puede limitarse a impedir que nos sea arrebatada, sino que tenemos derecho a la protección de la salud por el hecho de ser personas.
La primera ministra Indira Gandhi, en su discurso ante la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 6 de mayo de 1981, dijo: "Mi idea de un mundo mejor ordenado es la de un mundo en el que los descubrimientos médicos están libres de patentes y no se obtenga beneficio de la vida ni de la muerte".
Sin embargo, en estos momentos, los medicamentos son objeto de patente, y existe una poderosa industria que obtiene grandes beneficios a costa de la vida y la muerte de muchas personas. No siempre fue así en todas partes. Hay muchos países que ignoran -o han ignorado durante mucho tiempo- el concepto de patente, tal como lo concebimos ahora nosotros: cualquier descubrimiento del poder curativo de, por ejemplo, una planta había sido adquirido mediante intercambio de conocimientos de muchas personas y era patrimonio de todas ellas.
En la actualidad, los medicamentos son competencia de la Organización Mundial de Comercio, incorporados al Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio. Según ese Acuerdo los países más pobres, que carecen de industria farmacéutica propia, no tenían acceso a los medicamentos que necesitaban. Cuando, después de muchas deliberaciones, se acordó que estos países, cumpliendo ciertos requisitos y sofisticados trámites, pudieran acceder a algunos medicamentos, la catedrática de Ética y Filosofía Moral de la Universidad de Valencia, Adela Cortina, escribió un artículo La arrogancia neoliberal (EL PAIS, 16-IX-2003) en el que decía:
"Una noticia semejante, aún con todas las reservas del caso, es una buena noticia. Pero tan buena como el voto de las mujeres o la abolición de la esclavitud, conquistas ambas que no merecen una felicitación calurosa a quienes por fin cedieron para que fueran posibles, sino un ¡ya era hora!, o más bien; ¡hace siglos que ya era hora!. Bastante tonto es el refrán nunca es tarde, si la dicha es buena, porque puede ser tardísimo, cuando se han perdido muchas vidas y generado sufrimientos evitables".
"Años han llevado las discusiones. Menos que los que se necesitaron para resolverse el voto de las mujeres y la abolición de la esclavitud, pero demasiados. (...). Demasiados en una civilización como la nuestra, que tiene por entraña ética la defensa de los derechos humanos, el más básico de los cuales es el derecho a la vida".
¿Qué ha sucedido estos últimos años en la Tierra para que abunden los seres humanos que persiguen ganancias económicas por encima de todo, incluso por encima de la vida de otros seres humanos? ¿Cómo ha sido posible este retroceso en el proceso de humanización? ¿Cómo podemos enderezar la situación?
Volviendo a la comparación con la comparación con la esclavitud, mencionada por Adela Cortina, los militantes que se han batido a lo largo de la Historia por su eliminación, no se plantearon el problema de saber si la abolición de la esclavitud iba a privar al Norte de sus recursos, si iba a empobrecer a los países ricos. Movidos por un ideal de justicia, se enfrentaron a aquellos cuya preocupación era ante todo la rentabilidad y la riqueza. Efectivamente, resulta muy bueno para la industria farmacéutica investigar únicamente en aquellas enfermedades y patentar aquellos medicamentos que pueden aumentar sus ganancias económicas, pero no es posible hacer abstracción del costo humano. Después de la abolición de la esclavitud, el Norte no sufrió un empobrecimiento, muy al contrario. Por lo menos se enriqueció moralmente.
Pero para cambiar un sistema de funcionamiento que, además de injusto e inhumano, nos lleva al precipicio, hay que, por una parte, conocer bien lo que sucede y, por otra, diseñar un sistema alternativo. Si no tiene una alternativa, simplemente protestando no se consigue nada mejor. En el caso de los medicamentos es inaceptable que se diga que no se investiga en una enfermedad, que mata a millones de personas inocentes, simplemente porque "el potencial de mercado no es suficientemente elevado". Hay algo que nunca debemos olvidar: nadie elige el lugar de nacimiento. ¿Por qué no declarar que la investigación constituya un servicio público, asumido en su totalidad por los poderes públicos, sin patentes, y que los resultados pasen directamente al dominio público, en el mundo entero? Las pistas están, pero la voluntad política está, lamentablemente, ausente...
La primera ministra Indira Gandhi, en su discurso ante la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 6 de mayo de 1981, dijo: "Mi idea de un mundo mejor ordenado es la de un mundo en el que los descubrimientos médicos están libres de patentes y no se obtenga beneficio de la vida ni de la muerte".
Sin embargo, en estos momentos, los medicamentos son objeto de patente, y existe una poderosa industria que obtiene grandes beneficios a costa de la vida y la muerte de muchas personas. No siempre fue así en todas partes. Hay muchos países que ignoran -o han ignorado durante mucho tiempo- el concepto de patente, tal como lo concebimos ahora nosotros: cualquier descubrimiento del poder curativo de, por ejemplo, una planta había sido adquirido mediante intercambio de conocimientos de muchas personas y era patrimonio de todas ellas.
En la actualidad, los medicamentos son competencia de la Organización Mundial de Comercio, incorporados al Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio. Según ese Acuerdo los países más pobres, que carecen de industria farmacéutica propia, no tenían acceso a los medicamentos que necesitaban. Cuando, después de muchas deliberaciones, se acordó que estos países, cumpliendo ciertos requisitos y sofisticados trámites, pudieran acceder a algunos medicamentos, la catedrática de Ética y Filosofía Moral de la Universidad de Valencia, Adela Cortina, escribió un artículo La arrogancia neoliberal (EL PAIS, 16-IX-2003) en el que decía:
"Una noticia semejante, aún con todas las reservas del caso, es una buena noticia. Pero tan buena como el voto de las mujeres o la abolición de la esclavitud, conquistas ambas que no merecen una felicitación calurosa a quienes por fin cedieron para que fueran posibles, sino un ¡ya era hora!, o más bien; ¡hace siglos que ya era hora!. Bastante tonto es el refrán nunca es tarde, si la dicha es buena, porque puede ser tardísimo, cuando se han perdido muchas vidas y generado sufrimientos evitables".
"Años han llevado las discusiones. Menos que los que se necesitaron para resolverse el voto de las mujeres y la abolición de la esclavitud, pero demasiados. (...). Demasiados en una civilización como la nuestra, que tiene por entraña ética la defensa de los derechos humanos, el más básico de los cuales es el derecho a la vida".
¿Qué ha sucedido estos últimos años en la Tierra para que abunden los seres humanos que persiguen ganancias económicas por encima de todo, incluso por encima de la vida de otros seres humanos? ¿Cómo ha sido posible este retroceso en el proceso de humanización? ¿Cómo podemos enderezar la situación?
Volviendo a la comparación con la comparación con la esclavitud, mencionada por Adela Cortina, los militantes que se han batido a lo largo de la Historia por su eliminación, no se plantearon el problema de saber si la abolición de la esclavitud iba a privar al Norte de sus recursos, si iba a empobrecer a los países ricos. Movidos por un ideal de justicia, se enfrentaron a aquellos cuya preocupación era ante todo la rentabilidad y la riqueza. Efectivamente, resulta muy bueno para la industria farmacéutica investigar únicamente en aquellas enfermedades y patentar aquellos medicamentos que pueden aumentar sus ganancias económicas, pero no es posible hacer abstracción del costo humano. Después de la abolición de la esclavitud, el Norte no sufrió un empobrecimiento, muy al contrario. Por lo menos se enriqueció moralmente.
Pero para cambiar un sistema de funcionamiento que, además de injusto e inhumano, nos lleva al precipicio, hay que, por una parte, conocer bien lo que sucede y, por otra, diseñar un sistema alternativo. Si no tiene una alternativa, simplemente protestando no se consigue nada mejor. En el caso de los medicamentos es inaceptable que se diga que no se investiga en una enfermedad, que mata a millones de personas inocentes, simplemente porque "el potencial de mercado no es suficientemente elevado". Hay algo que nunca debemos olvidar: nadie elige el lugar de nacimiento. ¿Por qué no declarar que la investigación constituya un servicio público, asumido en su totalidad por los poderes públicos, sin patentes, y que los resultados pasen directamente al dominio público, en el mundo entero? Las pistas están, pero la voluntad política está, lamentablemente, ausente...
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