A continuación, voy a resumir un trabajo publicado en El País, suplemento Negocios, el día 26 de enero de este año y escrito por Antón Costas. presidente del Consejo Económico y Social, bajo el título La pobreza infantil española es una lacro impropia de una buena sociedad.
La sociedad española presenta un rasgo absolutamente anómalo: es el país europeo con mayor pobreza infantil, con la única excepción de Rumania. Uno de cada tres niños vive en situación de pobreza y exclusión social. Y uno de cada diez padece una situación de carencia material severa, una situación de especial gravedad.
Las consecuencias son dramáticas. En primer lugar, para los propios niños Todo lo que va a suceder a una persona a lo largo de su vida comienza muy temprano. entre su nacimiento y los tres años. Si has crecido en un hogar pobre, tienes muchas probabilidades de acabar siendo pobre.
La OCDE calcula que el coste macroeconómico de la pobreza infantil es en España del 4,1% del PIB del año 2023, superior al de la media de los países europeos. Otros informes elevan esa cifra a más del 5%. En gran parte, resultan de la pérdida de ingresos materiales que sufren las personas que han vivido una infancia de pobreza y que después no logran un buen empleo. La misma OCDE señala que la mejor inversión que puede hacer en su futuro es invertir en infancia. Los retornos son superiores a cualquier otro tipo de inversión.
A mi juicio, la raíz en la propia sociedad española. Una parte importante niega la existencia del problema, o considera que no les concierne. ¿Por qué falla el sentido ético de la sociedad española? Probablemente, es en daño colateral de la profunda desigualdad de ingresos. riqueza y oportunidades que se ha ido inoculando en la sociedad en las últimas décadas. Esta desigualdad ha producido una profunda segmentación y segregación social. Una persona que nace en buena cuna en un barrio rico tiene muchas probabilidades de no encontrarse a lo largo de su vida con otra que haya nacido en un hogar pobre de un barrio segregado. La extrema desigualdad es un poderoso disolvente de la fraternidad y de la ciudadanía compartida. En tiempos ta lejanos como 1776, Adam Smith ya señaló que "la riqueza corrompe los sentimientos morales de los muy ricos".
En este sentido, el Consejo Económico Económico y Social de España (CES) que tengo el honor de presidir, ha publicado un informe sobre Derechos, calidad de vida y atención ala infancia. El objetivo es contribuir a aumentar la conciencia y la sensibilización de la sociedad sobre la importancia de la pobreza de infancia. Entre otras medidas, el informe defiende la necesidad de introducir en nuestro país una prestación universal para la crianza, una figura que ya existe en la mayoría de los países europeos.
En este resumen, hay un momento en que se menciona la falta de sentido ético de la sociedad española. Me parece importante recordar que la ética es el parámetro de medida del grado de humanización, en este caso, de la sociedad española. Hay que recordar que en la evolución de la especia humana se distinguen dos procesos: el proceso de "homonización" y el de "humanización". El proceso de humanización está refiere a la forma como los seres humanos han ido poniendo de manifiesto claramente su "humanidad".
Muchas personas,preocupadas por este tema, señalan que la crisis actual, además de económica y ecológica, es una pérdida se humanidad que se ha experimentado en los últimos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario