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domingo, 29 de diciembre de 2024

Huella ecológica

      A continuación, voy a algunas de las cosas que María Novo, en su libro El desarrollo sostenible. Su dimensión ambiental y educativa (2006, Pearson Educaciòn). escribe sobre la huella ecológica, como complemento a lo que escribí hace unos días

     El problema nace de una realidad obvia: la Tierra es finita. De modo que, si un habitante de un país industrializado o de una megalópolis un territorio mayor que le que le corresponde, alguien en otro lugar tendrá que ocupar menos, lo que significa que nuestros modelos de desarrollo están sustentados sobre el subdesarrollo de otras áreas del planeta.

     Veamos algunas estimaciones que nos ayudarán a comprender este problema: nuestro planeta tiene aproximadamente una cuarta parte de su superficie productiva (unos 12.600 millones de hectáreas, incluidas áreas marinas y tierra firme) . Si aceptamos una reserva del 10 por ciento de esa superficie para los demás seres vivos, nos quedarían 11.340 millones de hectáreas disponibles para los seres humanos. Dividiendo esta cifra entre los habitantes del planeta, veríamos que a cada uno le corresponde aproximadamente 1,7 hectáreas.

     Pero, cuando se hacen las estimaciones por naciones, se observan enormes diferencias: mientras que un habitante de Bangladesh traza una huella de 0,5 hectáreas, la de un estadounidense medio es de 9,6 ha. Esto significa que, si todos los habitantes de la Tierra consumiésemos como lo hace un estadounidense, necesitaríamos al menos tres tres planetas como el nuestro para obtener los recursos energéticos y materiales.


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