La insaciable sed energética de la inteligencia artificial (IA) sigue poniendo a prueba las infraestructuras mundiales. El Departamento de Energía de EE UU publicó en diciembre un informe con previsiones que dejan cortas las anteriores estimaciones: el consumo de los centros de datos, las instalaciones repletas de procesadores en las que entrenan los modelos, se alojan los datos y se ejecutan los cálculos que hacen posible las herramientas de IA, se han triplicado durante la última década y se volverá a triplicar hasta 2028. Según sus proyecciones, la cantidad de electricidad que necesitarán será como mínimo 325 teravatios hora (TWh), es decir, más de la que consumen en un año países enteros como España (246 TWh), Reino Unido (287 TWh) o Italia (298 TWh).
Asumiendo que se use el 50% de la capacidad de esos centros de datos, el informe del Departamento de Energía, elaborado para el Gobierno por el Lawrence Berkeley National Laboratory (LBNL), especifica que EE UU necesitará una potencia instalada de entre 74 y 132 GW para alimentar estas infraestructuras clave para la digitalización y la IA en 2028, más de la que genera un país entero como España (125,6 GW a 2023). Así, EE UU pasará a dedicar entre el 6,7% y 12% de toda la electricidad consumida a esta creciente industria. Estas previsiones podrían quedarse cortas tras el anuncio esta misma semana por parte del Presidente de EE UU, Donald Trump, de inversiones por valor de 500.000 millones de dólares (unos 480,000 millones de euros) en cuatro años para impulsar la IA.
Trump dijo que utilizará declaraciones de emergencia y decretos para asegurar que su contribución y un acceso ininterrumpido energía que requieren, en particular el carbón, el petróleo. la energía nuclear, siendo esta última una de las soluciones barajadas por las tecnológicas para asegurarse un suministro energético continuo en sus centros.
EE UU no está preparado para dar respuestas al crecimiento de demanda que propiciará el auge de la IA generativa, la que está detrás de herramientas como ChatGPT, Copilot o Gemini. El director general de OpenAl, Sam Altman, cree que la tecnología que su empresa tanto ha contribuido a generalizar provocará una crisis energética. "No hay de llegar sin cambios drásticos", dijo el ejecutivo ante una atenta audiencia compuesta por empresarios y estadistas durante una conferencia en el Foro de Davos de 2024. (Fuente: El País, 23 de enero de 2025)
Queremos vivir en una democracia, como ha indicado la organización civil Nosotros movemos Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario