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martes, 28 de mayo de 2024

La empresa ante la crisis sistémica

     En septiembre de 2023, en la cumbre de Naciones Unidas de Nueva York, se revisó el estado global de consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El resultado fue muy desalentador: tras ocho años de implementación de la Agenda 2030, tan solo el 15% de los ODS están en vías de cumplimiento. En diciembre del mismo año, en la COP28 de Dubaí, se hizo el primer balance histórico de los objetivos de descarbonización establecidos en el Acuerdo de París en 2015. Los resultados fueron también preocupantes: exceptuando el breve instante pandémico que frenó las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero), el resto del tiempo las emisiones globales no han hecho más que aumentar. Por si fuera poco, el año 2023 fue un año de ebullición, en palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. No solo se  batió el récord histórico de temperatura global desde que se tienen registros; también se dieron indicios de superación en varios puntos de inflexión (tippimg points). Por ejemplo. algunos científicos apuntan a un potencial colapso de la corriente del golfo (AMOC) antes de lo previsto, o la perpetuación de grandes períodos de sequía que, en el caso de España podría ser el primer indicio de desertificación. Aunque quisiéramos t debiéramos ser optimistas, la evidencia científica nos obliga a compensar el optimismo con grandes dosis de realismo.

     Ante el creciente empeoramiento de los indicadores globales de sostenibilidad, nuestra obligación es hacer una interpretación que vaya a la raíz estructural de los problemas, en lugar de analizar sus síntomas. Por este motivo, debemos referimos a un contexto emergente de policrisis, crisis sistémica y riesgos sistémicos. Con este enfoque, queremos poner el énfasis, ya no en el carácter interdependiente de las crisis a las que nos encontramos expuestos, sino en su denominador común: el cuestionamiento  o peligro de un progresivo colapso del propio modelo de desarrollo que ha sustentado nuestras sociedades en las últimas décadas. Esto  indicaría que el problema no radicaría en la difícil resolución de algunas de las crisis mencionadas, sino en la necesidad de abordarlas de manera onjuta y de intentar modificar el propio sistema que las ha producido o en la necesidad de prever su  potencial rápido declive y las consecuencias que ello comportaría.

     "Tal y como están las cosas", las crisis simultáneas a las que nos exponemos se presentan como contradicciones endógenas del sistema con el qu hemos articulado nuestras relaciones sociales, nuestra economía y nuestra relación con la naturaleza y el conjunto de seres vivos que la habitan hasta el punto de amenazar con una "ruina rápida" en el caso de persistir en la misma actuación....(Este artículo, titulado La empresa ante la crisis sistémica,  del que solo he copiado una parte, se  publicó en El País el 26 de mayo de 2024 y fue escrito por Ángel Castiñeira y Ferran Curto, director y subdirector, respectivamente, de la Cátedra Liderazgos y Sostenibilidad, Esade (URL)

     No sé si debería copiar la segunda parte de ese artículo, que me ha recordado muchas cosas, entre ellas un libro de Miguel Delibes, escritor,y su hijo Miguel Delibes de Castro, biólogo; y los libros del Club de Roma.

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