¿Por qué es tan importante?
Los bosques cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta. Desde el aire que respiramos, al agua que bebemos y los alimentos que comemos, los bosques nos mantienen.
Debemos
pensar en ello. Alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los
bosques para su subsistencia.
La
diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas que sostiene pueden ser
también la base para las estrategias de adaptación al cambio climático y
reducción del
riesgo de desastres, ya que pueden reportar beneficios que aumentarán
la resiliencia de las personas a los efectos del cambio climático
¿Cuánto costaría corregir el problema?
La
secretaría del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques estima que lograr
la
gestión forestal sostenible a escala mundial costaría entre 70.000 y 160.000
millones de dólares al año. El
Convenio sobre la Diversidad Biológica calcula que, para detener la pérdida de
diversidad biológica a nivel mundial a mediados de este siglo, harían falta
entre 150.000 y 440.000 millones de dólares al año.
¿Cuánto costarían no corregir el problema?
Por
ejemplo, se calcula que los insectos y otros portadores de polen tienen un
valor para la economía alimentaria mundial de más de 200.000 millones de
dólares anuales. Tres cuartas partes de los medicamentos de venta con receta
más demandados en el mundo contienen componentes derivados de los extractos de
plantas, que se verían amenazadas. Los desastres naturales causados por la
perturbación de los ecosistemas debido a la actividad humana y el cambio
climático cuestan ya al mundo más de 300.000 millones de dólares al año. La
deforestación y la degradación forestal se traducen en pérdida de hábitat para
todas las especies, disminución de la calidad del agua dulce, aumento de la
erosión del suelo, degradación de la tierra e incremento de las emisiones de
carbono a la atmósfera.
En resumen, no adoptar medidas sobre los bosques afecta tanto a la salud del
planeta como a la de nuestras comunidades.
¿Qué podemos hacer?
Inevitablemente, cambiamos los ecosistemas de los que formamos parte
solo con nuestra presencia, pero podemos tomar decisiones que contribuyan a
conservar la
diversidad o a devaluarla.
Entre
algunas de las cosas que podemos hacer para ayudar están el reciclaje, comer
alimentos producidos a nivel local y de manera sostenible, consumir solamente
lo que
necesitamos y limitar el uso de energía mediante sistemas eficientes de
calefacción y
refrigeración
También
debemos ser respetuosos con la fauna y flora silvestres y participar solamente
en actividades de ecoturismo que se organicen con ética y responsabilidad para
no
perturbar la vida silvestre.
Las zonas
protegidas bien gestionadas contribuyen a tener ecosistemas saludables,
lo que a su vez redunda en la salud de las personas. Por tanto, es esencial
garantizar la participación de las comunidades locales en el desarrollo y la
gestión de estas zonas protegidas. (Fuente:https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/wp-content/uploads/sites/3/2016/10/1)
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